Entre 2013 y 2014, el volumen secuestrado de combustibles -gasolina y diésel- que salía de contrabando disminuyó en 70,4%, de acuerdo con datos comparativos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Los principales destinos fueron Perú y Brasil, donde los precios de venta se triplican en relación con los que rigen en territorio boliviano.
El jefe de la Dirección de Operaciones de Interdicción de Hidrocarburos (DOIH), dependiente de la ANH, Jaime Cuéllar, informó ayer que en 2013 el grupo operativo de esa unidad y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas lograron secuestrar 2.759.720 litros, mientras que el año pasado los decomisos bajaron a 816 mil litros, es decir, una reducción del 70,4% (ver infografía).
"La disminución se debe a las sanciones duras que se aplican contra los contrabandistas en cumplimiento de la Ley 100; por temor al secuestro de sus bienes inmuebles (terrenos o casas) y vehículos, el delincuente la piensa una y otra vez para dedicarse a esta actividad ilícita; el tercer factor es el sistemal B-Sisa, que es un pilar fundamental para ejecutar operaciones”, explicó la autoridad.
También remarcó que los delincuentes ahora aplican la nueva modalidad de cavar fosas y esconder el carburante boliviano; en el lugar se deja una marca para identificar el escondite y una vez que los contrabandistas verifican que no hay control operativo recogen la mercadería para luego trasladarla y venderla.
El lugar de destino
Según la ANH, el 60% del combustible boliviano es trasladado a Perú y Brasil y el resto, en menor importancia, se destina a Argentina, Chile y Paraguay.
En esas regiones, los contrabandistas cobran tres veces más de lo que cuesta el producto dentro del país, precisó Cuéllar.
Por ejemplo, si el litro del diésel cuesta a 3,72 bolivianos, en los países vecinos se lo vende por encima de los 10 bolivianos. Sucede lo mismo con la gasolina.
En el caso del Gas Licuado de Petróleo, el precio sube cinco veces más, pues en Bolivia la garrafa cuesta a 22,50 bolivianos, mientras que en ciudades peruanas sobrepasa los 100 bolivianos, según el lugar.
El decomiso de este combustible disminuyó de 7.294 garrafas, reportadas en 2013, a 472, el año pasado.
Sin embargo, a la fecha, en el último operativo que realizó la DOIH, se logró interceptar, cerca de la planta engarrafadora de Senkata, en El Alto, más de 700 garrafas que debían ser comercializadas en Perú.
La Ley 100 de Desarrollo y Seguridad Fronteriza, vigente desde abril de 2011, sanciona penalmente el almacenaje, comercialización y transporte de combustibles y GLP, sin autorización, con privación de libertad de tres a seis años y la confiscación de bienes e instrumentos por la comisión del delito.
Las personas que adquieran combustible y GLP de lugares no autorizados son sancionadas con dos a cuatro años de prisión.
El valor secuestrado en 2014 sobrepasó los tres millones de bolivianos. Del total del carburante que sale ilegalmente de Bolivia, el mayor volumen corresponde al diésel: en 2013 se decomisaron 2.695.790 litros y el anterior año sólo 723.700 litros.
Control operativo
Labor Según la Agencia Nacional de Hidrocarburos, cerca de 20 militares, entre oficiales, suboficiales y sargentos, mediante un convenio firmado con las Fuerzas Armadas, trabajan en la ANH como parte de la Dirección de Operaciones de Interdicción de Hidrocarburos.
Misión El grupo tiene la tarea de ejecutar operaciones de reconocimiento de áreas sensibles al contrabando y obtener datos del uso ilícito y desvío del combustible subvencionado, señala una nota de prensa.
Operativo Este grupo, entre enero pasado y el 2 de febrero, hizo 55 operativos, en los que recuperó más de 8.000 litros de combustible valuados en 240 mil bolivianos.
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