Analistas, la Cámara Nacional de Industrias y políticos de la oposición coincidieron, por separado, en que la acción del Gobierno de nacionalizar Transredes de manera forzosa traerá serias consecuencias para Bolivia, en especial por, lo que consideran, es una demostración de inseguridad jurídica en el país y que puede ahuyentar la inversión extranjera.
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Daniel Sánchez, sostuvo que la señal que el Gobierno dio ayer con la nacionalización de casi el total de las acciones de Transredes es un desincentivo a la inversión y la seguridad jurídica.
Asimismo, Sánchez recordó que la ampliación del nuevo ducto al altiplano sufre retrasos y, al ser Transredes una empresa que cuenta con el apoyo de organismos internacionales, el financiamiento para éste se torna incierto con la nueva administración.
Sánchez también denunció que ha comenzado el racionamiento de gas natural para las empresas del occidente del país, a razón de la falta de carburante, porque el suministro no fue garantizado por el Gobierno.
Similar criterio expuso el ex superintendente de Hidrocarburos Hugo de La Fuente, que expresó sus preocupaciones de que el gasoducto Carrasco-Cochabamba, que debe garantizar la provisión de gas natural a Cochabamba, Oruro y La Paz, “pueda ser truncado por esta nacionalización”. Recordó que la provisión a este mercado del occidente ha estado marcada por grandes recortes.
En ese sentido, De La Fuente argumentó que ahora el Estado e YPFB tienen un desafío más grande, no sólo de producir más hidrocarburos y transportarlo, sino de ampliar los gasoductos para los mercados interno y externo.
Para Carlos Alberto López, un analista del sector, el Gobierno ha puesto en evidencia que “las negociaciones con las petroleras se realizan bajo presión y amenazas, que al final se convierten en acciones de hecho”.
A criterio de López, esta situación incrementa el grado de incertidumbre y temor en el sector petrolero boliviano. “También tiene implicaciones en el ambiente para la inversión externa en Bolivia, en general, que ya está reducida a su mínima expresión”, dijo, para agregar que será difícil que se efectúen inversiones bajo amenaza.
A su vez, el diputado Fernando Messmer (Podemos) dijo a la agencia Fides: “La toma física que hizo el Gobierno no puede traer nada bueno al país, sino más bien acrecentar la incertidumbre y las dudas respecto a la seguridad jurídica existente”.
Por su parte, la Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH) lamentó, a través de un comunicado, que el Gobierno y TR Holdings no llegaran a una negociación exitosa referente a la venta de acciones y al manejo de la gestión administrativa y operativa de la empresa Transredes SA.
“Dado el rol estratégico del transporte por ductos, esperamos que no se vean afectados los urgentes proyectos de ampliación que se venían gestionando para atender el déficit de las demandas interna y externa, así como ampliaciones vitales para atender las necesidades de evacuación de líquidos y gas de los nuevos proyectos”, indica la CBH.
Más adelante, la Cámara pide que se preserve el alto nivel técnico y administrativo logrado por los obreros, técnicos, profesionales y empleados de Transredes SA, “ya que ellos son el verdadero valor de esta empresa”.
«Haremos una auditoría»
Gary Daher Canedo / Presidente interino de Transredes
A pocas horas de haber sido posesionado como titular de la transportadora más grande del país, el escritor y poeta cruceño Gary Daher esbozó sus primeras acciones en la firma. Antes participó en propuestas de proyectos de GTL.
- ¿Qué cambios se producirán en la compañía?
- Aún no podemos emitir mayores comentarios, sin embargo, es bueno aclarar que el Estado tiene una participación del 97% de las acciones. Estoy pidiendo información a todos los directores y gerentes de áreas para ver el estado de la compañía para adoptar luego las medidas que el caso aconseje.
- ¿Cuál será el primer paso en las operaciones?
- Garantizar las operaciones y la estabilidad de los funcionarios. Vamos a hacer todo lo posible para que la empresa siga siendo líder en el transporte.
- Se habla de cambios de los principales ejecutivos...
- Lo que queremos es la continuidad de las operaciones. Inicialmente, lo que existe es un cambio del control de la compañía, luego vendrá una radiografía de la empresa, acompañada de una auditoría, inventarios, etc. Posteriormente se analizarán los cambios a realizar, ello dependerá del proceso de evaluación.
- ¿Pueden estar tranquilos los funcionarios?
- Voy a reunirme con el personal, pero por el momento estamos manteniéndolo inclusive al personal superior, para garantizar las operaciones.
Sin injerencia política
Luis Carlos Kinn / Analista en hidrocarburos
Hasta antes de la capitalización, YPFB ya había construido y operaba casi toda la red actual de ductos que ahora tiene Transredes. En ese sentido, esta ‘nacionalización’ es una recuperación de una actividad que YPFB ya tenía en el pasado. Dado que el transporte es estratégico en la cadena de hidrocarburos, lo que ahora se tendrá será un absoluto control de parte del Estado sobre esta actividad.
Como referencia, hace un año, cuando las refinerías pasaron a control de YPFB, sólo se cambió a los ejecutivos brasileños; se llevó a los máximos cargos a gente boliviana de alto nivel profesional, se mantuvo el nivel salarial, se evitó la injerencia política en la empresa. Todo ello dio por resultado que ahora esas refinerías funcionen igual o aun mejor que antes, pues elevaron su capacidad de procesamiento sin disminuir la calidad de gestión. Si en el caso de Transredes se aplican las mismas medidas, esta actividad debería funcionar normalmente.
Es posible que si el Gobierno quiere dar una señal, ella sea interna: a los bolivianos, que se está completando la política de recuperación y control estatal de las actividades estratégicas; y al sector privado petrolero que, bajo este Gobierno, toda actividad conjunta se ejecutará en calidad de socios.
La empresa
- Transredes comenzó a operar el 16 de mayo de 1997 en el área del transporte de gas por ductos. Tras 11 años de operaciones, ayer fue nacionalizada. Las inversiones de la empresa en una década superan $us 500 millones.
- Está compuesta así: Transredes Bolivia, que administra los ductos en Bolivia, la misma que tiene dos afiliadas: GTB, administra el ducto de Río Grande a la frontera con Brasil y TVG, que controla el ducto desde la frontera con Bolivia a San Pablo.
- Deja a medias el gasoducto Carrasco-Cochabamba y tiene pendiente un proceso por contaminación en Desaguadero.
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