La empresa brasileña Braskem puede ayudar a Bolivia a desarrollar su industria petroquímica, pero no ser su socia porque es un proyecto que estará bajo el control del Estado boliviano, afirmó hoy un ejecutivo de la firma.
El director superintendente de América del Sur de Braskem, Sergio Thiesen, explicó a los medios que analizan con la petrolera estatal boliviana YPFB la forma de ayudar en el área de comercialización, en la construcción de una planta petroquímica o el entrenamiento del personal para el negocio.
"Ahora estamos discutiendo con YPFB como trabajar juntos. No es factible que Braskem sea socia de un proyecto del Estado", apuntó el ejecutivo de la multinacional brasileña que lidera la producción de resinas termoplásticas del continente.
"Sin necesidad de ser socios directos, podemos tener contratos y acuerdos de cooperación mutua que yo creo que son positivos", dijo.
La producción de polietilenos que proyecta Bolivia, según Thiesen, tendrá a futuro un mercado a Brasil, donde actualmente la demanda está equilibrada con la producción.
El Gobierno boliviano ha contratado a la empresa Maire Tecnimont, de Italia, para hacer los estudios de ingeniería básica conceptual en la perspectiva de instalar una planta de petroquímica que debería estar funcionando en 2017 en Tarija, fronteriza con Argentina.
En Tarija también se construye una planta de separación de los líquidos del gas, que proveerá de las sustancias para una instalación petroquímica que produzca etileno, polietileno, propileno y polipropileno.
Este es un proyecto del Gobierno de Evo Morales para darle un uso industrial a la producción de gas natural de su país.
Hace varios años Braskem estudió encarar un proyecto propio para instalar un complejo petroquímico en Puerto Suárez, fronterizo con Brasil, pero ya no considera el asunto.
Thiesen habló hoy del tema con los medios, tras participar en el III Congreso Internacional Gas y Petróleo organizado por la petrolera estatal boliviana YPFB.
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