Es viceministro de Industrialización, Comercialización, Transporte y Almacenaje de Hidrocarburos y responsable de que la empresa italiana Tecnimont, que se adjudicó el estudio de ingeniería básica para la planta, cumpla con lo acordado hasta 2013. Luego se lanzará una nueva licitación pública internacional para elegir a la empresa que iniciará la construcción de la planta en Tarija. Se estima que en esa etapa se generará 5.000 empleos directos e indirectos.
— ¿En qué fase se encuentra el proyecto de construcción de la planta de etileno y polietileno?
— Ya se adjudicaron los estudios de ingeniería básica a la empresa Maire Tecnimont por un costo de $us 3,8 millones. En función de ese estudio podemos entrar al IPC (Ingeniería, Procura y Construcción) de la planta.
— ¿Cómo fue el proceso de adjudicación de esta empresa?
— Se realizaron invitaciones directas por parte de YPFB, también se licitó a través de su página de internet, para socializarlo. Posteriormente, se recibieron las ofertas en la parte técnica en un sobre “A” y la económica en el “B”. La única que aprobó ambos sobres fue Maire Tecnimont, con la cual se firmó.
— ¿Cuántas empresas participaron en este proceso?
— Tres empresas: Maire Tecnimont (adjudicada), Techint – Foster Wheeler (sociedad accidental) y Technip Italy.
— ¿De dónde es Tecnimont y qué experiencia tiene?
— Es un consorcio italiano. Es una empresa de mucha experiencia porque hizo muchos estudios de este tipo. Solamente va a realizar los estudios de ingeniería básica, no tenemos garantizado que también sea ella la que ejecute el IPC. Para ello se va a lanzar otra licitación abierta a nivel internacional.
— ¿Dónde estará ubicada la planta de etileno y polietileno?
— En la provincia Gran Chaco, en el municipio de Yacuiba y muy cerca al aeropuerto de esa ciudad.
— ¿Cuál será la extensión?
— Inicialmente son 400 hectáreas. (Allí) no sólo va a estar la planta de etileno y polietileno, sino también estará la planta separadora de Gran Chaco.
— ¿Cuáles serán las características de la nueva planta?
— Tarija es un departamento productor y estratégico. La idea de hacer esta planta fue en función de la necesidad. Si bien el consumo (de polietileno) en el país es muy reducido: 35 mil toneladas de acuerdo al INE, sin contar el contrabando, habrá un ahorro de $us 52 millones anuales. Además el hecho de tener la materia prima disponible puede generar empresas que procesen el polietileno; y con ello se dará un gran salto en generar valor agregado. No es lo mismo vender sólo el polietileno. Incluso dependiendo del tipo de éste se puede incrementar hasta diez veces los ingresos. Es posible hacer carcasas de celulares o partes de automóviles, entre otros productos. (NdR: El polietileno se separa como una masa fundida y el etileno se recicla el plástico. Se utiliza en la industria plástica y textil para la fabricación de una variedad de productos). Es una tecnología muy avanzada. Podríamos incrementar el precio solamente con el polietileno de alta o baja densidad a través de la implementación de fábricas de tercera generación.
— Al margen del interno, ¿cuál es el mercado para exportar?
— La versatilidad es que es un commoditie que nos permite tener como mercado natural a Brasil, país donde existe un gran desarrollo de procesamiento y petroquímica de tercera generación. También está el mercado de Argentina. Pero no se descarta lo que es ultramar. Dependiendo de los conflictos internacionales que se susciten y pueda haber algún desabastecimiento en el continente, nosotros lo podemos sopesar sin problemas.
— Pero Brasil y Argentina ya tienen plantas similares...
— Las tienen. En este caso Braskem y Dawson son las que han impulsado en el continente el proceso de polimerización. Más aún por el avance que están teniendo estas industrias en sus países, ellos no pueden garantizar el abastecimiento sustentable con su producción.
— ¿Qué cantidad de producción tendrá anualmente?
— Produciremos 600 mil toneladas métricas año y se estima un ingreso neto de $us 383 millones. Nosotros hemos planteado un proyecto de costo benefico para que sea muy rentable.
— ¿Cuánto de empleo generará?
— Se va a necesitar más que la planta de amoníaco y urea por el know how para este tipo de tecnologías. Sólo para la construcción se necesita alrededor de 5.000 personas entre empleos directos e indirectos. Para la operación diaria, la planta necesitará 1.000 trabajadores, aproximadamente.
— ¿A cuánto asciende el costo de inversión?
— Será una inversión de $us 1.760 millones. La cifra es superior al proyecto de la planta de amoníaco y urea ($us 843 millones) de Cochabamba porque la tecnología, patentes y control de equipos son más caros.
— ¿Cuándo se inicia la construcción de esta obra?
— Los resultados de la empresa Tecnimont los tendremos a mediados del próximo año y hasta finales de la misma gestión se estaría adjudicando el IPC para el inicio de obras. El primer trimestre de 2017 será la fecha límite para que empiece la producción de polietileno.
— ¿Será exclusivamente estatal o con alguna sociedad?
— Nosotros avizoramos que sea un joint venture (inversión conjunta), por la cantidad económica del proyecto tal vez el país no esté preparado para enfrentarlo solo. Además, se necesita una empresa que tenga un know how (conocimiento y transferencia de tecnología) de la comercialización del producto. Al asegurarnos la venta con una empresa de mucha experiencia podemos asegurar un producto muy rentable.
Perfil
Nombre: Álvaro Arnez Prado
Nació: 05-04-1980
Profesión: Doctor en Petroquímica
Cargo: Viceministro de Industrialización
‘En 2025 no veo una Bolivia sin industrializar’
Nació en Villamontes de la provincia Gran Chaco de Tarija hace 32 años. Estudió ingeniería electromecánica en la Universidad San Simón de Cochabamba. Luego hizo un diplomado en hidrocarburos lo que lo llevó a hacer una maestría en petroquímica de polímeros en el Centro de Administración Científica de Yucatán, México. Posteriormente, se graduó como doctor en ingeniería química en la Universidad de Guadalajara con una pasantía en EEUU.
Al retornar al país trabajó como gerente de proceso de la empresa Tecnopor en Cochabamba y a la vez fue docente de la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol).
Su experiencia laboral en el rubro se resume en una pasantía en la refinería Pemex de México. Recuerda que llegó al cargo a principios de este año a través de una invitación directa del actual Ministro de Hidrocarburos y Energía (Juan José Sosa) cuando se enteró que en el país ya había un doctor en petroquímica. “En 2025 no veo una Bolivia sin industrializar su materia prima. Mi sueño es ver la primera tonelada industrializada en el país”.
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