La decisión del presidente Evo Morales Aima de nacionalizar la transportadora de hidrocarburos gerenciada por la anglo–holandesa Shell y la estadounidense Ashmore, abrió el debate sobre la capacidad de Bolivia para realizar las inversiones requeridas para exportar gas a Argentina.
Esta situación fue lamentada por la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), que también postula no se impida la concreción de la ampliación del Gasoducto Carrasco–Cochabamba y la ampliación de la Fase III al Altiplano, por la ausencia oportuna de inversiones en el sector.
“Dado el rol estratégico del transporte por ductos, esperamos que no se vean afectados los urgentes proyectos de ampliación que se venían gestionando para poder atender el déficit de la demanda interna y externa”, afirmó la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, entidad que agrupa a las empresas petroleras que operan en el sector de operaciones y servicios del país.
La entidad también expresó en un comunicado público su preocupación porque la nacionalización de Transredes, gerenciada por Shell y Ashmore, afecte las “ampliaciones vitales para atender las necesidades de evacuación de líquidos y gas de los nuevos proyectos de inversión a realizarse”.
Baja producción
En la actualidad, Bolivia produce a duras penas entre 38 y 40 millones de metros cúbicos diarios de gas natural que vende a Brasil (31 millones de m3), en su mercado interno (que requiere de 6 a 7 millones de m3) y un saldo fluctuante para Argentina, país al que –según un acuerdo– ya debería estar vendiéndole 7,7 millones de m3.
Además el presidente Evo Morales firmó en 2006 un acuerdo de integración energética con el ex presidente argentino, Néstor Kirchner, para que La Paz suministre a través del Gasoducto Nordeste Argentino unos 14 millones de m3 diarios a partir de 2010 aumentando hasta 27 millones de m3 en un lapso de 20 años.
Por su parte, el analista económico Gonzalo Chávez se sumó a las preocupaciones sobre el impacto que pueda tener la última nacionalización en el campo petrolero, por el comportamiento que han tenido las inversiones en el rubro en el último lustro.
“Hace cinco años se buscaban (exploraban) 64 pozos (de gas) al año, ahora se hacen dos al año”, afirmó el analista.
Esta situación fue lamentada por la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), que también postula no se impida la concreción de la ampliación del Gasoducto Carrasco–Cochabamba y la ampliación de la Fase III al Altiplano, por la ausencia oportuna de inversiones en el sector.
“Dado el rol estratégico del transporte por ductos, esperamos que no se vean afectados los urgentes proyectos de ampliación que se venían gestionando para poder atender el déficit de la demanda interna y externa”, afirmó la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, entidad que agrupa a las empresas petroleras que operan en el sector de operaciones y servicios del país.
La entidad también expresó en un comunicado público su preocupación porque la nacionalización de Transredes, gerenciada por Shell y Ashmore, afecte las “ampliaciones vitales para atender las necesidades de evacuación de líquidos y gas de los nuevos proyectos de inversión a realizarse”.
Baja producción
En la actualidad, Bolivia produce a duras penas entre 38 y 40 millones de metros cúbicos diarios de gas natural que vende a Brasil (31 millones de m3), en su mercado interno (que requiere de 6 a 7 millones de m3) y un saldo fluctuante para Argentina, país al que –según un acuerdo– ya debería estar vendiéndole 7,7 millones de m3.
Además el presidente Evo Morales firmó en 2006 un acuerdo de integración energética con el ex presidente argentino, Néstor Kirchner, para que La Paz suministre a través del Gasoducto Nordeste Argentino unos 14 millones de m3 diarios a partir de 2010 aumentando hasta 27 millones de m3 en un lapso de 20 años.
Por su parte, el analista económico Gonzalo Chávez se sumó a las preocupaciones sobre el impacto que pueda tener la última nacionalización en el campo petrolero, por el comportamiento que han tenido las inversiones en el rubro en el último lustro.
“Hace cinco años se buscaban (exploraban) 64 pozos (de gas) al año, ahora se hacen dos al año”, afirmó el analista.
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