Rogério Caffaro está de muy buen estado anímico tomando en cuenta que trabaja en la turbulenta industria del petróleo y gas de Brasil.
El director ejecutivo de Triunfo Logística, la compañía que opera terminales portuarias, acaba de conversar con ejecutivos chinos durante un almuerzo sobre una posible alianza para la construcción de una base en Río de Janeiro que se encargaría de la tubería flexible que el grupo petrolero estatal Petrobras utiliza para la extracción.
Triunfo obtuvo un contrato de ocho años para operar la base en septiembre, pero el proyecto se detuvo por completo después de que los bancos retiraron los fondos, aterrorizados por el desplome de los precios del petróleo y por el enorme escándalo generado por la corrupción que plaga a Petrobras.
"Empezamos a buscar socios extranjeros", declaró Caffaro. "La idea es que los chinos contribuyan con la construcción de la base y que se incorporen como socios, y así ya no necesitaríamos la participación de los bancos", añadió.
Los analistas y ejecutivos de la industria apuntan que la exploración “pre-sal” está a punto de ser la mayor víctima de la crisis que azota a Petrobras, junto con el sueño de Brasil de convertirse en uno de los cinco mayores productores mundiales de petróleo para 2020.
Enterrados bajo una capa de sal de hasta dos kilómetros de espesor en el lecho marino en la costa sureste de Brasil, se estima que los hallazgos pre-sal contienen al menos la misma cantidad de casi 60 mil millones de barriles de petróleo del Mar del Norte. El hallazgo provocó euforia cuando se descubrieron los primeros depósitos importantes en 2007.
Sin embargo, la perforación, a través de capas de sal movedizas a tales profundidades, se ha convertido en la parte de mayor inversión de capital de los negocios de Petrobras. Aunque el petróleo pre-sal sólo representa alrededor del 30 por ciento de la producción total de la empresa, Petrobras había planeado dedicar el 60 por ciento de sus 154 mil millones de dólares de presupuesto para la exploración y producción entre las gestiones de 2014 y 2018 en este proyecto de aguas profundas. Esas cifras simplemente ya no son viables, aseguran los analistas.
El presunto soborno y corrupción en Petrobras, que también involucraba a altos políticos y a empresas de construcción, ocasionó que Moody’s despojara a la empresa de su calificación crediticia de grado de inversión (elevando así sus costos de financiación).
Los inversionistas en Brasil y en Estados Unidos están demandando por daños y perjuicios y, si la empresa no puede persuadir a sus auditores para que aprueben sus estados financieros anuales en mayo, Petrobras enfrenta un incumplimiento técnico.
Sin embargo, incluso si la empresa no estuviera bajo presión financiera, la caída de los precios del petróleo significa que la inversión en los descubrimientos pre-sal tiene poco sentido actualmente, dice Adriano Pires, fundador del Centro Brasileño de Infraestructura y ex miembro de la entidad brasileña reguladora de la industria petrolera, ANP.
El precio del crudo estadounidense cayó al nivel más bajo de los últimos seis años la semana pasada a alrededor de 43 dólares por barril (aun por encima de los costos de extracción promedio de Petrobras el año pasado de 32 dólares por barril, pero por debajo del punto de equilibrio de 45 dólares para los depósitos pre-sal).
El colapso del precio del petróleo no pudo ocurrir en peor momento. Tras seis años de discusiones de cómo dividir su nueva riqueza petrolera, el Gobierno de Brasil llevó a cabo su primera subasta de pre-sal en octubre de 2013, en la que vendió campo Libra (considerado la "joya de la corona" de los depósitos) a un consorcio de empresas incluyendo Royal Dutch Shell.
Aunque la producción proveniente de la capa pre-sal de campos más pequeños previamente conferidos a Petrobras ya llegó a más de 700 mil barriles de petróleo por día, la industria está aun en sus inicios con una producción en el campo Libra que se espera que no comience hasta al menos 2020.
A pesar de la caída de los precios del crudo y el escándalo de corrupción, Petrobras mantuvo hasta la fecha su programa de inversiones 2014-2018, pronosticando que el petróleo pre-sal representará el 52 por ciento de la producción total de la compañía dentro de un periodo de tres años.
Empero, este mes la compañía portuguesa Galp Energia puso en duda tales promesas, anunciando que la investigación de corrupción en Petrobras probablemente retrasaría, por al menos un año, la entrega de buques para el yacimiento pre-sal Lula, el cual está desarrollando con Petrobras. No sólo existen problemas de liquidez, sino que también hay muchos contratistas locales encargados de fabricar el equipo que han sido implicados en la trama de corrupción y a los cuales se les prohibió recibir pagos de Petrobras.
Si Petrobras, poseedora de un cuasi monopolio sobre la producción brasileña de petróleo y gas, se viera obligada a reducir sus inversiones pre-sal, los efectos tendrían repercusiones que irían mucho más allá de la industria, advierten los analistas.
Los fondos para investigación y desarrollo se agotarían, y las escuelas y hospitales de Brasil podrían ser privados de miles de millones de dólares provenientes de beneficios y regalías de la producción pre-sal que se les han prometido.
Además, aunque las empresas chinas oportunistas ocupen algunos de los vacíos dentro de la industria, la crisis en Petrobras ya está sacudiendo la estancada economía de Brasil con olas de destrucción de empleos en Río de Janeiro y Rio Grande do Sul, el estado sureño de Brasil conocido por su construcción naval.
André Gordon, de la asociación de accionistas minoritarios de Brasil AMEC, señala que el escándalo de corrupción también ha ahuyentado a los inversionistas de la bolsa de valores de Brasil. "La gobernanza deficiente de Petrobras acarrea consecuencias que nos afectan a todos".
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