Aunque el precio de la gasolina, como el del petróleo, tuvo desde junio del año pasado una rebaja de hasta 42% en Estados Unidos, las opciones para reemplazar su uso en coches también aumentan en todo el mundo.
Hasta ahora se llenan los tanques con gasolina y diésel, pero cada vez crece más la tendencia por el cambio de matriz energética, sobre todo porque el consumo de gasolina y diésel es subsidiado en la mayoría de los países. Y es que, pese a la baja del precio de la gasolina en Estados Unidos, en otros países ésta sigue subiendo aunque haya bajado el crudo.
La tendencia es conducir a partir de distintos gases. Las alternativas como el Gas Natural Vehicular (GNV) y el Gas Licuado de Petróleo (GLP), tanto comprimido como licuado (GNC o GNL, respectivamente), son cada vez más usadas, no sólo porque son menos contaminantes, sino -sobre todo-, porque son más económicos.
A la par, avanzan a pasos agigantados las creaciones de autos híbridos.
El futuro
Un estudio realizado en 2013 por la consultora global KPMG, a base de consultas a 2.000 ejecutivos de la industria del motor en todo el mundo, dio como resultado que "los coches eléctricos puros han perdido terreno en la batalla por las nuevas tecnologías”.
A la consulta por el sistema que será más demandado en 2018, un 36% apuesta por el híbrido enchufable (que carga la batería como un coche eléctrico, lo que le basta en trayectos urbanos, pero puede utilizar el motor convencional en carretera); y otro 20% apuesta por los híbridos no enchufables.
Los eléctricos de duración extendida (que llevan un motor secundario de combustión como apoyo al principal) son elegidos por un 17%. Sólo un 11% confía en el coche eléctrico puro, apuesta que se sitúa por detrás incluso del futurista coche de pila de combustible (que se alimentaría de hidrógeno), en el que cree un 17%.
Pero el ahorro de combustible es clave para los compradores según un 92% de encuestados. Esto implica una tendencia en los países desarrollados a adquirir coches más pequeños y eficientes, sobre todo en Estados Unidos. Ese efecto todavía no se da en los países emergentes, ávidos de hacerse con símbolos de prosperidad como el todoterreno.
En un escenario de mayor demanda, y poca mayor oferta, los precios de los derivados del petróleo (un recurso finito en el planeta) serán cada vez más altos e incluso prohibitivos. Además, se estima que la población de nuestro planeta llegará a 9.000 millones de habitantes y cada vez habrá mayor demanda de energía; por tanto, no será posible utilizar gasolina, y gasóleo, para siempre.
Hay países con una población grande y creciente como China e India, que con su progreso demandarán cada vez más energía para sus industrias y sus ciudadanos. También el GLP y el GNV son combustibles fósiles, por tanto finitos.
Sin embargo, lamentablemente con su uso la necesidad de gasolina no se elimina por completo, pues los coches siguen necesitándola en ocasiones.
Quizás el gas natural se salve, pues puede obtenerse de manera renovable de desechos orgánicos, aunque eso también demanda un consumo previo de energía. Ante ese panorama, aún está lejos el día en que se deje de depender de la gasolina para los vehículos.
La oferta de los biocombustibles
Los biocombustibles como el bioetanol o el biodiésel también son alternativas a la gasolina y gasóleo convencionales, y al igual que el gas, se pueden seguir utilizando los motores de combustión interna actuales.
Pero, no permitirían dejar de usar la gasolina o el gasóleo, pues parten del biocarburante, aunque sea una fracción pequeña; es gasolina o gasóleo de origen petrolero. Además, hay problemas con la duda de si el suelo disponible debe utilizarse para cultivar combustible en lugar de alimentos, cada vez más necesarios para la población en aumento.
Los proyectos de biocombustibles a partir de microalgas son prometedores, pero igual no se lograría cambiar a un nuevo modelo de automóvil de cero emisiones, ni más eficiente, y se seguiría necesitando de los motores de combustión interna.
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