Oficialmente en el país el precio de la gasolina no supera los cuatro bolivianos por litro. El precio está congelado desde hace más de una década, pero los pobladores de la fronteriza población de San Matías denuncian que en el mercado negro el mismo litro se consigue hasta en 25 bolivianos y el único surtidor no vende combustible hace 15 días. La dirigencia cívica y la Subgobernación local consideran que el problema radica en la irregular distribución, desde que la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) intervino dicha estación de servicio hace más de dos años.
Ponen plazos. En un documento público enviado a los medios de comunicación, la dirigencia matieña le pide al presidente Evo Morales que dé solución al problema. En la misiva le informan al primer mandatario que se han declarado en estado de emergencia y que dan 24 horas de plazo para que la ANH asegure la provisión regular y advierten que harán todo lo posible para que la "población tenga combustible sin discriminación".
Enésima garantía a la subvención. El vicepresidente Álvaro García Linera reafirmó ayer que el Gobierno nacional no eliminará la subvención a los carburantes y dijo que solo el pueblo está facultado para evitar el "desangramiento" económico que ocasiona ese subsidio.
"Este año no se toca y muy probablemente en nuestra gestión no se toque", dijo en una entrevista con Radio Fides, que identificó el denominado "gasolinazo" como una de las "imprudencias" de la administración de Evo Morales.
¿Por qué lo hicieron? Sobre el gasolinazo de diciembre del 2010, el segundo mandatario dijo que "la idea era proteger la economía del país y cerrar este desangramiento. La gente nos dijo 'no, no lo hagan ahora, estamos de acuerdo que la medida era necesaria pero no lo hagan ahora'. Entendimos y el presidente cambió el decreto", argumentó. Este año se destinará 755 millones de dólares para la subvención.
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