El petróleo frenó su subida este jueves tras dispararse por el acuerdo sorpresa de los países de la OPEP para reducir su producción, mientras algunos analistas creen que el efecto sobre las cotizaciones podría ser sólo temporal.
Poco después del acuerdo, anunciado el miércoles por la noche, los precios se dispararon un 6% pero luego se fueron frenando en los mercados asiáticos.
Hacía las 9H15 GMT, el WTI para entrega en noviembre perdía 34 centavos, hasta 46,71 dólares el barril. Por su parte el Brent del Mar del Norte perdía 45 centavos, hasta 48,24 dólares.
Y en la bolsa de Londres las acciones de las petroleras Royal Dutch Shell y BP ganaban respectivamente 5,5% y 4,4%.
Hacia las 05:00 GMT, el WTI para entrega en noviembre perdía 7 centavos, hasta 46,98 dólares el barril, en los intercambios electrónicos en Asia. Por su parte el Brent, también para entrega en noviembre, cedía 18 centavos, hasta 48,51 dólares.
Tras seis horas de reunión y semanas de negociaciones, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) anunció su decisión de rebajar su producción a entre 32,5 y 33 millones de barriles diarios (mbd), frente a los 33,47 mbd que producían los países del cartel en agosto.
Se trata del recorte de producción más importante desde 2008, en plena crisis financiera.
El acuerdo, alcanzado durante una reunión informal en Argel, en la que también participó Rusia, que no forma parte de la OPEP, fue posible porque Arabia Saudí aceptó finalmente que Irán quedara excluido del pacto.
Los iraníes eran contrarios a congelar la producción porque quieren recuperar su nivel de producción anterior a las sanciones internacionales.
En abril otro intento de acuerdo similar fracasó por la negativa de Irán a frenar su producción.
"Claramente fue Arabia Saudí quien cedió primero, permitiendo a Irán, su principal rival, aumentar su producción", dijo al la AFP Jeffrey Halley, un analista de OANDA.
Arabia Saudí, un país sunita, e Irán, chiita, son las dos potencias rivales en Oriente Medio y tienen posiciones opuestas en muchas cuestiones, entre ellas los conflictos en Yemen y Siria.
Según los analistas, la caída de los ingresos petroleros ha sido clave en el acuerdo para intentar reactivar el precio del crudo, muy débil desde mediados de 2014 y que rondaba los 45 dólares el barril antes del anuncio.
Los inversores también estarán atentos a lo que hagan los demás productores de petróleo que no están en la OPEP, como Rusia, Estados Unidos o Canadá, y si finalmente recortan la producción.
Problemas presupuestarios
Las decisiones concretas de producción de cada uno de los 14 países del cártel, que produce el 40% del petróleo mundial, se tomarán en una reunión el 30 de noviembre en Viena.
Hasta ahora, frente al 'boom' del gas y el petróleo de esquisto estadounidense que arrastraron los precios a la baja, los países más ricos de la OPEP habían optado por seguir produciendo y mantener así sus cuotas de mercado.
El rechazo de regular el mercado a pesar del exceso de oferta y de la débil demanda llevaron a los precios a la baja, desde los 100 dólares que valía el barril en junio 2014 hasta el mínimo de 30 dólares al que se llegó a principios de 2016.
"Arabia Saudí quizás ha revisado su estrategia de dumping, de querer luchar contra el petróleo de esquisto estadounidense, porque la presión sobre su presupuesto se acerca a un punto de no retorno", explica Halley.
El presupuesto de Arabia Saudí, que depende en un 73% de los ingresos petroleros, tuvo en 2015 un déficit fiscal récord y obligó a poner en marcha medidas de austeridad.
También es el caso de Venezuela, donde el 96% de las divisas proceden del petróleo, y cuyo ministro del Petróleo, Eulogio del Pino, calificó de "histórico" el acuerdo de Argel en un mensaje en Twitter.
"Numerosos miembros de la OPEP sufren económicamente de los bajos precios. Sus economías están estancadas o retroceden y tienen problemas de presupuesto", explica Greg McKenna, una analista de AxiTrader.
"Por eso parece que finalmente las necesidades presupuestarias se han impuesto a las necesidades políticas. Creo que el aumento de las cotizaciones y prometida reducción [de producción] durarán", afirma.
Otros analistas son más prudentes y esperan el resultado de la cumbre de Viena
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