Los departamentos de Pando y Beni sienten la falta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) debido al poco control militar y la nula presencia de la Superintendencia de Hidrocarburos en las principales ciudades de esas regiones, lo que provoca un aumento en el contrabando de este energético a poblaciones brasileñas.
El DEBER constató la falta de GLP en Riberalta y Trinidad, mientras que en Cobija y Guayaramerín las autoridades municipales y de la Prefectura confirmaron la escasez del energético.
En Riberalta, durante tres días (jueves, viernes y sábado de la anterior semana) se observó largas filas en busca de GLP. En las dos distribuidoras (Vaca Díez y Natsumi) el producto se vende prácticamente una vez por semana a Bs 22,50.
En el mercado negro la garrafa de 10 kilos cuesta entre Bs 125 y Bs 150.
En el caso de Trinidad, el abastecimiento es irregular y cada día se observan filas para proveerse de una garrafa. Los problemas aumentan para Guayaramerín y Cobija donde la población se está acostumbrando a cocinar con leña o caso contrario, la gente que tiene más recursos compra la garrafa a Bs 150 en los puestos ilegales.
Al respecto, YPFB deslindó responsabilidades y acusó a la Superintendencia de Hidrocarburos y a los militares de ejercer poco control en la venta de GLP.
El gerente distrital comercial de Cochabamba, Wilson Orellana, aseguró que actualmente se destina 39.000 garrafas/mes a esas localidades. Sin embargo, esas poblaciones requieren mínimamente 60.000 garrafas.
Para dar solución a este problema, el gerente nacional de Comercialización, de YPFB Rodrigo Carrasco, dijo que se instalará una planta engarrafadora en Guayaramerín lo que facilitará la provisión del energético dentro de un mes y medio. Además se elevarán los cupos a 44.000 garrafas/mes.
La Superintendencia de Hidrocarburos argumenta que mucha gente pretende acumular GLP para luego sacarlo de contrabando.
El comandante del COA, Ramiro Mendoza indicó que hoy pedirá un informe a los comandos conjuntos de esas localidades.
La distribución y los problemas
- Según datos de YPFB, actualmente se envía a estas poblaciones (Trinidad, Guayaramerín, Cobija y Rurrenabaque) 39.000 garrafas/mes.
No obstante, la demada real de estas áreas supera las 69.000 garrafas/mes.
- En la sede de Gobierno también se confronta algunos problemas en la provisión del energético. Sin embargo, YPFB señaló que en los últimos días se han distribuido 35.000 garrafas diarias en El Alto y en La Paz, cuando el promedio normal de distribución oscila entre 25.000 y 30.000 garrafas.
- En la capital cruceña también se registró ayer problemas en tres zonas: Villa 1ro de Mayo, Plan Tres Mil y 4 de Noviembre.
Dificultades en hospitales y escuelas
El alcalde municipal de Riberalta, Freddy Mejía, indicó ayer que el problema afecta con fuerza al sistema hospitalario, donde existen dificultades para la alimentación de los pacientes, y en la dotación del desayuno escolar que es una tarea diaria que brinda el municipio.
La autoridad coordinará una reunión interinstitucional destinada a efectuar la representación ante el Gobierno y aumentar el cupo de GLP para esta ciudad.
Para el subprefecto de la provincia Vaca Díez, Agustín Vargas, el control no se cumple y el problema se acentúa con la falta de gasolina.
El DEBER constató la falta de GLP en Riberalta y Trinidad, mientras que en Cobija y Guayaramerín las autoridades municipales y de la Prefectura confirmaron la escasez del energético.
En Riberalta, durante tres días (jueves, viernes y sábado de la anterior semana) se observó largas filas en busca de GLP. En las dos distribuidoras (Vaca Díez y Natsumi) el producto se vende prácticamente una vez por semana a Bs 22,50.
En el mercado negro la garrafa de 10 kilos cuesta entre Bs 125 y Bs 150.
En el caso de Trinidad, el abastecimiento es irregular y cada día se observan filas para proveerse de una garrafa. Los problemas aumentan para Guayaramerín y Cobija donde la población se está acostumbrando a cocinar con leña o caso contrario, la gente que tiene más recursos compra la garrafa a Bs 150 en los puestos ilegales.
Al respecto, YPFB deslindó responsabilidades y acusó a la Superintendencia de Hidrocarburos y a los militares de ejercer poco control en la venta de GLP.
El gerente distrital comercial de Cochabamba, Wilson Orellana, aseguró que actualmente se destina 39.000 garrafas/mes a esas localidades. Sin embargo, esas poblaciones requieren mínimamente 60.000 garrafas.
Para dar solución a este problema, el gerente nacional de Comercialización, de YPFB Rodrigo Carrasco, dijo que se instalará una planta engarrafadora en Guayaramerín lo que facilitará la provisión del energético dentro de un mes y medio. Además se elevarán los cupos a 44.000 garrafas/mes.
La Superintendencia de Hidrocarburos argumenta que mucha gente pretende acumular GLP para luego sacarlo de contrabando.
El comandante del COA, Ramiro Mendoza indicó que hoy pedirá un informe a los comandos conjuntos de esas localidades.
La distribución y los problemas
- Según datos de YPFB, actualmente se envía a estas poblaciones (Trinidad, Guayaramerín, Cobija y Rurrenabaque) 39.000 garrafas/mes.
No obstante, la demada real de estas áreas supera las 69.000 garrafas/mes.
- En la sede de Gobierno también se confronta algunos problemas en la provisión del energético. Sin embargo, YPFB señaló que en los últimos días se han distribuido 35.000 garrafas diarias en El Alto y en La Paz, cuando el promedio normal de distribución oscila entre 25.000 y 30.000 garrafas.
- En la capital cruceña también se registró ayer problemas en tres zonas: Villa 1ro de Mayo, Plan Tres Mil y 4 de Noviembre.
Dificultades en hospitales y escuelas
El alcalde municipal de Riberalta, Freddy Mejía, indicó ayer que el problema afecta con fuerza al sistema hospitalario, donde existen dificultades para la alimentación de los pacientes, y en la dotación del desayuno escolar que es una tarea diaria que brinda el municipio.
La autoridad coordinará una reunión interinstitucional destinada a efectuar la representación ante el Gobierno y aumentar el cupo de GLP para esta ciudad.
Para el subprefecto de la provincia Vaca Díez, Agustín Vargas, el control no se cumple y el problema se acentúa con la falta de gasolina.
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