El año pasado, la subvención del gas licuado de petróleo (GLP), diesel y gasolina alcanzó 800 millones de dólares, de acuerdo con el viceministro de Industrialización y Comercialización de Hidrocarburos, Álvaro Arnez.
Para el año que ya está en su segundo semestre, "se estima" que el subsidio "se reduzca a 700 millones de dólares". En tanto que la proyección para el 2015 es rebajar a 450 millones.
Estos descensos no son mero deseo, sino responden a "decisiones adecuadas con fundamento científico en la industrialización", asegura la autoridad.
Para el 2025, se calcula que los subsidios a los combustibles de consumo masivo "se reducirán a la mínima expresión", con lo cual se alcanzará "el ideal nacional de ser autosuficientes energéticamente".
Así retrata el panorama de las subvenciones a los combustibles, afirmando que la eliminación será alcanzada con un plan sostenido de incremento en el refino y con la industrialización de los hidrocarburos.
SOLUCIONES La reducción del subsidio al GLP llegará de la mano de la planta separadora de licuables Río Grande. El inicio de su producción está anunciado para la segunda quincena de este mes.
El consumo promedio diario de GLP en el país es 1.100 toneladas métricas, con un déficit de 150 toneladas por día, pero ya "en la actualidad tenemos un excedente de cerca a 200 TMD para poder exportar a mercados vecinos", remarca la autoridad.
En el caso del diesel el millonario subsidio, cercano a "540 millones de dólares por año" será reducido con la producción del combustible sintético, es decir con una planta de gas a líquidos (GTL) que demandará una inversión de 950 millones de dólares.
La capacidad de producción de la planta GTL será de 30.000 barriles por día de diesel, para lo cual consumirá 9 millones de metros cúbicos por día de metano, mayor componente del gas natural boliviano.
Los planteamientos de solución están incluidos en una nota distribuida por el Ministerio de Hidrocarburos.
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