Tarija (Erbol/El Nacional).- “De seguro, esa planta separadora de líquidos causará celos en las empresas de la región, pero es una obligación del Gobierno de resolver nuestros problemas y no depender de transnacionales y de países vecinos”, decía en julio del pasado año el presidente Evo Morales en la inauguración de obras del proyecto que unió a la empresa Uniservice y a YPFB.
A la ceremonia del lanzamiento de la separadora de líquidos asistieron también el ministro Carlos Villegas y el entonces presidente de YPFB Santos Ramírez. El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, calificó aquel día como histórico, “porque hasta la fecha el país vendía gas rico a un precio de gas pobre sin ninguna compasión de sí mismo”. Ramírez dijo: “Hoy podemos decir que la nacionalización ingresa a cada hogar, Prefectura, municipio, universidad a sentar soberanía y dignidad para cada uno de los bolivianos”. Todos citados por la agencia ABI.
Sin embargo seis meses más tarde, otro sueño de la nacionalización de los hidrocarburos parece quedar lejos. El caso Santos Ramírez se halla muy cerca de hacer quebrar este negocio de más 500 millones de dólares. Ello al margen de los costos de un proyecto frustrado y de los réditos derivados de la recuperación de recursos que hoy cruzan la frontera gratuitamente. Mientras tanto los grandes ganadores del escándalo resultan el Gobierno brasileño y la transnacional Petrobras.
En ese contexto, el asesor del Comité Cívico de Camiri, Mirko Orgaz citó datos oficiales de ambos países y recordó que la planta separadora de líquidos le redituaría al país ingresos por aproximadamente 500 millones de dólares que hoy los aprovecha Brasil con posteriores efectos multiplicadores.
Orgaz recordó también que en septiembre del pasado año, denunciaron públicamente, que la empresa Catler Uniservice, no tenía respaldo financiero, no estaba legalmente constituida en el país y que no tenía la experiencia técnica ni profesional, para realizar una obra de esa envergadura.
A la ceremonia del lanzamiento de la separadora de líquidos asistieron también el ministro Carlos Villegas y el entonces presidente de YPFB Santos Ramírez. El ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, calificó aquel día como histórico, “porque hasta la fecha el país vendía gas rico a un precio de gas pobre sin ninguna compasión de sí mismo”. Ramírez dijo: “Hoy podemos decir que la nacionalización ingresa a cada hogar, Prefectura, municipio, universidad a sentar soberanía y dignidad para cada uno de los bolivianos”. Todos citados por la agencia ABI.
Sin embargo seis meses más tarde, otro sueño de la nacionalización de los hidrocarburos parece quedar lejos. El caso Santos Ramírez se halla muy cerca de hacer quebrar este negocio de más 500 millones de dólares. Ello al margen de los costos de un proyecto frustrado y de los réditos derivados de la recuperación de recursos que hoy cruzan la frontera gratuitamente. Mientras tanto los grandes ganadores del escándalo resultan el Gobierno brasileño y la transnacional Petrobras.
En ese contexto, el asesor del Comité Cívico de Camiri, Mirko Orgaz citó datos oficiales de ambos países y recordó que la planta separadora de líquidos le redituaría al país ingresos por aproximadamente 500 millones de dólares que hoy los aprovecha Brasil con posteriores efectos multiplicadores.
Orgaz recordó también que en septiembre del pasado año, denunciaron públicamente, que la empresa Catler Uniservice, no tenía respaldo financiero, no estaba legalmente constituida en el país y que no tenía la experiencia técnica ni profesional, para realizar una obra de esa envergadura.
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