Compartir experiencias, conocer las tecnologías y las metodologías para interpretar las características de yacimientos en diferentes regiones del mundo, y avanzar hacia una mayor eficiencia en el trabajo conjunto, eran algunos de los objetivos de los más de 30 petrofísicos de Repsol que esta semana se reunieron en Santa Cruz.
Los petrofísicos muchas veces realizan su labor lejos de los campos y de los trabajos de perforación de pozos, pero resulta fundamental para avanzar en la interpretación de un área a explorar. Asimismo es imprescindible para la optimización de los siguientes pasos en el desarrollo de un yacimiento.
Interpretación de datos
Lo que se descubre en la interpretación de datos y en el análisis de lo que parece sólo un bloque de piedra es esencial para tomar definiciones en etapas, como la sísmica o en la perforación de un pozo.
Estos profesionales trabajan en España, Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Argelia, Brasil, Venezuela y Bolivia, entre otros países, y se enfrentan a diversos desafíos; y el principal es avanzar en el detalle y la calidad de la interpretación de la información que se obtiene.
Un testigo, que es un bloque de roca de un determinado nivel, permite conocer en detalle las características de una formación y, por ende, precisar la presencia o no de hidrocarburos y su viabilidad comercial. Y esa labor se prolonga a lo largo del desarrollo de un campo.
Por ejemplo, hoy en Margarita-Huacaya, junto al trabajo de perforación y desarrollo, el grupo de petrofísicos hace una evaluación permanente. Una parte importante de sus conclusiones se ha traducido en las profundizaciones de los pozos Margarita 7 y 8, que han derivado en la incorporación de nuevos reservorios.
Conocimiento del campo
Juan Carlos Glorioso, líder del área de Petrofísica de Repsol a nivel mundial, destaca que pueden haber muchas diferencias entre los pozos y en especial en una zona como el Subandino boliviano, por lo que es muy difícil prever los resultados. Por ello, el conocimiento del campo se va perfeccionando y reevaluando para ver cómo se puede producir hidrocarburos de forma cada vez más eficiente.
Con formaciones de porosidad bastante escasa y muy buena permeabilidad, los yacimientos del sur de Bolivia son muy difíciles de estudiar. "Y esto exige especializarnos, como lo hemos hecho en Repsol para otras zonas donde hoy estamos trabajando. Pero las técnicas han mejorado mucho, aunque suponen una gran inversión que se justifica cuando se realizan las evaluaciones entre la reducción de la incertidumbre y el costo”.
Glorioso asevera que no son comparables los costos, pues se debe tomar en cuenta las particularidades de cada área. Mientras en el proceso de perforación de un pozo en altamar el costo puede llegar a 300 millones de dólares, en otras como el sur de Bolivia supera los 100 millones, y en aquellas donde los yacimientos son someros, los costos son mucho más bajos.
Básicamente, se aplican herramientas que permiten establecer el perfil del pozo y replicar algunos fenómenos físicos para obtener muestras del terreno, que permitan obtener la mejor información posible. Allí se trabaja para medir aspectos como la porosidad, la litología y la capilaridad de la roca.
Y la disciplina está en evolución permanente. Hoy es una posibilidad, pero en el futuro mediato se podrían incorporar nanoimágenes de los testigos para replicar las características físicas. En Repsol "somos usuarios de estas tecnologías y si se dan, vamos a ser parte de su incorporación. Hay una revolución en marcha”, dice Glorioso.
Precisó que su compañía usa alta tecnología, en función de los requerimientos. "Si hay algo nuevo, que sirve y nos permite medir mejor, lo usamos. Tarde o temprano la relación costo-beneficio es favorable”, dijo. En ello también influye la decisión de la compañía de priorizar los mayores estándares de seguridad, protección del medio ambiente y otros aspectos en sus operaciones.
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