Repsol-YPF se desplomó en los mercados de Nueva York y Buenos Aires por la ofensiva del Gobierno de la presidenta Cristina Fernández para avanzar en la estatización de la petrolera hispano-argentina. Los valores de las acciones de la firma cayeron un 15,5% en Wall Street y 15,8%, ayer, en el Merval.
La crisis ha encendido las alarmas en Madrid. Para la próxima semana esperan una intervención a todas las inversiones en Argentina, lo que llevaría a una debacle imparable. En una jornada, la firma perdió $us 1.730 millones, mientras que acumula una devaluación bursátil de $us 9.440, un 42% menos que el registrado el 23 de enero.
La última gota que rebalsó la presión sobre la petrolera cayó en la provincia de Chubut, donde el gobierno local anuncio el retiro de la concesión de explotación del yacimiento Manantiales Behr. Se trata del yacimiento más rico de la compañía, que reportó un 10,6% del crudo extraído por YPF en enero y representa un 7,2% de su producción de petróleo y gas combinados.
Además de Chubut, las provincias de Santa Cruz, Neuquén, Mendoza, Salta y Río Negro revirtieron un total de 12 concesiones de Repsol-YPF bajo el argumento de que la empresa no garantiza la producción y no realiza las inversiones necesarias para la explotación de los hidrocarburos.
El Gobierno viene buscando quedarse con el control de la petrolera, ya sea de forma directa o a través de empresarios afines. El nombre de Carlos Bulgheroni, accionista de Pan American Energy (PAE), es uno de los que suena en las negociaciones con Repsol.
Pese a la crisis desatada en Argentina, en Bolivia, con una inversión estimada en $us 1.249 millones, Repsol aseguró que continuará con sus negocios en el sector petrolero.
Al retiro de las concesiones se suman versiones sobre un proyecto de ley del oficialismo para estatizar la empresa, total o parcialmente, o negociar un ingreso de otros accionistas privados.
En plena tormenta
Álvaro Ríos / Consultor energético
La relación Repsol YPF con el Gobierno de Argentina está en altos decibeles y por algún lado tendrá que salir humo blanco. Todo puede pasar.
En realidad, en Bolivia el contrato es entre Enarsa e YPFB y no debería afectar la relación contractual de compraventa de gas natural. Sin embargo, Argentina se ha caracterizado por no cumplir contratos internacionales de abastecimiento con los países vecinos y a Bolivia hace algunas décadas le terminó pagando el gas hasta con carritos honey. La economía argentina no anda bien y el déficit energético está muy elevado en casi $us 10.000 millones y esto sí puede tener impacto en el contrato y en los pagos futuros. No hay vuelta atrás en las inversiones.
Tal vez si el Gobierno argentino le quiere pegar aún más duro a Repsol, puede dejar de pagar y demorar los envíos a Bolivia.
Lo hemos dicho en un artículo publicado en varias revistas especializadas del país y a escala internacional: la compañía Repsol está en el ojo de la tormenta en la región.
Baja en la producción
Reclamo. El Gobierno presiona a Repsol-YPF por una mayor inversión de la petrolera para incrementar su producción de hidrocarburos, que cayó entre el 30% y el 40% en los últimos años, según cifras oficiales.
Déficit. Argentina tuvo que importar hidrocarburos en 2011 por valor de $us 10.000 millones, en un contexto de fuerte reducción de su superávit comercial. Buenos Aires importa gas natural de Bolivia.
Investigación. La Comisión Nacional de Valores (CNV) informó de que iniciará una investigación sobre supuesta manipulación de mercado con las acciones de YPF, cuyos precios sufrieron fuertes oscilaciones.
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