Van cuatro meses desde que se inició la recuperación del precio del petróleo desde el nivel más bajo que alcanzó en seis años, pero el mercado de los países megaproductores de petróleo muestra que ese ascenso está en peligro.
Si bien el crudo comenzó su etapa de recuperación, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ven que hay muy pocas posibilidades que el crudo se vuelva a cotizar por encima de los 100 dólares por barril al menos durante una década.
La recuperación
El precio del petróleo abrió en alza a principios de mayo en Nueva York, impulsado por la interrupción de un suministro libio y porque hay menor cantidad de pozos en actividad de explotación en Estados Unidos.
El crudo WTI no había logrado superar los 60 dólares en una sola sesión desde mediados de diciembre, pero lo logró el 4 de mayo y cerró la pasada semana bordeando los 58 dólares. Los inversores también creen que la producción de hidrocarburos estadounidense está en baja, lo que beneficiaría a la recuperación del precio del petróleo.
Además, un aumento inesperado de la demanda de las embarcaciones que transportan crudo hizo subir sus tarifas un 57% en las dos semanas previas al 20 de mayo.
Por otro lado, a comienzos de junio, la OPEP transportará casi 500 millones de barriles de petróleo a sus compradores, la cifra más alta en lo que va del año. Sin embargo, analistas señalan que alrededor de 20 millones de barriles están almacenados en buques, lo que indica que el exceso de oferta aún no se ha disipado.
El peligro
Desde que el precio del crudo empezó a caer el año pasado, el sector petrolero de Estados Unidos ha reaccionado velozmente, cerrando más de la mitad de sus plataformas, que pasaron de 1.600, a fines del año pasado, a menos de 800 en abril. Las petroleras anunciaron despidos de más de 100.000 trabajadores desde noviembre.
Sin embargo, la OPEP sigue produciendo más petróleo que nunca en más de dos años, con el empeño de defender su cuota de mercado en el mundo con la estrategia del bajón de precios. Y, aunque Estados Unidos registró una reducción récord en el número de plataformas de perforación activas y las empresas petroleras recortaron miles de millones en gastos desde el desplome de los precios ocurrido el año pasado, todavía no se ha observado una caída en la producción de barriles.
Según la consultora referente mundial en hidrocarburos Goldman Sachs, el mundo está produciendo cerca de 1,9 millones de barriles diarios más de los que necesita. En el escenario más optimista planteado por la OPEP el crudo llegará a cotizarse en alrededor de 75 dólares por barril en 2015. Lo que sigue siendo un 25% menos que el precio que se registró en agosto de 2014, cuando los precios iniciaron su declive.
Y en el escenario pesimista se prevé que el barril de petróleo sin refinar podría cotizarse incluso en sólo 40 dólares. De todas maneras, para la OPEP no es posible, ni remotamente probable, que el crudo llegue a 100 dólares por mucho tiempo.
La visión optimista prevé equilibrio
Los expertos prevén nuevas bajas de producción en 2016, acompañadas de reducciones del bombeo en algunos yacimientos convencionales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y muchos predicen que los precios se estabilizarán entre 70 y 80 dólares por barril en los próximos años.
Este panorama ofrece un nivel ideal, donde el consumidor puede sentir un alivio y las empresas aun pueden beneficiarse porque la tecnología abarata la perforación.
Las grandes reservas de petróleo de Estados Unidos en los últimos años han protegido a su economía mientras se agravaba la situación en Medio Oriente y el Norte de África, y esto le permitió al país del norte imponer sanciones a Irán sin provocar un aumento en los precios del crudo.
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