El descenso constante de las cotizaciones del petróleo desde marzo en un 30% se reflejará en una rebaja en los ingresos por la venta de gas natural a Argentina y Brasil a partir de julio y de forma más notoria desde octubre, advierten dos analistas.
En enero, el barril de crudo West Texas Intermediate (WTI) estaba valuado en 100,34 dólares y el del Brent (oficial en Europa), en 111,40. Sin embargo, para junio las cotizaciones llegan a 80,47 y 93,78 dólares respectivamente (ver el gráfico).
Al cierre de la presente edición (18:00), el WTI se cotizaba en 84,47 dólares y el Brent en 97,91.
El analista Hugo del Granado afirma que si se toma en cuenta que el barril de crudo alcanzó los 120 dólares en marzo y que ahora está cerca de 90, hay una rebaja de casi un 30%.
A su vez, el experto Bernardo Prado advierte que esta declinación afectará los precios del gas de exportación, pese a que con Brasil y Argentina se fijan a base de fórmulas que toman en cuenta la cotización de tres tipos de fuel oil y del diésel.
“Las cotizaciones de esos diésel y fuel oil varían en la medida en que cambia el precio del crudo, por lo cual un petróleo más caro significa mayores ingresos para nosotros y si es más barato el importe también cae”, señala en su análisis.
Del Granado considera que “el efecto se empezará a sentir en el trimestre de junio a agosto y con mayor incidencia en el último trimestre del año”.
Si bien es generalmente aceptada la relación directa entre el precio de exportación de nuestro gas con el del crudo WTI, el analista Gonzalo Cárdenas indica en hidrocarburosbolivia.com que el 75% de la variación del precio a Brasil y el 40% a Argentina se relaciona con cotizaciones de fuel oil que no corresponden al WTI, sino al Brent.
“El WTI es un referente para la región (Sudamérica), pero en el caso del gas boliviano los contratos usan fórmulas a base del diésel de Rotterdam y otros, y los precios de éstos se fijan en función al Brent”, explica Prado; por lo tanto, se debe tomar en cuenta ambos parámetros.
Del Granado señala que “hay factores en el mundo que han hecho que, con las proyecciones a la baja, el crudo en el mercado internacional pueda llegar hasta 50 dólares por barril; pero no se animan a pronosticar cuánto tiempo duraría ese precio bajo”.
Esta tendencia -argumenta el experto- es estructural, pues se debe a la crisis económica en Europa, la desaceleración de la economía en China e India, el incremento de la producción de petróleo por las nuevas tecnologías y descubrimientos de shale oil o “gas de las rocas” en EEUU y Canadá, y una tendencia estructural a disminuir el consumo de crudo.
No se debe olvidar que el Presupuesto General del Estado se programa a base de un precio de 70 dólares por barril WTI, puntualiza.
Prado añade que “la economía boliviana es altamente dependiente de la exportación de minerales y gas natural; de hecho, el gas dejó cerca de 4.000 millones de dólares al país en 2011”.
Recuerda que en 2009, cuando el barril de petróleo llegó a costar 30 dólares, el gas a Argentina se valuaba en 4,6 dólares por millón de Unidades Térmicas Británicas (BTU) y en 4,3 al Brasil.
A la baja en precios se suma que “nuestros mercados están comprando menos gas de lo habitual”, subraya Del Granado.
Según datos de YPFB-Transportes, reproducidos por ANF, entre el 1 y 26 de junio la demanda de gas boliviano en Brasil se desplomó de 30,8 a 18,8 millones de metros cúbicos. Según los especialistas esto se debe a la preferencia creciente de Brasil y Argentina por el Gas Natural Licuado (GNL), que cuesta más, pero es de más fácil acceso.
Del Granado sostiene que en este contexto en el país caerá también el interés por explorar.
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