lunes, 19 de junio de 2017

Transporte de combustible, el eslabón fuerte del negocio



Transportar 10.000 o 30.000 litros de gasolina o diésel no es para cualquiera. Antes tiene que contar con el camión adecuado, lograr el permiso de Sustancias Controladas, acordar con YPFB y lograr la confianza de los surtidores; una vez conseguido aquello tiene luz verde para ingresar al negocio de los hidrocarburos y ser parte del eslabón.


De acuerdo con José Yucra, ejecutivo de la Federación de Transporte Pesado de Santa Cruz, no se trata de cualquier participación, sino de una presencia fuerte y determinante en esta actividad.
Yucra detalló que la flota de los camiones cisterna a escala nacional está compuesta por unas 2.000 unidades y que sin su presencia, la llegada de combustible a los surtidores del país (487 estaciones) sería imposible, pues ni los propietarios de las estaciones de servicio, ni Yacimientos tienen la capacidad logística para poder por sí mismos realizar esta tarea.


Similar criterio tuvo Salustiano Paz, dirigente del transporte de combustible en Santa Cruz, que remarcó que el Gobierno antes de tratar de aplicar cualquier normativa que afecte la rentabilidad de los transportistas, debe consultar con el sector, a fin de no generar problemas en el transporte y la distribución del combustible.

Un sector bien organizado
Los 2.000 camiones cisterna están en manos de varias asociaciones y sindicatos, que a su vez están afiliados a la Confederación Nacional del Transporte Pesado.


Yucra sostuvo que no permiten que unos cuantos tengan el control del negocio y que hablen por el resto de los afiliados.
“Es peligroso que dos o tres sindicatos o asociaciones tengan el monopolio en el transporte del combustible, pues se trata de un producto estratégico”, dijo Yucra.
En cuanto al sistema de pago, señaló que el valor del flete que los camiones cisterna cobran a los surtidores está congelado desde hace años y que este tiene que ver con la distancia y el volumen de líquido que llevan.


“Como ejemplo, a un surtidor del tercer anillo se cobra unos Bs 400; si es más lejos, el rango sube hasta los Bs 1.500. Son precios que ya no cubren los gastos de mantenimiento de nuestras unidades. Vamos a exigir que se analice esa situación”, dijo Yucra.

Una presencia necesaria
Sussy Dorado, gerente nacional de la Asociación de Surtidores de Bolivia, explicó que los cisternas son imprescindibles para la comercialización de los combustibles líquidos en las estaciones de servicio, a través de ellos se transporta desde las plantas de almacenaje de YPFB hasta los surtidores. “Los cisternas cumplen con un protocolo consistente en calibración, seguridad y control satelital”, dijo Dorado.


Sobre la posibilidad de prescindir del servicio, remarcó que eso no es posible, sino que lo más adecuado es trabajar con este sector, que está dentro de la formalidad, pues emite facturas. En cuanto a la póliza de seguros que exige la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), la ejecutiva indicó que tanto surtidores como cisternas la tienen.

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