Periódico Digital PIEB.- Bolivia es el principal productor y exportador del gas natural (GN) de la región, pero a la vez, presenta el rendimiento energético más bajo de la región, advierte el investigador y coordinador de la Plataforma Energética del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Juan Carlos Guzmán.
En un análisis de la evolución de la matriz energética boliviana, el especialista dijo que el principal producto energético del país, como es el gas natural llegó a 120 millones de Kilo barriles equivalentes de petróleo (Kbep) año, donde el indicador del Índice de Renovables sobre la Energía Total de Producción, muestra que el país ronda el 6.4 por ciento (%); es decir, que el 93.6% es de origen fósil.
“En conclusión, Bolivia es un país fósil, no es un país de las nuevas tendencias de la región que hablan a favor de la región, es una de las principales constataciones de la evolución de la matriz energética”, dijo durante el conversatorio “Energía, minería y agua”, organizado por el Cedla.
Como toda sociedad moderna, urbana capitalista, dijo Guzmán, que Bolivia tiene un crecimiento en su consumo energético, donde el principal sector consumidor es el transporte con el 41% del consumo total, seguido de la industria, y el rubro de la minería, que para razones de cálculos a nivel regional está en la misma bolsa con agricultura y pesca.
“He pensado que el consumo de minería se oculta detrás de esto, con todo no es un gran consumo, la minería consume 4.161 Kbeps al año, es lo que registra el Estado sobre un total de 30.000 Kbeps, por tanto, no es un sector energéticamente fundamental en Bolivia”, señaló.
Sin embargo, dijo que en el análisis del consumo de electricidad, la situación cambia, pues la matriz de generación de electricidad de Bolivia está en aproximadamente 4.000 Kbeps de electricidad, pero los combustibles y fuentes primarias de la generación sólo produjeron 11.000 kbeps.
“Lo que quiere decir, que hay un rendimiento energético global bajísimo en Bolivia porque a la entrada de las centrales de generación hay 11.000 Kbeps y a la salida de las centrales se encuentra 4.000 Kbeps de electricidad, lo que significa que entra mucha materia prima a las centrales y sale poca electricidad”, afirmó.
En ese marco dijo que el rendimiento energético global del sistema eléctrico boliviano está en 40%, lo que significa que de cada 100 unidades de energía que ingresan a las centrales, el 60% se va al medio ambiente, y sólo el 40% se transforma en electricidad.
“Es el rendimiento más bajo de la región sudamericana, debido a que no hay límites al rendimiento energético en el sistema eléctrico boliviano. Nadie le dice a la industria, a la minería, el rendimiento mínimo de producción que debe tener con determinado consumo eléctrico, y como el gas natural está con precio fijado en 1.30 dólares por millar de pies cúbicos (Mp3), no hay problema, le meten nomás”, dijo.
Otra de las características de la matriz energética boliviana, según el investigador, es que aproximadamente sólo el 17% proviene de energía primaria de fuentes renovables sobre el 100%.
“Hay una trampa de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) o la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), que afirman que determinada cantidad de electricidad proviene de fuentes renovable, cuando los electrones no tienen identidad de fósil o renovable, lo que en realidad importa es la cantidad de energía a la entrada de la central, que es lo que se quema”, explicó.
A la par del rendimiento energético más bajo de América Latina, Juan Carlos Guzmán dijo que el país arrastra el problema de la subvención a los hidrocarburos, que deviene de un desequilibrio entre la producción nacional de combustibles y el crecimiento de la demanda, que arroja como resultado un déficit que debe ser cubierto a través de importaciones.
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