Los rumores de que el Gobierno de Argentina nacionalizará la petrolera YPF SA han aumentado recientemente, pero los analistas lo consideran improbable porque sería demasiado caro.
“Lo veo posible, pero no muy probable, no hay modo fácil de hacerlo y no creo que tengan el dinero”. opinó Daniel Kerner, analista de Eurasia Group, según el diario Wall Street Journal.
El domingo, el diario Página 12, afín al Gobierno, volvió a revivir los rumores al decir que miembros del Ejecutivo habían estado debatiendo la expropiación de YPF.
Portavoces del Gobierno argentino han rehusado comentar el artículo, lo que ha alimentado los rumores más.
La acción de YPF se desplomó un 10% el lunes, pero el martes no registró cambios. Un portavoz de YPF declinó hacer comentarios al respecto.
Los analistas indican que el valor de mercado de la empresa asciende en total a unos 15.000 millones de dólares, lo que significa que el Gobierno tendría que gastar cerca de la mitad de esa cantidad para comprar una participación mayoritaria en el grupo.
Pero los meros rumores de una adquisición podrían seguir haciendo caer el precio, abaratando la operación.
Aunque la compañía española Repsol YPF SA posee la mayoría del capital de YPF, el grupo está principalmente gestionado por la familia argentina Ezkenazi, que controla un 25% del capital a través de su holding Grupo Petersen.
“Para el Gobierno sería un suicidio absorber una compañía como YPF”, señaló Carlos Pierro, consultor energético y ex presidente de YPF. “Habría que pagar a los accionistas lo que se les debe. El Gobierno están intentando reducir el gasto y no tiene el dinero. Si no se paga a los accionistas, se acaba aislado del mundo. Sería desastroso para el país”, advirtió.
Añadió que el Gobierno sólo intenta presionar a YPF para que invierta más en exploración y producción tras una década en la que han caído las reservas nacionales y la producción.
El hecho de que el artículo de Página 12 desatara tales rumores indica lo impredecible que parece el Gobierno a los inversionistas. Esto ocurrió en 2008, cuando el Ejecutivo anunció la nacionalización del sistema de pensiones del país, que tenía un volumen de 30.000 millones de dólares. Ese mismo año, el Congreso votó la expropiación de Aerolíneas Argentinas, propiedad del español Grupo Marsans.
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