lunes, 29 de agosto de 2016

El gas de exportación, ante nuevos retos


Bolivia tiene grandes oportunidades de aumentar su exportación de gas natural a Argentina y Brasil, pero le urge garantizar más reservas, necesita negociar de forma conveniente con los varios compradores que tendrá en Brasil desde 2019 y debe encontrar la fórmula para que su recurso sea competitivo con la oferta de Gas Natural Licuado (GNL), que se apodera del mercado mundial.

El creciente mercado argentino

De acuerdo con estudios de la firma RG Consultores, el requerimiento de importaciones es creciente en Argentina en la medida en que no se incorpore la producción no convencional a su oferta, incluso éstas podrían alcanzar a 57 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd).

"En el escenario de menor desarrollo del shale, la demanda creciente de importaciones es significativa y llegaría a 40,7 MMmcd”, planteó el presidente de RG Consultores, Raúl García, en su exposición en el IX Congreso Internacional Bolivia Gas & Energía, realizado por la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía, el 17 y el 18 de agosto en la ciudad de Santa Cruz.

En la actualidad, Bolivia le debe enviar a Argentina -según contrato- un mínimo de 19,9 MMmcd y un máximo de 23 MMmcd. La demanda argentina es creciente, pero el panorama podría tener un notable cambio si hubiera un mayor desarrollo de sus reservorios de gas no convencional y diversificación de su oferta eléctrica.

La demanda del energético va en constante crecimiento en el vecino país, aunque más lento en los últimos años. Entre 2001 y 2015, se incrementó de 79,3 a 140,4 MMmcd, según RG Consultores.

El déficit argentino actual es de 50 MMmcd de gas natural, demanda que debe ser atendida por el Estado sin importar la procedencia del energético. De hecho, la oferta amplia y accesible en cualquier momento de GNL ha atendido las necesidades de ese país por varios años, incluso a precios mucho más altos que los del gas boliviano.

Para el experto argentino Daniel Gerold, director de G&G Consultants, la histórica integración energética binacional entre Bolivia y su país puede constituirse en una ventaja comparativa para la oferta boliviana, "pero hay que tener en cuenta los precios”.

"Uno de los problemas que tiene Argentina es que necesita depender más y necesita ampliar la relación histórica que tiene con Bolivia, no sólo en gas natural, sino también en gas licuado de petróleo (GLP), en productos derivados. Todo ese flujo de oportunidades y sinergias demuestra que Argentina, más que prescindir de Bolivia, la necesita todavía más”, aseveró Gerold.

Gerold aseguró que el próximo año, Argentina no producirá shale gas. Además dejó en claro que aún faltan años y millones de dólares para que el gas natural de esquisto tenga un rol fundamental en ese país. Raúl García considera que en Argentina, hay tarifas muy bajas de venta de energía, con las que "es difícil que los privados hagan inversiones”. "Necesitamos tarifas racionales, también del lado de quienes las tienen que pagar”, enfatizó .

"En el inicio de un nuevo ciclo de integración energética boliviano-argentina creo que hay una relación histórica rica en materia energética, pero particularmente en gas natural, que debe ser fortalecida”, consideró Gerold.

La demanda potencial de gas natural que Bolivia podría responder para el año 2025 llega a 84,3 MMmcd, de acuerdo con cálculos de RG Consultores (observe la gráfica).

La demanda de gas natural se incrementa mucho en invierno, por el mayor consumo del sector residencial, y las importaciones de GNL por parte de Energía Argentina SA (Enarsa) sube para cubrir los requerimientos. A pesar de que en ese periodo Enarsa cuenta con mayores volúmenes de gas natural mediante mayores importaciones de GNL, debe cubrir el exceso de demanda con combustibles líquidos como los fuels.


Dura negociación con Brasil

Según el experto brasileño y director de Investigación del Instituto de Economía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil), Edmar Fagundes de Almeida, quien también participó en el congreso organizado por la CBHE, su país necesita el boliviano, pero el nuestro debe generar una nueva estrategia. El actual contrato culmina en 2019 y, según Fagundes, Bolivia no cuenta con la cantidad de reservas para garantizar la firma de un contrato parecido al de 1999.

Brasil seguirá dependiendo del gas boliviano, por tanto deberá negociar una nueva firma de contrato compra-venta de gas natural. Pero, las condiciones serán diferentes, primero porque "las reservas certificadas actuales del gas boliviano no son las suficientes”.

En segundo lugar, se percibe un alto riesgo en que Bolivia garantice más reservas de gas.

A diferencia de la negociación del pasado, esta vez Bolivia no deberá conversar sólo con Petrobras, sino con varias empresas, incluso con fábricas que poseen sus propios generadores de energía. "Los nuevos compradores no asumirán el riesgo de la capacidad de suministro de gas en el largo plazo por parte de Bolivia”, indicó Fagundes.

La CBHE, mediante su presidenta, Claudia Cronenbold, considera que Bolivia está frente al reto de fortalecer su contrato de compraventa de gas con Brasil. "Bolivia, que ya cuenta con la ventaja inicial de haber sido proveedor confiable de gas natural a lo largo de casi dos décadas al mercado brasileño, se encuentra ante el reto de fortalecer su posición tanto en precio, como en volúmenes y contrato”, señaló.

El actual contrato de compraventa de gas entre Brasil y Bolivia establece el envío de un volumen máximo de 30,8 MMmcd. Las ventajas para el gas boliviano están dadas en Brasil, primero porque las inversiones en exploración y producción de ese país han estado muy enfocadas en el Presal, por otra parte Petrobras ha decidido vender gran parte de sus activos del downstream del gas (gasoductos de transporte, empresas distribución, termoeléctricas y plantas de regasificación).

Entre 2012 y 2015 se dio un fuerte crecimiento de la importación de GNL, sobre todo debido al interés privado en invertir en proyectos de plantas de regasificación del GNL importado.

Bolivia apuesta a la venta de GNL a las poblaciones fronterizas, sin embargo, los precios de ese energético en el mundo están muy ligados al petróleo.


La urgente certificación de reservas de gas

Según el ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, informó que ante la cercanía de la renegociación del contrato de compraventa de gas con Brasil, que fenecerá en 2019, ya se llevaron a cabo reuniones con el embajador brasileño en Bolivia, Raymundo Santos y que la certificación de reservas no es una condición que haya puesto ese país. "Estamos empezando a renegociar sin certificación”, aseguró.

Sin embargo, según la socia directora de Prysma E&T Consultores, Sylvie D’Apote -con amplio conocimiento del mercado brasileño-, "no es el gobierno brasileño el que le debe pedir garantía de reservas a Bolivia, sino varios compradores. Ellos necesitarán saber con cuánto gas cuenta Bolivia antes de firmar cualquier contrato”.

El embajador de la República Argentina en Bolivia, Normando Álvarez García, en una entrevista que ofreció a los medios en el marco del IX Congreso Internacional Bolivia Gas & Energía, realizado en Santa Cruz este mes, señaló que conocer cuántas reservas de gas posee Bolivia es importante para la negociación tanto de contratos posteriores, como de la compraventa de energía eléctrica. "Argentina necesita previsidad ahí, porque se está hablando de un contrato para comprar energía eléctrica por 15 años”, aseveró.

El ministro Sánchez reconoció que, por ley, el Gobierno debe certificar sus reservas anualmente, pero justificó que hacerlo significa destinar "durante cinco meses” a técnicos para llegar a un dato que el Estado ya conoce. De todos modos, anunció que el Gobierno certificará las reservas hidrocarburíferas del país el próximo año, para lo cual contratará los servicios de una consultora internacional.

En los planes del Gobierno hasta 2025 se prevé que YPFB enfoque mayores inversiones en exploración.

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