En La Paz, el alto y cochabamba respaldan, en santa cruz rechazan, según Ipsos
Más de la mitad de los habitantes de las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba están “muy de acuerdo” y “de acuerdo” con aumentar poco a poco el precio de la gasolina, según una encuesta realizada en enero de este año por la empresa Ipsos Apoyo.
El detalle es el siguiente: en La Paz, el 59% apoya el incremento, el 30% lo rechaza y el 11% no responde; el respaldo en El Alto llega al 53%, el rechazo al 30%, y el 17% no se pronuncia; en Cochabamba el apoyo es del 67%, el rechazo del 30% y el 3% no precisa; mientras que en Santa Cruz, el 38% respalda la medida, el 59% lo rechaza y el 3% no responde (ver cuadros de esta página). Esos porcentajes varian cuando la pregunta es: ¿El gobierno debe seguir subvencionando el precio de la gasolina?
En la investigación se realizó entrevistas a 1.028 personas de esas urbes en el mes de enero de 2011.La consulta se realizó luego de la abrogación del Decreto 748, que buscaba nivelar los precios de la gasolina y el diésel, debido a que esos combustibles son subvencionados por el Estado. Al respecto, el vicepresidente Álvaro García Linera afirmó hace poco que debido a la subvención estatal a los combustibles, cuyo presupuesto para este año llegará a 1.002 millones de dólares, la gasolina es más barata que el agua, e incluso que la cerveza.
“El costo de dos botellitas de agua es de cuatro bolivianos, y un litro de gasolina cuesta 3,74 bolivianos, cuesta menos, incluso menos que una botella de cerveza”, señaló.
Asimismo, indicó entonces que el sector petrolero requiere un incentivo a la producción de líquidos porque el precio del barril de petróleo en el país está congelado en 27 dólares, cuando en el mercado internacional cuesta más de 90 dólares.
“Producir petróleo es poco rentable, a YPFB producir petróleo le cuesta 50 y 60 dólares el barril, pero aquí le tiene que entregar a la refinería en 27 dólares”, apuntó García Linera.
El Estado subvenciona la importación de diésel y gasolina, cuyo monto llegó a 380 millones de dólares el pasado año, mientras que para este año el presupuesto para ese requerimiento llega a 1.002 millones.
El Gobierno asegura que los recursos que se pierden por el subsidio a los carburantes, como los 380 millones de dólares, pueden ser utilizados en la construcción de 15 hospitales de tercer nivel con equipo completo, o la pavimentación de 900 kilómetros de carretera, miles de conexiones de agua o alcantarillado, entre otros. Se estima que una parte de la subvención, alrededor del 50%, va al contrabando. En esa línea, el Gobierno considera urgente frenar ese “desangramiento” de la economía nacional, ocasionada por la subvención a los carburantes.
La encuesta de Ipsos APOYO muestra que si se suman los porcentajes de las categorías “muy de acuerdo” y “de acuerdo” en aumentar el precio de la gasolina (técnica conocida como Top two box), un 50% de los entrevistados está a favor de esa opción. “Hay interesantes resultados de esa recepción positiva de la necesidad de un incremento concertado, acordado y dialogado de los carburantes”, remarcó ayer el Vicepresidente, según la agencia ABI.
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