A nivel patrimonial, el año 2006 Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos contaba con un patrimonio que bordeaba los 7.760 millones de bolivianos el año 2006, en tanto que el 2012 concluyó con un patrimonio de 38.123 millones de bolivianos.
Este logro financiero es posible gracias a la coyuntura internacional favorable en cuanto a las nominaciones a Brasil y la Argentina, así como a los precios de exportación, consiguientemente entre las gestiones 2006 y 2012 se logró un crecimiento patrimonial cercano al 400%, indica la entidad mediante una nota de prensa.
En términos presupuestarios en la gestión 2006 la ejecución alcanzó un monto aproximado de 4.400 millones de bolivianos, verificándose en 2012 una ejecución presupuestaria superior a 72.372 millones de bolivianos, lo que permite resaltar la importancia que tiene YPFB dentro de las finanzas del sector público.
En cuanto a las inversiones, desde la gestión 2006 se ejecutaron 21,727 millones de bolivianos entre YPFB y sus empresas subsidiarias, cifra que se eleva a 37.117 millones de bolivianos si se consideran las inversiones de las empresas operadoras.
Magnitud importante si se toma en cuenta que normalmente en la economía antes de la nacionalización, la ejecución de inversiones de todo el sector público no superaba los 4.800 millones de bolivianos, agrega la nota institucional.
En términos de resultados cabe señalar, que las utilidades percibidas por la empresa desde el 2006 hasta el 2012 superaron los 21.120 millones de bolivianos.
Según la información oficial, YPFB cuenta una saludable situación financiera que entre otros aspectos le ha otorgado la calidad de sujeto de crédito, con la sola garantía de sus flujos de caja futuros, habiendo accedido a recursos en condiciones favorables para el financiamiento de proyectos importantes como son las Plantas de Separación de Líquidos de Río Grande y Gran Chaco, la Planta de Urea y Amoniaco, proyectos que en conjunto superan una inversión total de 11.600 millones de bolivianos, inédita en la historia de nuestro país, y que se orientan a la industrialización de los recursos hidrocarburíferos y a la soberanía energética en el mediano y largo plazo.
En el período anterior a la "nacionalización" (2006), mientras estaba vigente la Ley 1.689, YPFB financiaba sus operaciones con el aporte del Tesoro General del Estado (TGE), incluso para pagar los sueldos de sus trabajadores; a partir de la nacionalización de los Hidrocarburos (1º de mayo de 2006) y gracias a la prudente administración financiera que ha venido cumpliendo, la empresa es auto - sostenible.
La situación de YPFB a partir de la nacionalización ha cambiado drásticamente, ya que de ser una empresa solventada por el Estado, pasa a ser la empresa que mayor contribución realiza a las arcas del país a través de sus aportes vía participaciones, regalías e impuestos (IDH, IEHD).
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