Según el vicepresidente Álvaro García, si se compara los 1.661 millones de dólares de ingresos en los cinco años antes de la nacionalización con los 9.478 millones obtenidos en los cinco años posteriores, se deduce que por cada dólar que Bolivia recibía antes, ahora obtiene seis.
Esta afirmación está plasmada en el libro El “oenegismo”, enfermedad infantil del derechismo.
Al respecto, el analista Álvaro Ríos asevera que “lo que pasa es que al presente Gobierno le han tocado unos precios muy buenos, porque si tomamos en cuenta el precio del gas del 2003 y lo comparamos con el del 2010, éste se ha multiplicado por seis o siete, entonces los ingresos no vienen de otras cosa”.
Por su parte, el analista Hugo Del Granado dice que la afirmación del Vicepresidente “tiene un criterio político, porque los ingresos no subieron después de la nacionalización, sino por la creación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) que está en la Ley de Hidrocarburos, que se dicta en mayo de 2005, y a partir del año 2004 se nota un incremento sostenido de los precios del petrolero en el mercado internacional y como el gas de exportación se indexa a los precios del petróleo, lo que hemos tenido son mayores ingresos por incremento de precios”.
García Linera justifica que “si bien los precios fueron favorables, sólo explican el paso de uno a tres dólares (diferencia entre antes y después de la nacionalización) por lo que, en realidad, la nacionalización es la clave de ese salto de uno a seis dólares”.
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