La Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) sostiene que la exploración y la posible explotación de Lliquimuni “representa un alto riesgo medioambiental” y genera conflictos al interior de las organizaciones indígenas, por la ampliación de la frontera petrolera más allá del área tradicional.
La ambientalista independiente Teresa Flores considera que la ampliación de la frontera petrolera con la exploración en áreas no tradicionales -como es el caso de Lliquimuni en el norte de La Paz- afectará irremediablemente esta región, la misma que al igual que el Beni fue calificada de extremadamente frágil desde el punto de vista medioambiental.
La directora de la Oficina Regional para Sudamérica de Hivos, Corina Straatsma, afirmó en un reciente foro sobre esta temática realizado en la Sede de Gobierno que en 20 años o menos estas dos regiones se convertirán en pantanales improductivos. La directora, si bien no se opone al crecimiento de la frontera agrícola así como hidrocarburífera, señala que el cambio climático puede ser objeto de medidas de control, mientras que en la última reunión mundial, celebrada en Varsovia (COP-19), los países industrializados optaron por incumplir sus compromisos para bajar las emisiones de gases con efecto invernadero y evitar una catástrofe mundial de incalculables consecuencias para la vida en el planeta.
GRANDES AMENAZAS
“Tal es el caso de la exploración petrolera en la zona de Lliquimuni en el Norte de La Paz. En el tema hidrocaburífero el 2009 y 2010 se vienen generando grandes amenazas que se concretarán en los próximos años, esto en función de la multiplicidad de operaciones previstas de exploración sísmica y de perforación de pozos exploratorios”, indica la publicación “Megarepresas y Energía” de Lidema a cargo del especialista Octavio Ribera Arismendi.
Las zonas de mayor impacto esperado son los bloques de los ríos Hondo y Tuichi al interior del Parque Madidi y la Reserva Pilón Lajas. “En tanto que en la zona tradicional, el Parque Aguaragüe sufrirá un nuevo ciclo de impactos por operaciones de exploración que se adicionarán a los graves pasivos ambientales que ya afectan a varias de sus cuencas y no han recibido un tratamiento efectivo de mitigación”, alerta la publicación.
OTRAS VOCES
A las justificadas expectativas de desarrollo del norte del departamento estimuladas por el anuncio de la estatal petrolera, se han sumado voces que disienten con la expansión de la frontera hidrocarburífera por el impacto medioambiental irreversible. Hay estudios independientes como del científico Humberto Gómez, que han probado el aumento de 0.5 grados centígrados de la temperatura promedio en Bolivia en los últimos 50 años.
Según el experto, en el país las zonas con mayor impacto son las altiplánicas y la amazonia, donde se prevé que en los próximos años, si no se adoptan medidas de mitigación, se presentarán lluvias más intensas y sequías más prolongadas pero en tiempos más cortos. Gómez presentó en un reciente foro el incremento de la temperatura a nivel mundial y asimismo el recorte de los glaciares de los polos.
UN DILEMA
La investigación de EL DIARIO concluye señalando que si bien el bienestar de la población depende del desarrollo de las exportaciones petroleras; sin embargo, varios cónclaves internacionales han recomendado al Gobierno la necesidad de invertir los recursos del gas en la formación de los recursos humanos y en el desarrollo de la plataforma productiva de los sectores no tradicionales privados, de donde se puede obtener recursos sostenibles de emprendimientos que generen riqueza social, empleo y producción de largo plazo.
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