El presidente Evo Morales dará inicio hoy a un nuevo proceso de búsqueda de yacimientos hidrocarburíferos que se concentrará en el municipio de Chimoré, en el trópico cochabambino. La puesta en marcha del proyecto de adquisición sísmica 3D Chimoré, abre la compuerta a nuevas oportunidades de exploración y desarrollo de reservas y deja en evidencia un marcado repunte de este sector de la economía.
En el trópico cochabambino, según el anuncio de la empresa YPFB-Chaco- se pretende impulsar la actividad petrolífera en los campos Bulo Bulo, Katari y los bosques de Isarzama, San Miguel y Chimoré I.
La misma petrolera acaba de publicar sus promisorios datos que hablan de una inversión en Cochabamba de 64 millones de dólares para la gestión 2012 y revela que de 2007 a 2011, en ese departamento, se invirtieron 500 millones de dólares proyectando suplicar ese monto para el próximo quinquenio, dependiendo del éxito de las operaciones.
Simultáneamente, Repsol Bolivia anunció en días pasados la inversión de 100 millones de dólares para la construcción del segundo módulo de la planta de procesamiento de gas en el campo Margarita que permitirá aumentar la capacidad de procesamiento hasta 15 millones de pues cúbicos día en 2014.
El impulso hidrocarburífero en zonas de reserva – tal cual señala una reciente norma aprobada en primera instancia en la Cámara de Diputados-, marca la directriz del Ejecutivo para afincar la política de aprovechamiento intensivo de los recursos naturales que, en el caso específico, reproduce la matriz energética tradicional, como es el caso de la explotación de gas para la exportación.
La norma aludida, autoriza a YPFB, “suscribir un contrato con la empresa Eastern Petroleum & Gas S.A. para la exploración y explotación de áreas reservadas correspondiente al área de Sanandita, en el departamento de Tarija”.
“La empresa tendrá que hacer un procesamiento sísmico primero, luego tiene que perforar un pozo, mínimo a 3.950 metros, para lo cual deberá depositar 8 millones de dólares para garantizar el trabajo”, explicó el 20 de marzo pasado el ministro de Hidrocarburos y Energía, Juan José Sosa, ante el pleno camaral.
La fiebre por la explotación hidrocarburífera ha merecido más de una estudio que advierte sobre los peligros de la expansión de la actividad extractiva en el país, aunque el Gobierno y la economía sienten los beneficios de este proceso expansivo.
Según el reporte del Banco Central de Bolivia, sobre la administración de reservas, la exportación de gas significó un ingreso de 2.316 millones de dólares siendo que el año 2011, el flujo neto de los ingreso de las RIN alcanzó a 2.236 millones de dólares.
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