En numerosas entregas y en distintos foros internacionales exterioricé que si no blindábamos a nuestras empresas estatales del poder político de turno, éstas terminarían vendiéndose y/o privatizándose, parcialmente o totalmente. Lo más deplorable es que en la desesperación y premura, la mayor parte de las veces se lo debe hacer a precio de gallina muerta.
Esto parece estar ocurriendo con Petrobras, la otrora empresa energética orgullo de todos los brasileños y latinoamericanos. Es que Petrobras representaba engreimiento por muchas razones: 1) Sus adelantos tecnológicos para perforar en aguas ultraprofundas; 2) por crear y mantener CENPES, un centro de investigación tecnológica de primer nivel; 3) por lograr su internacionalización y su llegada a varios países de América Latina y del mundo; y 4) por llegar a descubrir el Presal.
Otro motivos de altivez eran: 5) por aumentar reservas y producción de petróleo y gas natural en Brasil y varios países; 6) por tornarse en una empresa integrada y competitiva de energía; 7) por logar captar la atención de ciudadanos del mundo y que apuesten capital de riesgo en las bolsas de valores, confiando en su futuro tecnológico y como empresa independiente del poder político; 8) por contar con profesionales/técnicos éticos y de excelencia y mucho más.
Hoy en día, ese entonces orgullo brasileño y latinoamericano, es la empresa más adeudada del planeta. Petrobras, a la fecha, se conoce que tiene unos 54.000 millones de dólares en deuda en circulación y 33.000 millones de dólares en bonos que vencen en los próximos cinco años (un total de 87.000 millones de dólares).
Hace poco, la estatal brasileña refinanció 6.750 millones de dólares de deuda. Es sin duda la empresa más adeudada del planeta. No sólo eso, su valor en bolsa ha disminuido hasta 10 veces y sus acciones son consideradas casi basura y no generan confianza de los capitales internacionales que apuestan a riesgo y a empresas despolitizadas.
Finalmente, su imagen está por los suelos por la espantosa corrupción a la que ha sido sometida.
Sin solución
Por todo lo expuesto, es casi imposible que Petrobras pueda amortizar esta inmensa deuda e intereses, continuar invirtiendo y explorando y manteniendo sus enormes gastos. Petrobras, como un enorme trasatlántico sin capitán, amenaza con hundirse, jalando hacia el abismo a una parte de la economía de Brasil.
¿Qué concebir ante esta desesperante situación? Lo que presagiamos hace ya varios años que ocurriría con todas las empresas que sean manejadas muy políticamente y sin una visión corporativa, competitiva y empresarial. Es una lástima, pero no queda más que enajenar y privatizar sobre la marcha y muy posiblemente a precio de gallina muerta muchos de los activos de la empresa.
Petrobras ya ha vendido en los pasados dos a tres años casi la totalidad de sus activos internacionales y no será más una empresa estatal petrolera (NOC) multinacional como lo son Statoil de Noruega, Petronas de Malasia o Gazprom de Rusia. Enorme retroceso por la diversificación de riesgos que tiene que tener una empresa de esta naturaleza.
Se prepara ahora para enajenar casi la totalidad de activos de downstream en Brasil como ductos de transporte, distribuidoras de gas, generadoras eléctricas, regafasificadoras y muchos otros activos. Así mismo, se dispone para transferir áreas petroleras y gasíferas en su propiedad, en tierra y costa afuera, a empresas internacionales y nacionales.
Todo esto con el objetivo de reducir su abultada deuda y concentrar esfuerzos exploratorios y de desarrollo en el muy productivo Presal del litoral brasileño, donde ya no tendrá exclusividad. Para esto, Brasil está reconfigurando su marco normativo de manera de permitir competencia a los actores que se interesen en comprar los activos ofertados por Petrobras, se deje de lado el monopolio y se introduzca competencia.
Causas de la debacle
¿Qué llevó a Petrobras a estas circunstancias? Fue sometida por el poder político de turno. Se le impuso tener control de mercado y monopolio dentro de Brasil y se la tornó no competitiva, se la forzó a subsidiar, se cambiaron cuadros de excelentes técnicos y profesionales por funcionarios que respondían al poder político y mucho más.
Finalmente vino la estocada de los bajos precios del petróleo que término por llevarla a la situación actual.
Empero, lo que más detrimento causó a Petrobras fue la profunda corrupción a la que estuvo sometida. Grandes obras, con gran corrupción y sobreprecios y apuntaladas desde el Gobierno y en complicidad con algunas empresas inescrupulosas.
Sin duda que la corrupción es una de las más execrables lacras que azotan a la humanidad. Hace que la riqueza se concentre en pocos y la pobreza en muchos. Genera susceptibilidad, malestar y desvirtúa valores fundamentales como el esfuerzo, el estudio, la innovación y el trabajo arduo y honesto. Fomenta descrédito para inversión honesta de largo plazo y promueve inversión especulativa, deshonesta y de corto plazo, etcétera, etcétera.
Aprendamos de la lección que nos da Petrobras. Tratemos de blindar a nuestras empresas estatales del poder político de turno mediante directorios que incluyan profesionales independientes y estatales, y que sea este directorio el encargado de contratar a una empresa cazatalentos para la búsqueda de su presidente y altos ejecutivos. Es la única salida.
* Actual socio director de Gas Energy Latin America y Drillinginfo.
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