Irán logró eliminar el subsidio a la gasolina mediante el uso de tarjetas parecidas a las bancarias en las estaciones de servicio y subió el precio de los combustibles hasta en un 600%.
La eliminación del subsidio a la gasolina se concretó el 18 de diciembre de 2010, pero la medida comenzó a prepararse dos años antes y tuvo como preámbulo un mensaje a la población en cadena de radio y televisión por el presidente Mahmud Ahmadineyad.
Hasta hace un año, cualquier iraní con vehículo tan sólo pagaba diez centavos de dólar por litro de gasolina.
El modelo partió de que una persona tenga la posibilidad de adquirir una porción del combustible a precio subsidiado y otra parte según la cotización de mercado, usando una tarjeta electrónica similar a las bancarias, que debía utilizar en las estaciones de servicio.
“La distribución física de las transferencias de dinero fue bien planeada, se extendió por más de cuatro semanas y se comenzó a realizar un mes antes de la subida de precios”, destaca un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que elogia la estrategia iraní.
“Las autoridades anunciaron claramente que el acceso a esos depósitos de compensación permanecerían congelados hasta el día en que los precios energéticos se incrementaran”, añade.
Al principio se intentó subsidiar sólo a los sectores más pobres, pero la complejidad de un sistema selectivo generó trabas y a horas de que se tome la medida se decidió favorecer a más gente y se calculó que hasta 61 millones de personas (80% de la población) recibiría compensación.
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