El etanol es una fuente de energía que puede combinarse con la producción de alimentos. Pese a las dificultades en la integración de los biocombustibles, estos son de gran ayuda para el sector de líquidos porque reduce las emisiones de gases con efecto invernadero, y representa una de las mejores opciones para el sector del transporte.
El investigador y asesor en temas alimenticios y agro-negocios del Banco Rabobank International Brasil, Andrew Duff, señaló que el futuro del etanol es muy promisorio, ya que se trata de una energía verde, renovable, económica y ecológicamente puede ser mejor que la gasolina.
En Brasil la producción de etanol está dando grandes resultados, toda vez que ya se producen más automóviles “Flex-fuel”. Estos motorizados tienen la característica de poder combinar el uso de gasolina tradicional y el etanol, de acuerdo a las necesidades del conductor.
Por cualidades ecológicas y por el reducido precio del etanol, se pronostica que en un futuro todos los automóviles y vehículos lo utilizarán, ya que no existirían motivos por los cuales se continúe con el uso de la gasolina.
El etanol de caña de azúcar que se produce en Brasil, es un combustible de muy buena calidad. Este tiene baja acidez y cuenta con un control federal de la calidad para mantener los automóviles en óptimas condiciones. Actualmente, camiones, tractores, aviones y automóviles de Brasil utilizan este combustible.
Duff afirma que en el balance energético general, la caña tiene un mejor rendimiento comparado con otras materias primas agrícolas. “Si vemos la reducción neta de emisión de gas de efecto invernadero, la caña tiene una amplia ventaja en relación a otros cultivos como el trigo, maíz o remolacha”, apuntó.
El entendido agregó que algunos países en el mundo están pensando en implementar los biocombustibles, entre ellos México y otras naciones de Centroamérica. “Esto elevaría la demanda del etanol en el mundo”, aseguró el experto.
Es importante destacar que con la producción de etanol también se incrementa la melaza, que se ocupa como alimento de animales, por lo que el desarrollo de los biocombustibles en general puede impulsar a otros productos.
“No se está produciendo menos azúcar para producir este etanol. Lo único que tenemos que definir básicamente cuánto va al azúcar y cuánto va al proceso de producción del etanol”, afirmó, dejando claro que con los biocombustibles no peligra la seguridad alimentaria, sino que apoya a subproductos e incentiva el uso de estos.
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