Las plantas de separación de líquidos del Gran Chaco y Río Grande tropezarán con dificultades para recuperar la inversión que se hará en ellas puesto que no tienen mercados definidos y porque las empresas petroleras no querrán venderles gas a precio bajo, anticipan dos analistas.
El experto en hidrocarburos Álvaro Ríos explicó a Página Siete que “preocupa que no hay esquemas comerciales para recuperar los costos y que las plantas resulten un ‘elefante blanco’”.
Según el analista, con el volumen de etano que se producirá “no se podrá conseguir comprador a buen precio y si se quiere usar la producción en Bolivia será muy complicado instalar una planta de etileno y polietileno, porque los volúmenes no son suficientes para una producción a escala competitiva”.
La planta de Gran Chaco, Tarija, costará 498,65 millones de dólares y producirá 2.037 toneladas métricas por día (TMD) de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y otras 2.030 TMD de etano (materia prima para hacer etileno y polietileno). Con ese volumen de etano -según Ríos- se puede producir unas 600 mil TMD de etileno, pero para ser sostenibles deberían procesar de un millón a 1,4 millones de TMD.
La planta de Río Grande costará 159,4 millones de dólares, procesará 200 millones de pies cúbicos por día (PCD) y recobrará más de 350 TMD de GLP y 600 barriles por día de gasolina.
Según informes de YPFB, esta última iniciará operaciones en diciembre de 2012 y la de Gran Chaco a fines de 2014.
Al respecto, el analista Bernardo Prado coincide en que recuperar la inversión será complicado, puesto que la producción estará supeditada a los precios que pagará YPFB por el gas a las petroleras; “las empresas no estarán de acuerdo en venderle gas a precio bajo para las plantas de separación, les conviene más vender a Brasil y Argentina”, asevera y añade que por esta dificultad en el precio “también exportar el GLP de las plantas será complicado; de hecho, es más probable que Brasil, antes que Bolivia, exporte este energético a Paraguay”.
Página Siete pidió una opinión a YPFB, pero en prensa indicaron que “consultarían”.
La estatal realiza reuniones con los pobladores de Río Grande para obtener licencia ambiental.
Los costos para las dos plantas
El precio de construcción de la planta separadora de líquidos de Río Grande sufrió variaciones entre su precio referencial inicial y el costo al que finalmente fue adjudicada; mientras que el monto por la construcción de la de Gran Chaco es similar a una planta de menor capacidad que es construida en Margarita.
El proyecto de Río Grande, en Santa Cruz, fue impulsado por el ex presidente de YPFB Santos Ramírez, que firmó un contrato con Catler Uniservice por 86 millones de dólares y que fue salpicado por denuncias de corrupción que llevaron a Ramírez a la cárcel. Finalmente, en enero el presidente de YPFB, Carlos Villegas, confirmó que se construirá por 159,4 millones de dólares porque el primer contrato “no incluyó sistemas necesarios estándares para una planta”.
Según datos a los que tuvo acceso Página Siete, el precio de 498,65 millones de dólares de la planta Gran Chaco, que producirá GLP, etano, gasolina natural e isopentano, es menor a lo que costará una en el campo petrolero Margarita (de 513 millones de dólares) que sólo producirá GLP y gasolina.
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