La empresa eligió a un policía y ex edecan para atender la comercialización en Santa Cruz.
A un mes de que se acabe la gestión, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) sólo ejecutó un 40,2 por ciento de su presupuesto y se apresta a recibir el próximo año 1.400 millones de dólares, la mayor parte de un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB).
Según datos del Sistema Integrado de Gestión y Modernización Administrativa (SIGMA), dependiente del Ministerio de Hacienda, este año la empresa recibió una asignación de 35.215 millones de bolivianos, pero hasta hace dos semanas sólo había logrado ejecutar 14.175,7 millones de bolivianos.
A partir de la nacionalización de los hidrocarburos de mayo de 2006, el Gobierno pretendía sacar a YPFB de su función de empresa residual a la que había sido reducida con la capitalización.
Ahora, la estatal tiene participación en toda la cadena de los hidrocarburos.
De acuerdo con el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2008, con estos recursos la empresa debía haber garantizado las operaciones de comercialización de hidrocarburos, impulsar las conexiones de gas natural y administrar los contratos petroleros.
El PGN 2009 dicta que los fondos en caja y bancos con fuente en el Tesoro General de la Nación (TGN) serán revertidos.
La estatal, según el vicepresidente Álvaro García Linera, recibirá 1.400 millones de dólares en 2009, de los cuales 1.000 millones provendrán de un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB).
El economista Gonzalo Chávez señaló que la baja ejecución presupuestaria responde a la escasa capacidad de gestión, administración, planificación de YPFB y la falta de personal idóneo.
“Un 40 por ciento es una ejecución baja y muestra los problemas de gestión, se debería llegar a un 90 por ciento. La pregunta es si con más recursos de la noche a la mañana la estatal petrolera va a poder ejecutar más”.
Para el analista, es lamentable que la compañía, con los activos con que cuenta, tenga que recurrir al financiamiento del Estado y no pueda ser sujeto de crédito o atraer inversiones extranjeras.
Agregó que esto es fruto de que la empresa carece de un directorio que organice una estrategia, tome decisiones y establezca los lineamientos y objetivos de la compañía.
Según Chávez, existe un enorme voluntarismo que no corresponde a una empresa petrolera que debe ser competitiva con otras de su rubro. “Se necesita atraer al mejor capital humano porque en el negocio petrolero no se necesita sólo buena voluntad, sino conocimiento de administración y negocios internacionales”.
Opinó que estos problemas influyen directamente en la falta de soluciones al desabastecimiento de carburantes que se ha soportado todo el año y en el cumplimiento de los contratos de exportación de gas natural a Argentina y Brasil.
La empresa es dirigida por Santos Ramírez, quien antes fue profesor rural y abogado. Además, los cargos subalternos han sido ocupados por personal sin el perfil adecuado.
En abril, La Prensa reveló que la Gerencia de Finanzas estaba dirigida por un auditor que tenía como única experiencia la de haber sido secretario de Hacienda del Sindicato de Choferes Villa Victoria. Designaciones de este tipo persisten.
A un mes de que se acabe la gestión, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) sólo ejecutó un 40,2 por ciento de su presupuesto y se apresta a recibir el próximo año 1.400 millones de dólares, la mayor parte de un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB).
Según datos del Sistema Integrado de Gestión y Modernización Administrativa (SIGMA), dependiente del Ministerio de Hacienda, este año la empresa recibió una asignación de 35.215 millones de bolivianos, pero hasta hace dos semanas sólo había logrado ejecutar 14.175,7 millones de bolivianos.
A partir de la nacionalización de los hidrocarburos de mayo de 2006, el Gobierno pretendía sacar a YPFB de su función de empresa residual a la que había sido reducida con la capitalización.
Ahora, la estatal tiene participación en toda la cadena de los hidrocarburos.
De acuerdo con el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2008, con estos recursos la empresa debía haber garantizado las operaciones de comercialización de hidrocarburos, impulsar las conexiones de gas natural y administrar los contratos petroleros.
El PGN 2009 dicta que los fondos en caja y bancos con fuente en el Tesoro General de la Nación (TGN) serán revertidos.
La estatal, según el vicepresidente Álvaro García Linera, recibirá 1.400 millones de dólares en 2009, de los cuales 1.000 millones provendrán de un crédito del Banco Central de Bolivia (BCB).
El economista Gonzalo Chávez señaló que la baja ejecución presupuestaria responde a la escasa capacidad de gestión, administración, planificación de YPFB y la falta de personal idóneo.
“Un 40 por ciento es una ejecución baja y muestra los problemas de gestión, se debería llegar a un 90 por ciento. La pregunta es si con más recursos de la noche a la mañana la estatal petrolera va a poder ejecutar más”.
Para el analista, es lamentable que la compañía, con los activos con que cuenta, tenga que recurrir al financiamiento del Estado y no pueda ser sujeto de crédito o atraer inversiones extranjeras.
Agregó que esto es fruto de que la empresa carece de un directorio que organice una estrategia, tome decisiones y establezca los lineamientos y objetivos de la compañía.
Según Chávez, existe un enorme voluntarismo que no corresponde a una empresa petrolera que debe ser competitiva con otras de su rubro. “Se necesita atraer al mejor capital humano porque en el negocio petrolero no se necesita sólo buena voluntad, sino conocimiento de administración y negocios internacionales”.
Opinó que estos problemas influyen directamente en la falta de soluciones al desabastecimiento de carburantes que se ha soportado todo el año y en el cumplimiento de los contratos de exportación de gas natural a Argentina y Brasil.
La empresa es dirigida por Santos Ramírez, quien antes fue profesor rural y abogado. Además, los cargos subalternos han sido ocupados por personal sin el perfil adecuado.
En abril, La Prensa reveló que la Gerencia de Finanzas estaba dirigida por un auditor que tenía como única experiencia la de haber sido secretario de Hacienda del Sindicato de Choferes Villa Victoria. Designaciones de este tipo persisten.
A principios de octubre, el ministro de Hidrocarburos, Saúl Ávalos, nombró al capitán de Policía Amílcar Soto Peña director distrital interino de Comercialización de Carburantes del Oriente en Santa Cruz. Este funcionario fungía antes como edecán del actual superintendente Guillermo Aruquipa.
Santa Cruz es la región donde se tienen los mayores problemas de abastecimiento de carburantes, en especial de diésel.
Como director de YPFB fue posesionado el mes pasado Benigno Vargas, ex dirigente campesino y una de las principales figuras del MAS en Santa Cruz. Él reconoció que no tiene experiencia en el ramo.
El ex director de la empresa Luis Fernando Vincenti señaló que existen problemas de gestión porque no se hizo el adecuado cambio de personal, se cometieron errores en la elección de algunos funcionarios y afectó el cambio de cinco presidentes.
Recordó que cuando el Gobierno asumió el mando la estatal era una oficina residual con una planta administrativa y pocos técnicos. Opinó que en el distrito oriental no se adoptó una decisión afortunada porque en ese puesto se requiere gente con experiencia y conocimiento; pasar esto por alto “puede traer consecuencias”.
Según Vincenti, el Directorio siempre recomendó contratar a los mejores profesionales; sin embargo, el bajo nivel salarial en la empresa lo impide.
Para el próximo año, el Gobierno anunció que en las empresas estratégicas se levantará la orden de que ningún funcionario gane más que el presidente.
Vincenti aseguró que los recursos que recibirá YPFB en 2009 deben ser invertidos eficientemente y sobre todo en recursos humanos.
Urge que la empresa tenga una gestión corporativa
El ex secretario de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade) Álvaro Ríos opinó que la estructura de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se encuentra politizada y urge que la empresa de una vez adopte un perfil corporativo.
“La empresa está politizada, no paga bien, no cuenta con los mejores cuadros técnicos, sus decisiones son verticales y esto influye para que no haya podido ejecutar ni el 50 por ciento de su presupuesto”.
Ríos, quien también fue ministro de Hidrocarburos en la gestión presidencial de Carlos Mesa, señaló que, si no se superan estas falencias, será muy difícil que la empresa pueda cumplir en 2009 con el mayor presupuesto con el que contará.
Explicó que estos problemas han ocasionado que la empresa no pueda garantizar el abastecimiento de carburantes, que no se tengan resultados de la planta separadora de líquidos de Río Grande y tampoco del taladro de perforación que se importó hace poco.
Señaló que, en ese contexto, es urgente que se pueda lanzar un decreto supremo o ley que autorice a la estatal petrolera a subir los salarios de su personal, luego contratar personal técnico y, en tercer lugar, terminar con los procesos burocráticos de contratación de bienes y servicios. Esto demanda que tenga una gestión administrativa independiente.
La empresa asumió el control de Transredes, Andina, las refinerías, la Compañía Logistica de Hidrocarburos, poliductos y el comercio de hidrocarburos sin contar con un perfil corporativo como el que tienen en el mundo empresas estatales como Petrobras, en Brasil.
Ríos considera que los recursos que percibirá YPFB el próximo año deben ser dirigidos al mantenimiento de las refinerías, al mejoramiento de la capacidad de almacenamiento, al incremento de las redes de gas natural y a resolver el desabastecimiento de combustibles en el mercado interno.
LOS DATOS
La estatal petrolera fue nacionalizada en mayo de 2006 como la primera acción del Gobierno.
La estatal, en noviembre de 2007, firmó nuevos contratos con las empresas petroleras.
En junio recuperó las empresas capitalizadas Chaco, Andina y Transredes.
Previamente había logrado recomprar las refinerías a la empresa Petrobras.
También se hizo cargo de la comercialización de los hidrocarburos dentro del país.
La estatal, a su vez, contola la Compañía Logística de Hidrocarburos de Bolivia (CLHB).
La empresa quiere emprender ahora el proceso de industrialización de los hidrocarburos.
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