La posibilidad de eliminar las importaciones de diésel y por ende la subvención no se podrá alcanzar ni en 2025, a no ser que se construya una planta de Gas To Liquid (GTL) de gran capacidad que permita producir más líquidos a partir de petróleo sintético.
Esa es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por el Instituto del Gas Natural (IGN) dependiente de la facultad de Química de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
El director de ese Instituto, Saúl Cabrera, recordó que el principal problema del país es que no hay la materia prima (petróleo) para producir diésel, crudo y condensado que no se extraen del gas por ser liviano.
Por eso es casi imposible que el país pueda dejar de depender de las importaciones, pese a que la ministra de Comunicación, Amanda Davila, anunció que en 2017 el país estará en condiciones de eliminar la subvención.
De hecho, según el estudio del IGN, si el país no hace nada, hacía 2025 la demanda del carburante pasará de 27.809 barriles por día (datos a 2013) a 41.177 barriles día. Mientras que la producción nacional disminuirá de 14.229 barriles (2013) a 2.660 barriles. Es decir que habrá un déficit de 38.517 barriles de diésel, que se deberán importar.
Además, el costo de la subvención pasaría de 676 millones de dólares en 2014 a 2.600 millones de dólares. Esto se explica porque en la actualidad el precio internacional del litro de diésel es de 9,21 dólares y en 2025 se dispararía a 12.08 dólares por el incremento de la cotización internacional del petróleo. En Bolivia el precio del carburante está congelado en 3,72 bolivianos.
Los escenarios
La investigadora del IGN, Alison Huallapara, explicó que el estudio proyecta seis escenarios para disminuir las importaciones de diésel. El primero mantiene la situación actual con las compras y sólo cambiando la matriz energética con el uso del Gas Natural Vehicular (GNV).
El segundo escenario apunta hacía una política de incremento gradual del precio del energético, que permitiría reducir algo el costo de la subvención.
Además, esto debería ir acompañado de una nivelación del precio del barril de petróleo producido en el país que está congelado en 27 dólares, mientras que en el mercado internacional está en 110 dólares.
Si esto sucede, según Cabrera, habría un incentivo para que las empresas inviertan en exploración y buscar reservas de crudo.
El tercer escenario es que se impulse una política de incremento diferenciado del precio del diésel y que sectores más pudientes paguen más y se elimine el subsidio ciego.
No se soluciona el problema, pero el Estado ahorra.
El cuarto escenario propone la instalación de una planta de GTL y una nueva refinería. Esto ya había sido proyectado por YPFB en un anterior plan de inversiones 2009-2015.
Consistía en construir una planta de GTL de 15.000 barriles de líquidos y una refinería en Patacamaya que emplearía petróleo pesado importado. Esto permitiría producir 12.750 barriles de diésel. No alcanza a cubrir la demanda y encima el costo de importar crudo es elevado.
El quinto escenario es el de combinar una planta de GTL y producir biodiésel, pero tampoco soluciona el déficit.
El sexto escenario implica la construcción de una planta de GTL de al menos 34.000 barriles día de capacidad y un incremento diferenciado del precio del diésel.
De acuerdo al estudio del IGN, de esa manera se podría producir 22.100 barriles adicionales de diésel, que permitiría atender el 60% de la demanda. Además, en la planta se extraerían otros carburantes como las naftas.
En esas condiciones las compras externas bajan.
¿Quiénes participaron del estudio?
Integrantes El estudio fue impulsado por Saúl Cabrera, director del Instituto del Gas Natural (IGN) de la UMSA, acompañado por los investigadores Alison Huallpara, Liset Justiniano, Jorge Velasco.
Integración El IGN es interfacultativo. Participan las carreras de Química con el Instituto de Investigaciones Químicas; Ingeniería Química con el Instituto de Desarrollo de Procesos Químicos; Ingeniería Petrolera con el Instituto de Investigaciones Petroleras.
IGN Fue creado en 2005, pero opera desde 2007 con fondos de cooperación sueca y desde 2012 con recursos del IDH. Tiene 8 profesores, 6 postulantes a doctorado, 11 a maestrías y 20 a licenciatura que suman 35 investigadore
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