La escasez de gas licuado de petróleo (GLP) llegó a los hogares de los vecinos de Chuquiuta, Chayanta, Uncía y Llallagua, en el norte de Potosí, al igual que en otras ciudades del país, reportó la red ERBOL.
De acuerdo con ese informe, a estas zonas potosinas llegaban cada día, de lunes a viernes, dos camiones repartidores de garrafa, pero desde hace días sólo arriba al sector un motorizado con el combustible, pero que no abastece la demanda.
La falta del carburante ocasionó que las amas de casa hagan filas desde hace varios días en diferentes calles y avenidas, a la espera de conseguir GLP. Los vecinos salen a las vías con sus garrafas desde las 3:00.
Autoridades locales se trasladaron hasta Oruro para exigir a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) la regularización del abastecimiento del carburante en sus municipios.
Hace poco, el presidente de la estatal petrolera, Carlos Villegas, afirmó que una vez que inicie sus operaciones la planta separadora de líquidos de Río Grande ya no habrá más desabastecimiento de GLP.
La planta entró en funcionamiento el 2 de agosto, pero en varias zonas de La Paz y El Alto todavía es notoria la falla en la provisión, según reportes de medios locales, que reflejan la desesperación de la gente por adquirir una garrafa de diez kilos.
Página Siete envió el 25 de julio un cuestionario a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), encargada de controlar y fiscalizar la distribución de GLP, para conocer por qué se han presentado problemas en la provisión de GLP, pero hasta hoy no obtuvo respuesta alguna.
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