domingo, 3 de enero de 2016

“La cultura regulatoria de hidrocarburos se ha consolidado en el país”

La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) es la institución reguladora del sector en el país, que ha nacido con la nueva Constitución Política del Estado y en reemplazo de Superintendencia de Hidrocarburos.
En los últimos años se ha caracterizado por encarar una política agresiva de educación al usuario y consumidor en cuanto al manejo de los combustibles. Ha puesto en marcha el proyecto B-Sisa y se ha consolidado como la única institución del Estado en obtener certificaciones ISO. De ello y más habla en esta entrevista el director ejecutivo de la ANH, Gary Andrés Medrano Villamor.

¿Qué balance hace de este año dentro de la institución que dirige ya hace cuatro años?
En este 2015 se han consolidado tres aspectos clave dentro de nuestra Agencia Nacional de Hidrocarburos, nos referimos a la cultura regulatoria en Bolivia, a los servicios y beneficios del proyecto B-Sisa y a la influencia internacional que ha empezado a tener la ANH con sus pares de otros países.

¿Podría explicarnos cada uno de ellos?

La cultura regulatoria de los hidrocarburos se ha consolidado en el país, primero con el acercamiento hacia nuestros operadores o regulados que son más de 2.500 en todo el país, entre refinerías, empresas de transporte por ductos, plantas de absorción y plantas separadoras, plantas engarrafadoras, estaciones de servicio diésel, gasolina y gas natural, distribuidores de Gas Licuado de Petróleo (GLP), talleres de conversión de Gas Natural Vehicular (GNV) y empresas instaladoras de gas domiciliario, las cuales han terminando entendiendo que la regulación es una garantía, administrativa, normativa y operativa en sus actividades hidrocarburíferas.

Han entendido que estar sujetas y comprometidas a una institución regulatoria es característica mundial en el rubro de los hidrocarburos y que la Regulación en tiempos de Revolución se constituye en un paradigma del "ganar, ganar”, es decir, sólo aquellas instituciones del sector hidrocarburos que tienen un norte claro y una seguridad jurídica garantizada, pueden interdepender entre el Estado y sus propias actividades.

Y segundo, hemos encarado una política de educación ciudadana que nos ha permitido enseñar los aspectos básicos en el manejo y manipulación de los combustibles que cada día llegan a los hogares y vehículos de los bolivianos; por ejemplo, aspectos básicos como el cambio de mangueras de GLP cada año, el carguío de combustible sin pasajeros, la manipulación de los combustibles con precaución, además de haber difundido todos los derechos y obligaciones que tienen los consumidores con los combustibles.

¿Y cómo se ha consolidado el B-Sisa para que finalmente sea un proyecto de alcance nacional?
El 2015 ha sido el año de la consolidación del B-Sisa. No sólo porque a la ANH le sirve para el control de la comercialización de los combustibles, lo que permite establecer demandas y ofertas más exactas, además de optimizar la distribución por regiones, sino que también permite el control de ilícitos, como la acumulación de combustibles, su desvío a actividades ilícitas, venta ilegal, acumulación, narcotráfico, explotación ilegal de recursos naturales como son oro y madera.

Se ha materializado, a través de convenios con otras instituciones del Estado, el uso de la base de datos que genera el proyecto para reforzar y respaldar la actividad de otras instituciones; por ejemplo, a la Aduana Nacional con la detección de vehículos indocumentados, al Ministerio de Gobierno y Policía Boliviana con los datos de vehículos robados, a la Fiscalía con datos para sus investigaciones de personas desaparecidas o investigadas, a la Autoridad de Transportes y Telecomunicaciones (ATT), para el control de salida y llegada de los buses en las terminales departamentales.

Con Vías Bolivia se ha puesto en marcha la agilización del cobro del peaje al transporte interprovincial en Cochabamba y Santa Cruz lo que se replicará en el resto del país.

Con la Dirección General de Aeronáutica Civil, el control de la venta de combustible a avionetas, y con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, la facilitación de la venta de combustible para el sector agrícola. No hay que olvidar que con la Autoridad de Jurisdicción Administrativa Minera (AJAM) ya se está trabajando en la instalación de un sistema para atacar la compra de combustible que hace la minería ilegal. Por todo esto podemos decir que el B-Sisa se ha convertido en un sistema robusto, altamente útil e inteligente al servicio del Estado Plurinacional.

¿Por qué dice que la ANH se ha convertido en una institución con influencia internacional?

En el mes de octubre de este año, Bolivia ha sido sede del curso de reguladores energéticos, auspiciado por la ANH y la Asociación de Reguladores Iberoamericanos de Energía (Ariae), en el que se ha posicionado de manera muy exitosa el proyecto B-Sisa; prueba de ello es que comisiones gubernamentales de Paraguay y Perú han llegado al país para conocer de primera mano todos los detalles de la implementación y el funcionamiento del proyecto.

Por otra parte, Ecuador ha manifestado su interés de venir al país, para empaparse del B-Sisa y ya ha pedido información por los canales oficiales sobre esta materia. A ello debemos añadir que la ANH ha recertificado, por segundo año consecutivo, las normas de calidad internacional ISO 9001-2008.

¿Nos puede explicar qué significa esta recertificación con las normas ISO?

Quiero informar que la ANH es la única institución del Estado recertificada con las normas internacionales ISO, absolutamente en todos sus procesos y en todas sus unidades desconcentradas en los nueve departamentos. Estar certificado con las normas ISO significa que todos tus procesos operativos, administrativos, técnicos y jurídicos cuentan con estándares de calidad internacional, lo que convierte a una institución eficiente, transparente, ágil, versátil y desburocratizada y con enfoque de atención al usuario y consumidor, y esto no lo decimos nosotros, lo dice nuestra segunda certificación internacional consecutiva.

Háblenos de la lucha contra el contrabando de combustibles y las incautaciones de la ANH.

Si bien la lucha contra el contrabando de combustibles es una más de nuestras actividades en la que sólo este año se han incautado más de 700 mil litros de combustible (trabajo en el que el B-Sisa sirve de efecto disuasivo, aparte de la educación en fronteras y los operativos con las FFAA en zonas de riesgo), nuestra institución también regula, controla, supervisa y fiscaliza todas las actividades de la cadena productiva de los hidrocarburos, tales como exploración, explotación, transporte por ductos, refinación, almacenamiento, comercialización e industrialización; es así que enfocándonos en el primero y último eslabón de los hidrocarburos, que son la exploración y la industrialización, hemos proyectado nuestros retos para 2016.

¿De cuáles estamos hablando?

En cuanto a la exploración, en palabras sencillas, acompañar al Ministerio de Hidrocarburos y a YPFB en sus políticas y propuestas para incrementar las reservas de gas y petróleo, que son la base para el inicio de las operaciones hidrocarburíferas, planteando soluciones prácticas para salvar los obstáculos con los que se puede encontrar esta actividad. Hay una máxima en el negocio de los hidrocarburos que dice: "el secreto está en nunca parar de explorar”. Con respecto a la industrialización, a partir del inicio de las operaciones, este año que viene, de la planta de urea y amoníaco y el inicio de la construcción del complejo petroquímico de plásticos duros y blandos, la ANH deberá enfrentar el serio reto de capacitar a su personal, adecuar sus procedimientos, crear manuales y obtener experiencia internacional para regular este eslabón de los hidrocarburos que es prácticamente nuevo en el país.

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