lunes, 28 de julio de 2014

Reinversión de utilidades y créditos del BCB seguirán financiando a YPFB

Carlos Villegas. El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) comentó el ranking de la revista AméricaEconomía, que por primera vez incluyó entre las 100 compañías más grandes de América Latina a una firma boliviana. La petrolera estatal subió del puesto 133 al 88 en ventas y del 22 al 14 en utilidades, lo que permitió a Villegas realizar un análisis de la situación y el futuro de la primera empresa del país, que podría internacionalizar sus operaciones después de consolidarse en Bolivia.

YPFB se encuentra este año entre las 100 compañías más grandes de América Latina, ¿cómo llega a alcanzar este logro la empresa boliviana?

— Estar en el puesto 88 del ranking de AméricaEconomía puede decir mucho o muy poco si no lo contextualizamos. Esto tiene que ver con todo el proceso que se dio desde 2006. La nacionalización de los hidrocarburos, que ha permitido que el Estado tome el control absoluto del sector, y la elaboración de planes quinquenales y anuales a partir de 2009 nos han permitido definir objetivos y metas para el sector hidrocarburífero, porque cuando me hice cargo de YPFB, en 2009, no había claridad en la trayectoria que deberíamos tomar para hacer realidad la nacionalización. A partir de esos aspectos fundamentales (nacionalización y planificación) también entramos a un proceso de reestructuración de Yacimientos que ha permitido mejorar significativamente la administración de la corporación y ha posibilitado en el sector una inversión de $us 7.071 millones en el periodo 2009-2013, 60% de YPFB y 40% de las privadas. Hoy en día producimos 61 MMmcd cuando nuestra producción en 2005 era de unos 35 MMmcd. Si no hubiéramos aumentado la producción, no tendríamos la capacidad de cubrir la demanda del mercado interno, de Brasil y Argentina, y no hubiéramos alcanzado el puesto 88 en ventas. Para tener más ventas había que aumentar la producción. Para lograr esto, invertimos $us 3.595 millones en la construcción de 11 plantas que nos permiten tener hoy una capacidad de procesamiento de 100 millones de metros cúbicos día (MMmcd) de gas y hemos perforado 122 pozos. La presencia de un contrato a largo plazo con Brasil y la negociación y posterior adenda a contrato con Argentina coadyuvaron al incremento de la producción, destrabando prácticamente las inversiones en el país. Otros aspectos favorables fueron la expansión del mercado interno, que consume entre 10 y 11 MMmcd, y los precios del gas de exportación. El año pasado vendimos a la Argentina a un precio promedio de $us 30,38 el millón de BTU y a Brasil a $us 8,99. Todos estos factores hicieron que gradualmente, desde 2009, la petrolera estatal vaya tomando una posición diferente dentro y fuera del país. El hecho de que por primera vez una empresa boliviana haya sido calificada entre las 100 mejores de América Latina no es gratuito, es resultado del trabajo conjunto y del compromiso que adquirimos con el presidente Evo (Morales) de materializar con hechos positivos la nacionalización, que de lo contrario sería fuertemente cuestionada.

— ¿En cuánto creció el patrimonio de la petrolera estatal en los últimos ocho años?

— El patrimonio de YPFB Corporación creció de $us 2.628 millones en 2006 a 11.031 millones en 2013. Eso quiere decir que en pocos años la riqueza neta de Yacimientos, la riqueza de Bolivia, aumentó de forma considerable, producto de que en los activos hubo mucha inversión y de que en los pasivos tenemos muy pocas cuentas por pagar. YPFB no es una empresa deudora, tiene un estado financiero bastante sano que nos permite señalar que los activos aumentaron a una tasa mayor que los pasivos.

— El hecho de ser uno de los pilares económicos del país demanda cada vez una mayor inversión, ¿cómo financiará YPFB sus futuros proyectos?

— La estrategia financiera que hemos implementado desde 2009 nos dio muy buenos resultados. Mientras los proyectos de industrialización se financian con créditos del Banco Central de Bolivia (BCB), la exploración y la explotación se financian con las utilidades de las empresas privadas y YPFB Corporación, esta última tiene la obligación de reinvertir todas sus ganancias netas luego de deducir los recursos que se destinan al pago de bonos sociales. Ahora, ¿cuál es la estrategia a futuro? Vamos a mantener estas dos fuentes de financiamiento, todavía no tenemos contemplado recurrir al mercado de capitales internacionales, ya sea a través de créditos o emisión de títulos valores. Este último año, representantes de muchas instituciones financieras internacionales nos visitaron para ofrecerle recursos a YPFB, un hecho importante que antes no ocurría y que indica que en el ámbito externo hay credibilidad en YPFB, en el Estado boliviano y en el Gobierno nacional. No quisimos concretar (ningún acuerdo), porque consideramos que con la reinversión de utilidades, que tiene cero costo para YPFB, y el crédito del BCB es suficiente. Si encontraríamos en el mercado internacional condiciones similares o mejores a las que nos ofrece el Banco Central —créditos con tasas de interés de entre 1 y 3% y a un plazo de 40 años— estaríamos interesados, pero hoy en día no existen esas condiciones. Entonces, no tiene sentido, por el momento, siquiera pensar en recurrir al capital externo. Sin embargo, en la medida en que los requerimientos de financiamiento lo exijan, sí veríamos con mucho cuidado la posibilidad de acceder al financiamiento externo.

— ¿Qué se viene después, se ha pensado en la incursión de la empresa en otros países como en algún momento se pensó en el Ministerio de Hidrocarburos?

— Prefiero ir a paso lento, lo cual nos ha dado muy buenos resultados hasta el momento. Creo que aún nos falta mucho para consolidar a YPFB como tal. Estamos en proyectos muy grandes de exploración y explotación, que son actividades permanentes, y estamos en la fase de industrialización del gas. Estos años hemos establecido las bases de la industrialización. Tenemos dos plantas de separación, Río Grande y Gran Chaco, sin las cuales no habría industrialización, porque de ahí se extraen las materias primas (etano, propano, butano, etc.) para este proceso. Además, hemos empezado con la planta de amoniaco y urea, y luego tenemos dos proyectos grandes: propileno-polipropileno y etileno-polietileno, plantas que van a producir materias primas para crear productos de plástico. Una vez que tengamos estas resinas, como YPFB vamos a seleccionar los productos de mayor rentabilidad en el mercado internacional y vamos a emprender actividades de manufactura de bienes finales de petroquímica. Además, para pensar en la internacionalización no solamente tenemos que tomar la decisión de ir a la Argentina, Perú o Ecuador, tenemos que seguir cualificando nuestra fuerza de trabajo, porque la internacionalización requiere que tengamos dos frentes: el trabajo interno y el externo, y para tal efecto necesitamos una masa crítica de profesionales que tengan la posibilidad de enfrentar ambos retos. Entonces, no quiero generar falsas expectativas, llegará el momento de la internacionalización, pero por ahora creo que tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en Bolivia. Si nos va bien en la exploración, si tenemos buenas reservas, si tenemos en algún momento una producción mayor a la demanda interna y a la de Brasil y Argentina, hay que pensar en exportar a ultramar, lo cual ya es una forma de internacionalizarse, pero eso lo vamos a hacer en su momento. En síntesis, consolidaremos a YPFB antes de tomar decisiones apresuradas que pueden ser riesgosas.

— ¿Qué nuevos mercados potenciales tiene el gas boliviano?

— Los mercados aparecerán cuando tengamos las reservas correspondientes. Hay demanda externa, pero por el momento estamos abocados en encontrar y consolidar mercados para los productos de la petroquímica, para el gas todavía no. Por eso creo que los proyectos que aparecen de un momento a otro, como Urupabol, se caen inmediatamente porque no tienen un sostén material. No se puede hacer inversiones en transporte y logística si no tenemos la producción. Los nuevos mercados tendrán que esperar los resultados de la exploración.

— ¿Por qué la certificación de reservas no se realiza de forma anual como fija la Ley 3740?

— Nosotros hemos optado por no hacer eso, porque un proceso de exploración no tiene resultados cada año. Los resultados de un proceso exploratorio se ven, si son positivos, en cinco años. Esa norma se aprobó en el Parlamento, en la Cámara de Senadores, como una forma de presión de la oposición, porque en ningún lugar del mundo la certificación es anual.

— ¿Qué nuevos incentivos tendrá la exploración en el futuro?

— Como YPFB, hemos llevado una propuesta al Ministerio de Hidrocarburos, que está conversando con autoridades del Ejecutivo. Si bien la exploración no va a depender totalmente de incentivos, estamos interesados en que su aprobación se efectúe lo más antes posible. Sin embargo, estamos en un periodo electoral y va a ser muy difícil que en este tiempo el Legislativo discuta un tema de esta naturaleza; será el próximo año, después de las elecciones. Pero la falta de incentivos no va a frenar la exploración.

— ¿De qué depende que la actividad exploratoria hidrocarburífera se acelere en el país?

— De la consulta y participación y de la licencia ambiental. Ministerios, instituciones y YPFB hemos trabajado para que la realización de una consulta o la obtención de una licencia no demore de uno a tres años, sino que tengan fecha de finalización. Esos son los factores fundamentales que dependen de nosotros y como Estado los estamos solucionando.

Perfil

Nombre: Carlos Villegas Quiroga

Profesión: Economista

Cargo: Presidente ejecutivo de YPFB Corporación

Especialista en desarrollo

Nacido en Villazón (Potosí), Villegas obtuvo su licenciatura en Economía en la UMSA, su maestría en Economía en el Centro de Investigación y Docencia Económica, y su doctorado multidisciplinario en Ciencias de Desarrollo, mención Estrategias del Desarrollo, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue docente en universidades de Bolivia y México, socio investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario, director de Posgrado en Ciencias del Desarrollo en la UMSA y ministro de Planificación del Desarrollo y de Hidrocarburos. Es autor de varios libros y ha escrito artículos en la prensa y revistas especializadas en economía, planificación e hidrocarburos.

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