En correspondencia al anuncio, el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Catacora, reaccionó con cautela pero sin dejar de lado un marcado optimismo cuando señaló que el GNL, difícilmente competirá con el gas boliviano debido a que el ducto por el cual vende gas al Brasil es más accesible y sobre todo barato.
De acuerdo con estimaciones realizadas por el Gobierno en el Presupuesto 2016, el precio del millón de BTU de gas exportado a Brasil terminaría en la gestión en menos de 4 dólares, mientras que el GNL comercializa el millón de BTU a un promedio de entre 5 a 7 dólares.
“La facilidad que tienen (los brasileños) de recibir gas a través del ducto y el precio que pagan, yo creo que no tiene competencia con el gas natural licuado (GNL)”, afirmó tajante la autoridad pero de inmediato apeló a la necesidad de evaluar lo que pueda pasar directamente con los interesados “los empresarios privados en Sao Paulo, a quienes tienen que preguntar (sobre la demanda de gas)”.
REEMPLAZO
“Brasil tiene ahora todas las condiciones para reemplazar al gas boliviano con gas licuado por barcos y ya hizo pruebas”, recalcó Miranda.
Lo que está pasando es que la historia energética del mundo definitivamente volvió a transformarse y apareció, en el escenario, un nuevo productor de GNL, serio y competidor Estados Unidos, comentó.
Con los precios bajos de petróleo en el mercado internacional, EEUU optó por utilizar, de mejor manera, el shale oil y el shale gas que tienen de sobra como resultado de una febril explotación, dijo el experto.
Debido a esta situación, existe una sobreoferta de crudo pero también de gas, por lo que los norteamericanos montaron en el sur un complejo de al menos 14 plantas para comenzar a realizar exportación de gas a Sudamérica, pero esencialmente, a Europa, donde quieren llegar con fuerza, explicó.
Otros países circunvecinos como la Argentina, Uruguay e incluso Chile constituyen también una opción real y efectiva para el GNL norteamericano, aseguró Miranda.
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