El año 2005 marcó el punto más bajo de la inversión petrolera en Bolivia, con apenas $us 246 millones. De acuerdo a analistas del sector energético, el fenómeno se debía a la desconfianza de los inversores en la política hidrocarburífera del gobierno y, también, a la falta de mercado para el gas. Tras la firma del contrato de gas con la Argentina, en el año 2006, las inversiones se reactivaron significativamente, hasta llegar a un monto programado en el 2012 de $us 1.293 millones.
Sin embargo, pese a esa mejora, la otra cara de la moneda es la creciente importación de combustibles (diesel, gasolina especial y gas licuado de petróleo). Un ejemplo: solo en enero del presente año, según el Instituto Nacional de Estadísticas, el país importó 92.548 toneladas (tn) de combustible con valor de $us 96,58 millones. En el mismo mes del 2011 se habían importado 59.332 tn y por $us 50,13 millones. El incremento llega al 93%.
Francesco Zaratti, analista del sector, señaló que los motivos que llevan a las empresas a no explorar nuevos campos son complejos.
“Tienen que ver con la poca confianza que inspira el gobierno de Evo Morales, con base a la experiencia de los últimos años, la baja credibilidad de la justicia boliviana, los bajos precios de los hidrocarburos en el mercado interno y, sobre todo, la inseguridad acerca de mercados estables de exportación a futuro como son Brasil y Argentina”, dijo.
Inversiones de riesgo no le convienen al país. Según el analista del rubro y ex superintendente de Hidrocarburos, Carlos Miranda, las transnacionales todavía están presentes y permanecerán por lo menos hasta el 2030, cuando fenecen sus contratos.
YPFB Corporación y sus filiales, con el apoyo de los créditos del Banco Central de Bolivia, puede realizar inversiones similares al sector privado. Pero se debe tener cuidado en no caer en la falsa ilusión que el éxito en la industria de hidrocarburos en todas sus fases, depende solamente del monto de inversión, opina Miranda.
“La inversión, para que dé resultados, tiene que ir acompañada de una capacidad tecnológica probada y de gerenciamiento del proyecto. Sin estos elementos, las inversiones en petróleo no tienen ningún éxito. Como prueba de lo anteriormente dicho, se ve que los bancos no son las compañías más grandes del mundo”, sostuvo el experto.
Zaratti, dice, por su lado, que YPFB, a través de sus subsidiarias Andina y Chaco está empezando a tener disponibilidad financiera. Sin embargo, el riesgo exploratorio es elevado “y en general no se ve con buen ojos que YPFB arriesgue el capital nacional en tareas que deberían realizar inversores extranjeros a su propio riesgo”.
Mejoras en la economía. Según los analistas, el estado estable de la economía del país se explica en gran parte por el volumen de regalías de hidrocarburos, además de la buena coyuntura de precios de exportación de materias primas, el más alto de la historia.
“En ese conjunto, una parte importante, pero no el total, está desempeñado por las regalías. El monto de regalías depende de los volúmenes de producción y el precio. Es por eso que los volúmenes de exportación al Brasil y los precios que se nos paga, han realizado la mayor parte del efecto mágico con el cual la economía del país ha mejorado notablemente”, sostuvo Miranda.
El analista energético Mauricio Medinaceli, cree que las condiciones fiscales se optimizaron "por mejoras en los precios internacionales", pero dicha conyuntura no se refleja en mejores condiciones del sector petrolero
Zaratti, al respecto, opinó que el panorama es confuso, pero Bolivia está un poco mejor que hace seis años.
"Hay iniciativas indudablemente positivas, como la construcción de las plantas de separación de licuables que permitirán recuperar gas licuado de petróleo (GLP) y el incremento de la producción en Sábalo y Margarita. Pero el contrato con Argentina no tiene un futuro claro", dijo.
Hay inversiones para incrementar la producción (Sábalo y Margarita) pero también recelo en Argentina para acompañar los esfuerzos bolivianos con un gasoducto (GNEA) que permita llegar a los volúmenes contratados en los años futuros.
El elevado precio que ha alcanzado el gas natural es un punto a favor de Bolivia.
“De todos modos, el problema principal sigue siendo la reposición de reservas. Se está explotando mucho, más de 44 millones de metros cúbicos al día, pero no se descubren nuevos reservorios de gas de modo que el futuro es sumamente incierto”, aclaró.
Adicionalmente está el próximo vencimiento del contrato con el Brasil (2019) que requiere esfuerzos para su renovación, con la garantía, desde luego, de las reservas que hoy en día no se tienen.
Inversiones en exploración. La única manera de garantizar la reposición de las reservas hidrocarburíferas es la exploración.
Para los analistas, ningún país podría ser centro energético de ninguna región invirtiendo tan solo $us 293,35 millones en exploración durante un periodo de cinco años.
"Ese es un monto bajísimo que equivale a un promedio de $us 58,67 millones por año entre 2006 y 2010", aseguró el también analista del sector, Bernardo Prado.
"Sin inversión en exploración no se descubren nuevos yacimientos y por ende no se reponen las reservas hidrocarburíferas a medida que estas se agotan, esa es la regla y como tal se cumplió", dice.
Explicó que mientras Bolivia explotaba, consumía y exportaba sus reservas hidrocarburíferas probadas, no se invirtió lo suficiente en la búsqueda de nuevos yacimientos. Así, al 31 de diciembre de 2009, como resultado de esas bajas inversiones en exploración, la consultora Ryder Scott certificó con 9,94 trillones de pies cúbicos (TCF por sus siglas en inglés) el volumen de reservas gasíferas probadas en Bolivia.
Dicho volumen le quitó al país el privilegio de ser la segunda potencia gasífera de la región y lo ubicó por detrás de Perú, Argentina y Brasil. Las reservas probadas de petróleo en el país también se certificaron a la baja, acotó.
"En Bolivia, las empresas petroleras solamente invirtieron lo mínimo necesario para mantener sus operaciones y cubrir, en lo posible, la demanda de los mercados externos e internos", afirma Prado.
Añadió que no es ningún secreto que en Bolivia "se pudo, se puede y se podría invertir mucho más en materia hidrocarburífera, pero aparentemente, valga la redundancia, las condiciones ideales no están presentes para que eso suceda".
De ahí que Bolivia tenga reservas, reducidas, una producción de gas limitada y una marcada declinación en su producción petrolera, al punto de tener que importar de manera creciente volúmenes de diesel, gasolina y GLP para satisfacer la demanda interna.
"El dinero para las inversiones está ahí, buscando donde acomodarse, buscando un marco legal coherente y estable, un régimen fiscal, impositivo y tributario que sea a todas luces competitivo, buscando que se garanticen mercados y precios adecuados para comercializar la producción obtenida, evitando los conflictos sociales y políticos, las extorsiones, los chantajes, la calumnia, la burocracia, las imposiciones y la falta de reglas claras", dice Prado.
En resumen, el inversionista actúa cuando tiene la certeza de que su inversión está debidamente garantizada, remarcó el analista.
"En los últimos dos años han invertido respectivamente $us 782 MM y $us 1.293 MM en toda la cadena, de los cuales más del 60% fueron en explotación y solo un 12% en exploración'.
Francesco Zaratti
Analista Energético
"La industria petrolera es de uso de capital intensivo y bajo empleo de mano de obra. Durante periodos, como el actual, de construcción de plantas y de gasoductos, se tiene una intensa utilización de mano de obra'.
Carlos Miranda
Exsuperintendente de Hidrocarburos
"Las empresas dejaron de invertir porque las condiciones del país, tanto contractuales como impositivas, disminuyeron el incentivo de invertir en la exploración'.
Mauricio Medinacelli
Analista Energético
Datos
La radiografía del déficit en la producción
Alta importación. El 2011, de acuerdo al INE, YPFB importó 961.752 tn de carburantes con un valor de $us 979,58 millones. El Estado pierde con esta operación, ya que compra combustibles en el exterior a precio de mercado y los vende con valor subvencionado.
Subvención. El año pasado se gastó $us 700 millones en la subvención de combustibles, se acuerdo a informes oficiales. Para el presente año, según datos del Presupuesto General del Estado (PGE) se ha programado erogar $us 750 millones.
Los combustibles deficitarios. La producción nacional de diesel, gasolina especial y gas licuado de petróleo es deficitaria. Se prevé una mejora paulatina en la producción de gas licuado de petróleo, pero un déficit permanente de diesel.
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