El presupuesto de menos de medio millón de dólares y los plazos limitadísimos para realizar el trabajo espantaron a las consultoras internacionales para certificar las reservas hidrocarburíferas del país, por lo que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se vio obligada a declarar desiertas dos licitaciones.
La estatal petrolera programó 400.000 dólares para contratar la certificación de los volúmenes de gas y petróleo en los depósitos naturales del territorio nacional, informaron en fuentes gubernamentales.
Además, los plazos que estableció la convocatoria fueron exiguos, puesto que en un mes debía levantarse los datos y en dos más realizar la evaluación de las reservas, lo que “es insuficiente”, aseguraron técnicos del sector.
El Gobierno asegura que la certificación es indispensable, pero no logra materializar la contratación de una certificadora especializada a pesar que los plazos que él mismo se fijó están limitados.
La estatal petrolera licitó en dos oportunidades la certificación de las reservas, pero sin interesados. El primer desenlace negativo ocurrió en octubre del 2007, la segunda convocatoria fue lanzada en noviembre, pero el 8 de enero tampoco se presentaron proponentes.
En YPFB anuncian una tercera licitación internacional, pero sin indicar fechas. En tanto que técnicos del sector aseguran que sólo se atraerá a interesados si se cambian las condiciones, como presupuesto y plazos.
En opinión de analistas del sector, la ausencia de interesados en certificar las reservas, también, tiene otra causa, lo ocurrido el 2006 con la consultora De Golyer and Mc Naughton, con la que YPFB rompió la relación contractual.
Pero con De Golyer and Mc Naughton no ocurrió tan sólo el rompimiento, sino que el Gobierno intentó convencer a otras consultoras para que asuman la certificación sin bajar el volumen de reservas, según se mencionó en la época en corrillos petroleros y de la misma estatal.
Los últimos datos que se conocen de la certificación de las reservas de hidrocarburos corresponden a la gestión 2004, con 48,77 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural y 856,60 millones de barriles de petróleo y condensado.
Estos registros quedaron como oficiales y últimos, debido a que a mediados del 2006 el Gobierno anuló los datos que arrojó la certificación de la consultora De Golyer and Mc Naughton, debido a que los volúmenes bajaron, en el caso del gas a 42 TCF, de acuerdo con lo indicado en la época por el entonces presidente interino de la estatal, Jorge Alvarado.
En más de tres años esos depósitos fueron consumiéndose tanto para abastecer el mercado interno como para honrar los compromisos con mercados externos.
En cuanto a nuevas reservas se desconoce el dato, excepto por las expectativas de Huacaya con su primer pozo que, probablemente aporte 1,57 TCF, o el de Tacobo, que son los anuncios de los últimos meses. Sin embargo, un cálculo de las reservas es desconocido. (ANF)
La estatal petrolera programó 400.000 dólares para contratar la certificación de los volúmenes de gas y petróleo en los depósitos naturales del territorio nacional, informaron en fuentes gubernamentales.
Además, los plazos que estableció la convocatoria fueron exiguos, puesto que en un mes debía levantarse los datos y en dos más realizar la evaluación de las reservas, lo que “es insuficiente”, aseguraron técnicos del sector.
El Gobierno asegura que la certificación es indispensable, pero no logra materializar la contratación de una certificadora especializada a pesar que los plazos que él mismo se fijó están limitados.
La estatal petrolera licitó en dos oportunidades la certificación de las reservas, pero sin interesados. El primer desenlace negativo ocurrió en octubre del 2007, la segunda convocatoria fue lanzada en noviembre, pero el 8 de enero tampoco se presentaron proponentes.
En YPFB anuncian una tercera licitación internacional, pero sin indicar fechas. En tanto que técnicos del sector aseguran que sólo se atraerá a interesados si se cambian las condiciones, como presupuesto y plazos.
En opinión de analistas del sector, la ausencia de interesados en certificar las reservas, también, tiene otra causa, lo ocurrido el 2006 con la consultora De Golyer and Mc Naughton, con la que YPFB rompió la relación contractual.
Pero con De Golyer and Mc Naughton no ocurrió tan sólo el rompimiento, sino que el Gobierno intentó convencer a otras consultoras para que asuman la certificación sin bajar el volumen de reservas, según se mencionó en la época en corrillos petroleros y de la misma estatal.
Los últimos datos que se conocen de la certificación de las reservas de hidrocarburos corresponden a la gestión 2004, con 48,77 trillones de pies cúbicos (TCF) de gas natural y 856,60 millones de barriles de petróleo y condensado.
Estos registros quedaron como oficiales y últimos, debido a que a mediados del 2006 el Gobierno anuló los datos que arrojó la certificación de la consultora De Golyer and Mc Naughton, debido a que los volúmenes bajaron, en el caso del gas a 42 TCF, de acuerdo con lo indicado en la época por el entonces presidente interino de la estatal, Jorge Alvarado.
En más de tres años esos depósitos fueron consumiéndose tanto para abastecer el mercado interno como para honrar los compromisos con mercados externos.
En cuanto a nuevas reservas se desconoce el dato, excepto por las expectativas de Huacaya con su primer pozo que, probablemente aporte 1,57 TCF, o el de Tacobo, que son los anuncios de los últimos meses. Sin embargo, un cálculo de las reservas es desconocido. (ANF)
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