La declinación de los tres megacampos de gas natural de Bolivia, localizados en el Chaco, se acentuará entre 2022 y 2024, señala un análisis de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil y de la Asociación Brasileña de Grandes Consumidores de Energía (Abrace).
"La explotación de los yacimientos de gas natural en Bolivia seguirá un formato de curva de campana, es decir, crecerá a un pico de la producción que puede permanecer relativamente estable durante unos cuatro a cinco años y luego se reducirá a la misma tasa de aumento”, señala el documento que fue elaborado por las industrias brasileñas.
El estudio, publicado en la revista brasileña Valor Económico, aclara que la falta de información y estimaciones públicas de la curva de producción de gas natural en Bolivia obligó a hacer algunas proyecciones sobre el futuro de la producción de las principales zonas productoras de Bolivia.
En general, apunta que la declinación natural anual de San Alberto, Sábalo (San Antonio), Margarita-Huacaya y otros pequeños campos, en el próximo quinquenio, estará en el orden del 5%, en promedio. Luego de ese periodo tendrá una acelerada disminución a un ritmo del 10% al año.
El descenso de los megas
De acuerdo con el análisis, la curva de producción para el campo gasífero Sábalo señala que entre 2013 y 2014 se mantuvo sin cambios; en ese contexto, se estima que el campo está en su meseta de producción y se espera que se mantenga en 18 millones de metros cúbicos día (MMmcd) durante 2017 (ver gráfica).
A partir de 2018, se notará una disminución en la producción en el orden del 5% por año hasta 2023, cuando su ritmo de descenso llegará a un 10% anual.
En el caso de San Alberto, afirma que a partir de 2012 ya hubo una reducción del 5% y que luego la tasa de disminución aumentó a 16%. Por lo tanto, se estima que el campo está en su fase de producción decreciente y a partir de 2020 se prevé que se reporte un acelerado descenso del 10% al año.
En el análisis también se incluyó al campo Incahuasi, que se espera ingrese en producción en agosto, y menciona que hasta 2019 producirá 6,5 MMmcd y después subirá a 13 MMmcd. Pero desde 2025 bajará a un 10% anual.
El campo Margarita-Huacaya muestra una alta expansión de su producción en los últimos dos años. Se calcula que continuará subiendo en 2017, hasta estabilizarse en 19 MMmcd y desde 2021 el rendimiento del campo entrará en fase de declive.
Para 2022, el campo reportará un descenso del 5% al año y desde 2023 acelerará su ritmo de declinación anual en 10%.
La pasada semana el geólogo Gustavo Navarro advirtió que la aceleración productiva del campo Margarita-Huacaya a 18,54 MMmcd, con ocho pozos productores, es contraproducente porque al cubrir la demanda del mercado interno y de exportación se incrementa la producción de agua.
Página Siete envió a YPFB un cuestionario sobre las estimaciones del informe brasileño, pero no obtuvo respuesta.
El documento anticipa que el suministro de Bolivia a Brasil puede disminuir sustancialmente entre 2022 y 2024, debido a que las reservas probadas no son suficientes para mantener los volúmenes actuales del contrato por un nuevo periodo de 20 años.
En ese contexto, la CNI y Abrace alertan que Bolivia requiere de inversiones privadas para tareas de exploración, actividad que está paralizada en el país.
La situación actual
San Alberto En el pozo San Alberto -SAL-19, que recientemente fue perforado y terminado en objetivos profundos, se observó que los parámetros reflejan el agotamiento del campo y el empuje del acuífero, lo cual da muy poca recuperación de gas, según la Gobernación de Tarija.
Situación El campo Sábalo también refleja una caída acelerada de la presión del yacimiento; los datos arrojados por la operadora indican que fluctúa al límite de 3.525 psi a diciembre de 2015. En el campo Sábalo se determinó una caída de presión de reservorio de dos psi/día, lo cual revela una declinación natural de este reservorio de gas.
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