Los combustibles fósiles han sido líderes indiscutidos cuando se trata de mover vehículos. Pero, con los años les han salido competidores, sobre todo por el alza persistente en los precios. Y estos combustibles alternativos o raros buscan ser tan eficientes como la gasolina o el diésel, pero con un menor impacto ambiental.
Así, los investigadores del rubro se
han puesto de cabeza en la búsqueda de nuevas fuentes de energía, algunas de las cuales los ciudadanos comunes ni se imaginan.
Un informe del sitio norteamericano de Internet edmunds.com reseña que, entre los componentes raros para producir combustible, se encuentran substancias como la soya, las papas fritas, la basura, las bacterias y el cáñamo.
En la Universidad de Ohio, en tanto, un equipo trabaja en el uso de orina como fuente de combustible.
UNA POR UNA
De las nuevas fuentes de energía más ecológicas, las más novedosas son:
Soya y papas fritas: las semillas de soya y los aceites vegetales y animal ya se están usando en algunos países para fabricar biodiésel.
Este tipo de combustible es el que se encuentra más avanzado, ya que requiere de pocos cambios en los motores diésel.
Aserrín: los desechos de los aserraderos se pueden usar como fuente de energía. En Nigeria ya existe una planta que usa estos residuos para, a través de un “gasificador”, transformar los compuestos del aserrín en gas. Una técnica que, según el portal
edmunds.com, ya se usó en los autos del pasado.
Maíz: aunque funciona igual que un biocombustible, la mezcla de etanol producido a partir del maíz es mucho más limpia, pero menos potente y más cara, por lo que todavía no es muy masiva.
Cáñamo: muchos estarían contentos con el olor que saldría del tubo de escape. El aceite de las semillas del cáñamo y sus tallos son óptimos para la creación de biocombustibles.
El crecimiento rápido y su fácil cosecha son otras de las ventajas de esta planta.
Basura: los gases producidos por las toneladas de desechos que se juntan en los basurales se pueden aprovechar como fuente de combustible.
Es el caso de la compañía Waste Management´s Altamont, en California, que utiliza el gas generado por el
vertedero para producir más de 49 mil litros de gas licuado, diarios, los que son usados en sus flotas de camiones.
Aire: la potencia que produce la presión del aire comprimido ha sido usada en vehículos desde 1920. Sin embargo, como la presión que se necesita para llenar los tanques de aire es superior a la disponible en las estaciones de servicio, la idea ha sido desechada por muchos.
Sol: los autos llevan años tratando de aprovechar la energía solar para avanzar unos cuantos kilómetros. En Chile hay varios ejemplos universitarios, entre ellos el Eolian 2.
Algas: una de sus ventajas reside en que no se necesita un terreno especial ni mucho espacio para cultivarlas, y se puede usar tanto agua de mar como agua de residuos para hacerlas crecer.
Bacterias: estos seres microscópicos pueden crear lo que se llama “hidrocarburos renovables”. A través de la ingeniería genética las bacterias pueden generar un compuesto similar al petróleo crudo.
Orina: la urea y el amoníaco se descomponen y se transforman en hidrógeno se utiliza en vehículos híbridos. Un auto equipado con una celda de hidrógeno que funcione con orina podría recorrer hasta 150 km con 3.7 litros.
Mientras se descubre cuáles son los combustibles alternativos más aprpopiados, los propietarios de vehículos pueden tomar en cuenta los siguientes consejos para contaminar menos.
Usar el transporte público siempre que sea posible, porque contamina menos. Además, casi siempre sale más económico que el propio.
Unos neumáticos correctamente inflados ahorran hasta un 5 por ciento en el consumo de gasolina. Ello significa menos gasto y menos contaminación.
Mantener el motor a punto evita el gasto inútil de combustible y reduce la emisión de gases.
Si cambia el aceite al coche, no arrojar el aceite usado al río ni al lavabo o inodoro: una lata de aceite provoca una mancha de 5 kilómetros de extensión y un sólo litro de aceite contamina un millón de litros de agua potable.
Bio combustibles para combatir la contaminación
Menos contaminantes. Los combustibles alternativos, al ser de cadenas más cortas, tienen menos energía, de ahí que se necesite más combustible para recorrer una misma distancia. Sin embargo, teniendo en cuenta los problemas relacionados con la contaminación ambiental y la crisis energética mundial, se hace necesario el empleo de los combustibles alternativos en los vehículos.
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