El estado de las cosas mostraba una radiografía preocupante, para ello la administración de turno optó por priorizar los compromisos tributarios con el SIN por concepto de IUE, dice el comunicado de la compañía.
Un sondeo preliminar de la Compañía Logística de hidrocarburos Bolivia (CLHB), demostró que la misma tiene “las arcas vacías”, “está excesivamente endeudada” y “tiene una política de gastos exagerada e incompatible con objetivos reales de desarrollo de la firma”, según informó el gerente General e Interventor de esa compañía nacionalizada, Saúl Avalos Cortez.
Una vez que transcurrieron dos meses de la intervención de CLHB, el nuevo gerente General, Saúl Avalos Cortez, dio una perspectiva de la compañía y los principales retos que debe afrontar en el futuro, en la visión de corto, mediano y largo plazo, así como los principales elementos que caracterizan la transición desde el pasado 1ro. de mayo.
Esa fecha, CLHB junto con otras tres empresas petroleras fueron nacionalizadas por el gobierno del presidente Evo Morales Aima, determinando la transferencia de las acciones y el control de la administración de los antiguos consorcios extranjeros a manos del Estado boliviano, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
En el caso de CLHB, el control administrativo de la empresa se realizó el 9 de mayo dando cumplimiento a los Decretos Supremos 29542, 29555 y la Resolución Administrativa 0485/2008 de la Superintendencia de Hidrocarburos, que instruye el nombramiento de Ávalos como Interventor de la compañía, hasta que se consolide la valoración y compra–venta de las acciones del consorcio germano–peruano Oiltanking Investments Bolivia SA a YPFB.
Evaluación financiera
“Las primeras acciones tomadas por el nuevo ejecutivo estuvieron orientadas a realizar una minuciosa evaluación financiera de la empresa, al final de un sondeo preliminar los nuevos administradores se percataron que CLHB estaba con las arcas vacías, muy endeudada y siguiendo una política de gastos exagerada e incompatible con objetivos reales de desarrollo de la firma”, dice un comunicado institucional.
En ese sentido, afirma el gerente, ordenó a su equipo de trabajo una reingeniería financiera que dé soluciones a los compromisos urgentes de la empresa.
“El estado de las cosas mostraba una radiografía preocupante que ameritaba decisiones inteligentes y rápidas, para ello la administración de turno optó por priorizar los compromisos tributarios con el SIN por concepto de IUE (Impuesto a las Utilidades de las Empresas), que ascendían a 2 millones de dólares de la gestión 2007, vencido el pasado 29 de abril”, dice el comunicado.
Agrega que: “Otra medida financiera fue diseñar la Estrategia de Gestión de Activos y Pasivos del momento. En ese contexto el panorama de CLHB era de números rojos. La compañía tenía deudas por 15 millones de dólares aproximadamente y sólo 8 millones de dólares de cuentas por cobrar. A ello hay que sumarle los 75 mil dólares que había en la caja de la empresa al momento de la intervención, pues el 30 de junio, un día antes de la Nacionalización, los anteriores ejecutivos retiraron la suma de 800 mil dólares para pagar dividendos e indemnizaciones”.
De esa forma Ávalos se planteó replantear la estructura de gastos y definir con un nuevo enfoque el concepto de inversión.
Un sondeo preliminar de la Compañía Logística de hidrocarburos Bolivia (CLHB), demostró que la misma tiene “las arcas vacías”, “está excesivamente endeudada” y “tiene una política de gastos exagerada e incompatible con objetivos reales de desarrollo de la firma”, según informó el gerente General e Interventor de esa compañía nacionalizada, Saúl Avalos Cortez.
Una vez que transcurrieron dos meses de la intervención de CLHB, el nuevo gerente General, Saúl Avalos Cortez, dio una perspectiva de la compañía y los principales retos que debe afrontar en el futuro, en la visión de corto, mediano y largo plazo, así como los principales elementos que caracterizan la transición desde el pasado 1ro. de mayo.
Esa fecha, CLHB junto con otras tres empresas petroleras fueron nacionalizadas por el gobierno del presidente Evo Morales Aima, determinando la transferencia de las acciones y el control de la administración de los antiguos consorcios extranjeros a manos del Estado boliviano, a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
En el caso de CLHB, el control administrativo de la empresa se realizó el 9 de mayo dando cumplimiento a los Decretos Supremos 29542, 29555 y la Resolución Administrativa 0485/2008 de la Superintendencia de Hidrocarburos, que instruye el nombramiento de Ávalos como Interventor de la compañía, hasta que se consolide la valoración y compra–venta de las acciones del consorcio germano–peruano Oiltanking Investments Bolivia SA a YPFB.
Evaluación financiera
“Las primeras acciones tomadas por el nuevo ejecutivo estuvieron orientadas a realizar una minuciosa evaluación financiera de la empresa, al final de un sondeo preliminar los nuevos administradores se percataron que CLHB estaba con las arcas vacías, muy endeudada y siguiendo una política de gastos exagerada e incompatible con objetivos reales de desarrollo de la firma”, dice un comunicado institucional.
En ese sentido, afirma el gerente, ordenó a su equipo de trabajo una reingeniería financiera que dé soluciones a los compromisos urgentes de la empresa.
“El estado de las cosas mostraba una radiografía preocupante que ameritaba decisiones inteligentes y rápidas, para ello la administración de turno optó por priorizar los compromisos tributarios con el SIN por concepto de IUE (Impuesto a las Utilidades de las Empresas), que ascendían a 2 millones de dólares de la gestión 2007, vencido el pasado 29 de abril”, dice el comunicado.
Agrega que: “Otra medida financiera fue diseñar la Estrategia de Gestión de Activos y Pasivos del momento. En ese contexto el panorama de CLHB era de números rojos. La compañía tenía deudas por 15 millones de dólares aproximadamente y sólo 8 millones de dólares de cuentas por cobrar. A ello hay que sumarle los 75 mil dólares que había en la caja de la empresa al momento de la intervención, pues el 30 de junio, un día antes de la Nacionalización, los anteriores ejecutivos retiraron la suma de 800 mil dólares para pagar dividendos e indemnizaciones”.
De esa forma Ávalos se planteó replantear la estructura de gastos y definir con un nuevo enfoque el concepto de inversión.
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