Desde el domingo 26 de diciembre del año pasado, en el país la gasolina especial pasó de costar 3,74 bolivianos el litro a 6,47 bolivianos (0,92 dólares) y el diésel de 3,72 a 6,80 bolivianos (0,96 dólares), valores 73 y 83 por ciento más elevados.
En EEUU, según datos del International Road Transport Union (URI) actualizados a 2010, aproximadamente un litro de gasolina tiene un costo de 0,69 dólares ó 4,86 bolivianos y, de acuerdo al Informe Mundial sobre Salarios 2010/2011 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el salario mínimo de los estadounidenses en PAA es de 1.257 dólares.
En el caso de Bolivia, indica el documento de la OIT, el salario mínimo convertido al índice PPA, es de 215 dólares, uno de los más bajos de América Latina y El Caribe.
El indicador PPA mide el poder de compra del salario mínimo de cada país en dólares. Sirve para comparar de manera realista el poder de compra de los salarios de los países y el nivel de vida entre ellos.
Otros países
En Canadá, el litro de gasolina tiene un precio de 0,90 dólares (6,33 bolivianos) y el salario mínimo de los canadienses es de 1.325 dólares PPA.
En Nueva Zelanda, el costo de la gasolina es de 0,83 dólares por litro (5,84 bolivianos) y el salario mínimo es de 1.367 dólares.
Otra referencia es Panamá, donde el salario mínimo PPA es de 451 dólares y el litro del combustible líquido tiene un precio de 0,82 dólares (5,77 bolivianos).
Vecinos
El Gobierno de Evo Morales justificó el incremento del precio de los carburantes líquidos comparando los valores internos con los que rigen en los países vecinos.
Tras el ajuste, aún la gasolina boliviana es barata respecto a la que es vendida en Chile, Brasil, Perú y Argentina, pero ya no en gran medida. Sin embargo, la brecha de los salarios sigue siendo amplia.
En el caso de Argentina, el litro de gasolina cuesta 6,40 bolivianos, pero el salario mínimo, según los datos de la OIT, es de 896 dólares (con la conversión al índice PPA), casi cuatro veces más que en Bolivia.
En Chile, el litro de gasolina vale 9,36 bolivianos y el salario mínimo PPA es de 400 dólares, el doble que el de los bolivianos.
En Perú, el combustible tiene un precio de 7,28 bolivianos y los peruanos reciben un salario mínimo de 334 dólares.
Escepticismo por medidas
La Fundación Milenio dice, sobre las medidas de compensación que el Gobierno ha anunciado para atenuar el impacto del shock generado por el “gasolinazo”, que es difícil que esas medidas tengan el efecto compensatorio con el que se las presenta.
“En primer lugar, porque requieren de una capacidad de gestión que parece inalcanzable en este momento, como lo prueban las muchas promesas incumplidas que van caracterizando esta época. Pero aun si se lograra poner en marcha esos proyectos, su período de maduración no permitiría que sus efectos se sientan de inmediato, como sí se sentirán los efectos del ‘gasolinazo’”, señala.
Esta forma de compensación, agrega Milenio, transferiría los subsidios de los contrabandistas a los burócratas.
El Gobierno no consideró costo social
Un análisis de la Fundación Milenio indica que el shock de precios, que la población boliviana ha denominado “gasolinazo”, ha sido cuidadosamente planificado para reducir los costos políticos para el Gobierno, pero éste no ha prestado la misma atención al costo económico que paga la población.
“Se intentó bajar el costo político de la medida aprobándola en ausencia del Presidente y durante el fin de semana navideño, cuando la población se encontraba concentrada en festejos familiares y disfrutando vacaciones y recesos. Pero el costo económico para la población es enorme, no solamente porque se esperó mucho tiempo para realizar este ajuste, que pudo ser gradual, sino porque genera fuertes perturbaciones”, señala.
Milenio dice que miles de productores y comerciantes se ven empujados a la especulación por la incertidumbre provocada por las medidas y agrega que el impacto sobre el costo de vida tampoco será pequeño.
El análisis explica que poco a poco todos los precios se irán ajustando en busca de un nuevo equilibrio, que inevitablemente alcanzará a los salarios.
Un análisis de la Fundación Milenio indica que el shock de precios, que la población boliviana ha denominado “gasolinazo”, ha sido cuidadosamente planificado para reducir los costos políticos para el Gobierno, pero éste no ha prestado la misma atención al costo económico que paga la población.
“Se intentó bajar el costo político de la medida aprobándola en ausencia del Presidente y durante el fin de semana navideño, cuando la población se encontraba concentrada en festejos familiares y disfrutando vacaciones y recesos. Pero el costo económico para la población es enorme, no solamente porque se esperó mucho tiempo para realizar este ajuste, que pudo ser gradual, sino porque genera fuertes perturbaciones”, señala.
Milenio dice que miles de productores y comerciantes se ven empujados a la especulación por la incertidumbre provocada por las medidas y agrega que el impacto sobre el costo de vida tampoco será pequeño.
El análisis explica que poco a poco todos los precios se irán ajustando en busca de un nuevo equilibrio, que inevitablemente alcanzará a los salarios.
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