"Parece que el Gobierno no se da cuenta que la empresa estatal está en manos de gente inepta. Lo único cierto es que hacen una millonaria campaña publicitaria", señaló Humberto Vacaflor, periodista del área económica.
Un empresa politizada. Por su parte, Álvaro Ríos, experto energético, observó que en YPFB hay un manejo político, cargada de una propaganda mediática y con fines electorales, más allá de que la Planta de Río Grande haya o no ingresado a su funcionamiento y producción del GLP. "Las colas y las fallas en la venta del producto van a seguir existiendo. No es problema de la Planta de Río Grande, ese complejo en algún momento se va ha poner en marcha, pero el problema es de logística. Todo pasa porque YPFB ha tomado todo a su cargo y no hay participación privada como había antes", precisó.
Misterio. El Día, buscó sin éxito comunicarse con Mauricio Marañón, gerente nacional de Comercialización de YPFB respecto a las mencionadas críticas.
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