Arabia Saudita se lanzó de lleno a una guerra comercial mundial, y también con algunos condimentos políticos, para mantener su histórico dominio sobre el mercado petrolero. En un abierto desafío a sus competidores que vienen sufriendo la constante baja en la cotización, la compañía nacional petrolera de la monarquía saudita anunció ayer un descuento para las ventas de enero, que derrumbaron otra vez el valor del hidrocarburo.
Contrastando con la leve suba del miércoles, ayer el barril de Brent del Mar del Norte se retrotrajo 50 centavos y finalizó a 69,42 dólares en Londres, en un ambiente financiero convulsionado. En Nueva York, el barril de “light sweet crude” (WTI) perdió por su parte 57 centavos, para terminar en 66,81 dólares. /Clarín
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