Otra vez falta diésel, gasolina y Gas Licuado de Petróleo. Mientras en Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando es casi normal hablar de escasez de combustibles, en La Paz y Cochabamba se acentuó ayer la falta de GLP y diésel, ocasionando una serie de reacciones y protestas, principalmente de la Confederación de Choferes de Bolivia, que recientemente pidió la renuncia del presidente de YPFB, Santos Ramírez.
El secretario ejecutivo de los choferes, Franklin Durán, criticó el accionar de Ramírez por no dar solución principalmente al abastecimiento del diésel. “Los choferes estamos sufriendo las consecuencias de la escasez. En todo el país hay crisis por la falta de capacidad para conducir YPFB. Ramírez debe renunciar; este puesto debe ser ocupado por un profesional que conozca el área. Vamos a emitir un pronunciamiento el jueves”.
En La Paz, la población reclama por el suministro de GLP y diésel, incluso hubo una amenaza el pasado viernes de tomar la planta de Senkata, en El Alto.
En el caso de Villa Fátima, que es la salida al norte de La Paz, de los tres surtidores visitados dos no tenían diésel; a uno se le acabó ayer en la mañana y en el otro, que está ubicado en la salida a Los Yungas, su gerente Jhonny Ledezma informó de que el sábado se agotó.
Mientras tanto, las filas de amas de casa para provisionarse de GLP si bien desaparecieron por el feriado de Todos Santos, se estima que los problemas se retornarán mañana, cuando la ciudad vuelva a la normalidad.
En Cochabamba se registra similar situación; en Beni y Pando la escasez es frecuente.
En un recorrido efectuado en Santa Cruz a 16 estaciones de servicio, en 14 no se encontró diésel y en 12 faltó gasolina. Los micreros de Santa Cruz no descartan incrementar a 2 bolivianos el precio del pasaje.
En los 73 surtidores de Santa Cruz, YPFB entregó el sábado 1,5 millones de litros de diésel y 900.000 litros de gasolina.
El gerente de Comercialización, Rodrigo Carrasco, y el director de Hidrocarburos Líquidos, Iván Morales,indicaron que toda declaración se hará mañana. No obstante, YPFB sostiene que la crisis es por la alta demanda registrada en el feriado y que a mediados de esta semana se irá normalizando la distribución.
Revendedores en provincia
La desesperación por la falta de diésel y gasolina es cada vez mayor en las provincias del departamento de Santa Cruz, Beni y Pando. Ejemplos claros de la situación son: Guarayos, San José de Chiquitos y Roboré, poblaciones en las que se agotó el carburante el pasado fin de semana. Si los transportistas quieren diésel, los revendedores lo ofrecen en 5 y 7 bolivianos cada litro.
El único surtidor existente en Guarayos, con una población de 20.000 habitantes y alrededor de 5.000 motocicletas e igual número de movilidades de 4 ruedas, el combustible llega una o dos veces por semana creando desabastecimiento. Los revendedores lucran con la venta de diésel y gasolina.
Uno de los principales afectados por la escasez es el sector agropecuario. Es el caso de los madereros —principal actividad de la zona que genera el 90 por ciento de las fuentes de trabajo— que no puede desplazar sus camiones y equipo pesado para trabajar en el monte. Datos del sector señalan que más de una decena de empresas han reducido un 50 por ciento de sus actividades, es decir operan sólo un turno y se ven obligados a despedir personal.
Por su parte, en Guayaramerín, Riberalta, Cobija y en Trinidad el negocio del mercado negro se expande, señalaron los transportistas.
En espera de soluciones
El presidente de YPFB, Santos Ramírez, reconoció el sábado que la escasez de combustibles es por la falta de inversión en la producción. Aseguró que en seis meses se tendrá la solución estructural para el GLP; sin embargo, el diésel demorará.
Anunció la instalación de una planta separadora de GLP en Río Grande, que tendrá capacidad de producción de 26.000 garrafas por día.
El transporte nacional rechazó el apoyo del sector soyero a YPFB para transportar diésel en camiones cisterna a un costo de 4 bolivianos el litro. Argumentan que el mencionado acuerdo significa la eliminación gradual del subsidio, lo cual no será permitido por el sector. En este marco, pidió reflexionar a los soyeros.
El secretario ejecutivo de los choferes, Franklin Durán, criticó el accionar de Ramírez por no dar solución principalmente al abastecimiento del diésel. “Los choferes estamos sufriendo las consecuencias de la escasez. En todo el país hay crisis por la falta de capacidad para conducir YPFB. Ramírez debe renunciar; este puesto debe ser ocupado por un profesional que conozca el área. Vamos a emitir un pronunciamiento el jueves”.
En La Paz, la población reclama por el suministro de GLP y diésel, incluso hubo una amenaza el pasado viernes de tomar la planta de Senkata, en El Alto.
En el caso de Villa Fátima, que es la salida al norte de La Paz, de los tres surtidores visitados dos no tenían diésel; a uno se le acabó ayer en la mañana y en el otro, que está ubicado en la salida a Los Yungas, su gerente Jhonny Ledezma informó de que el sábado se agotó.
Mientras tanto, las filas de amas de casa para provisionarse de GLP si bien desaparecieron por el feriado de Todos Santos, se estima que los problemas se retornarán mañana, cuando la ciudad vuelva a la normalidad.
En Cochabamba se registra similar situación; en Beni y Pando la escasez es frecuente.
En un recorrido efectuado en Santa Cruz a 16 estaciones de servicio, en 14 no se encontró diésel y en 12 faltó gasolina. Los micreros de Santa Cruz no descartan incrementar a 2 bolivianos el precio del pasaje.
En los 73 surtidores de Santa Cruz, YPFB entregó el sábado 1,5 millones de litros de diésel y 900.000 litros de gasolina.
El gerente de Comercialización, Rodrigo Carrasco, y el director de Hidrocarburos Líquidos, Iván Morales,indicaron que toda declaración se hará mañana. No obstante, YPFB sostiene que la crisis es por la alta demanda registrada en el feriado y que a mediados de esta semana se irá normalizando la distribución.
Revendedores en provincia
La desesperación por la falta de diésel y gasolina es cada vez mayor en las provincias del departamento de Santa Cruz, Beni y Pando. Ejemplos claros de la situación son: Guarayos, San José de Chiquitos y Roboré, poblaciones en las que se agotó el carburante el pasado fin de semana. Si los transportistas quieren diésel, los revendedores lo ofrecen en 5 y 7 bolivianos cada litro.
El único surtidor existente en Guarayos, con una población de 20.000 habitantes y alrededor de 5.000 motocicletas e igual número de movilidades de 4 ruedas, el combustible llega una o dos veces por semana creando desabastecimiento. Los revendedores lucran con la venta de diésel y gasolina.
Uno de los principales afectados por la escasez es el sector agropecuario. Es el caso de los madereros —principal actividad de la zona que genera el 90 por ciento de las fuentes de trabajo— que no puede desplazar sus camiones y equipo pesado para trabajar en el monte. Datos del sector señalan que más de una decena de empresas han reducido un 50 por ciento de sus actividades, es decir operan sólo un turno y se ven obligados a despedir personal.
Por su parte, en Guayaramerín, Riberalta, Cobija y en Trinidad el negocio del mercado negro se expande, señalaron los transportistas.
En espera de soluciones
El presidente de YPFB, Santos Ramírez, reconoció el sábado que la escasez de combustibles es por la falta de inversión en la producción. Aseguró que en seis meses se tendrá la solución estructural para el GLP; sin embargo, el diésel demorará.
Anunció la instalación de una planta separadora de GLP en Río Grande, que tendrá capacidad de producción de 26.000 garrafas por día.
El transporte nacional rechazó el apoyo del sector soyero a YPFB para transportar diésel en camiones cisterna a un costo de 4 bolivianos el litro. Argumentan que el mencionado acuerdo significa la eliminación gradual del subsidio, lo cual no será permitido por el sector. En este marco, pidió reflexionar a los soyeros.
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