Acceso a los derechos minerales; tanto Argentina como Brasil tienen reglas bien definidas; en el caso de Argentina, YPF está haciendo todos los esfuerzos. En Brasil el énfasis sigue siendo costa afuera y reservorios convencionales.
Potencial en no convencionales, en esta condición Vaca Muerta tiene potencial de clase mundial. Para dar una idea, la inversión de Chevron de $us 1.500 millones es considerada como plan piloto. En la industria ya se habla de equivalencias de tipo de formación y dimensión con Bakken en Dakota del Norte, o Eagle Ford en Texas.
Los jugadores; en la cancha deben estar aquellos que ya tienen una experiencia importante, para el caso de Argentina; por ejemplo, ya se habla de la compañía EOG que ha tenido mucho éxito en EEUU, adicionalmente están Chevron, Exxon, Total y otros como PAE que tienen el capital, las habilidades, y la tecnología como para aprovechar un prospecto de bajo riesgo.
Los operadores deben tener servicios de perforación, fractura, ingeniería y construcción muy fuerte en capital, tecnología y recursos humanos, este es un factor determinante. En EEUU hay más de 1.500 equipos de perforación activos, y los datos hablan de más de 200.000 técnicos en el boom de los no convencionales.
El otro gran factor es lo que ocurre en la superficie, lo político, lo jurídico, el acceso a mercados de capital, la capacidad de resolver los temas ambientales, comunitarios, estatales, federales etc.
Para resumir, el gas boliviano tiene múltiples desafíos: se tiene que remplazar la reserva, debe ser competitivo (el componente fiscal es alto), y se debe preservar el mercado brasileño. El escenario de precios es más difícil de predecir, depende de cómo va con Vaca Muerta, para el caso del mercado argentino, el precio del gas puede ser presionado; si el éxito del desarrollo es proporcional al tamaño del recurso, entonces es probable que se tenga una cantidad de gas asociado capaz de presionar los precios regionales. El gas natural boliviano ya compite con el GNL, lo hace también con otras fuentes, y en el futuro lo hará con el gas no convencional (shale gas). El escenario para nuestro gas es muy complejo y tiene que haber una visión clara que permita determinar hitos y metas que deben convertirse en una política de Estado; esta riqueza es hoy día el salario de Bolivia
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