A seis años de la fijación del precio del barril de petróleo en un máximo de 27,11 dólares para el mercado interno, la medida sirvió para garantizar el abastecimiento de carburantes en el país, pero pone en riesgo la provisión a futuro ante la demanda creciente de combustibles.
La banda de precios del barril de crudo, con un piso de 24,53 dólares y un techo de 27,11 dólares, fue establecida a través del Decreto Supremo 27691 de agosto de 2004, como resultado del tira y afloja entre las empresas petroleras y las refinerías.
El entonces superintendente de Hidrocarburos, Guillermo Torres, cuenta que desde fines de 2003 las petroleras pretendieron subir el precio del crudo, pero las plantas de extracción de diésel, gasolina y Gas Licuado de Petróleo (GLP) -también privatizadas- querían una rebaja.
Hasta ese año “las refinerías pagaban el equivalente al precio internacional del West Texas Intermediate (WTI) -un precio promedio del barril en ese mercado bursátil- menos cinco dólares”, recuerda.
Ya en 2004, la cotización internacional del WTI llegó a 24 dólares y “las petroleras prefirieron exportarlo antes que entregárselo a las refinerías”, recuerda Hugo de la Fuente, ex superintendente de Hidrocarburos.
Las refinerías, a punto de quedarse sin materia prima, lo comunicaron al Gobierno puesto que se corría el riesgo de que el mercado interno sufra desabastecimiento de gasolina y diésel.
Pero la Ley de Hidrocarburos de entonces no permitía que la Superintendencia de Hidrocarburos fijara el precio del petróleo, por lo cual el Gobierno tuvo que buscar respaldo legal en la Ley del Sistema de Regulación Sectorial (Sirese), que supervisaba a los sectores de telecomunicación, electricidad, hidrocarburos, transportes, agua y otros.
Así, mediante un auto de la Superintendencia de Hidrocarburos, se obligó a que las petroleras abastezcan a las refinerías “bajo la advertencia de una multa de cinco millones de dólares diarios compulsivos y progresivos, lo cual quería decir que al segundo día serían diez millones, al tercero 20 y al cuarto, 40”, narra Torres.
De la Fuente revela que cuando se formuló el decreto 27691, tras el acuerdo entre las petroleras y las refinerías, no se pensó en que el precio internacional del barril WTI sobrepasaría los 25 dólares. “En ese momento el precio internacional oscilaba entre 23 y 24 dólares, pero en especial las empresas petroleras no previeron que el precio comenzaría a trepar y que ahora excede abundantemente los 27 dólares”.
Esta medida, además de garantizar el abastecimiento interno de combustibles, tuvo un efecto importante cuando se llevó a cabo la nacionalización de los hidrocarburos, “porque las empresas petroleras no pudieron argumentar que se les estaba engañando en cuanto al precio, ya que lo habían acordado de forma voluntaria con el Gobierno. En ese entendido, el precio quedó en 27,11 dólares cuando el petróleo pasó a ser nuestro”, afirma el experto.
Pero la medida es contraproducente ahora. El barril de crudo en el mercado interno se quedó con un precio mucho menor a los 98 dólares que cotiza hoy a nivel internacional y las empresas no ganan lo que ganarían si vendiesen el petróleo al exterior.
“No es que se pierda la ganancia por los pozos existentes porque son inversiones ya depreciadas; todos los pozos que están produciendo son antiguos. Pero se está evitando que lleguen nuevas inversiones al país”, dice De la Fuente. A las petroleras no les conviene hacer nuevas inversiones; “por tanto, es más difícil que el país aumente su producción y halle más reservas a través de la exploración”.
Según informes oficiales, la declinación de los pozos petroleros es inminente y la oferta de líquidos no aumentó a la par de la demanda, lo que obliga a que se importe diésel, gasolina y GLP a precio internacional para venderlo a mitad de ese costo en el mercado interno.
La banda de precios que permitió la creación de un precio boliviano del petróleo, indica Guillermo Torres, “desde entonces se volvió un asunto político y no subió más”. Así, la subvención sobrepasará los 700 millones de dólares en 2012.
Precio de carburantes, con tinte político
El ex ministro y superintendente de hidrocarburos Guillermo Torres afirma que entre 1997 y 2003, los precios de los combustibles en el mercado interno tenían variaciones mínimas y constantes, por tanto eran poco notorias.
Según el experto Hugo De la Fuente, la primera vez que hubo una negación férrea al aumento de precios de carburantes fue en junio de 2005, cuando el gobierno de Carlos Mesa quiso subirlo en algunos centavos. Santa Cruz asumió una posición política que se replicó en otras ciudades.
Desde entonces, el precio es políticamente inamovible.
“Hasta podríamos exportar líquidos a precio internacional y atraer más inversión”
Hugo de la Fuente, especialista en hidrocarburos
Manejo de precios
1987 Los precios internos de los derivados obedecían a factores sociales y de requerimiento del Tesoro General de la Nación (TGN). Era común el uso término gasolinazo y se generaba cada fin de año para alejarse de los precios en los países vecinos y subir los ingresos del TGN.
Alza Los precios de la gasolina y el diésel tenían incrementos de casi 300% y el GLP aun más, de 350%. Era usual que se lanzara esta medida hacia fin de año.
1989 Con la Ley de Hidrocarburos, se incluye en el cálculo de precios de los combustibles el precio internacional de referencia, como base de estimación en el mercado interno. Esto incrementó el precio entre 1997 y 2000, tres años, en hasta un 66%.
2004 Se busca estabilizar los precios. Con el Decreto Supremo 27500 de 17 de mayo de 2004, los precios de venta de las refinerías a los distribuidores mayoristas y los precios al consumidor final quedaron fijos.
Crudo Con la aprobación del Decreto Supremo 27691, del 19 de agosto de 2004, se estabiliza el precio del crudo en el mercado interno; es el promedio de los últimos 365 días del WTI menos 6,29 dólares por barril.
Banda Además se establece una banda de precios donde se fija un precio máximo de venta del crudo en 27,11 dólares por barril y un precio mínimo 24,53 dólares. Por la tendencia internacional, el precio vigente es el máximo.
Comercialización En Bolivia rige el libre comercio interno de hidrocarburos y derivados sólo en la distribución minorista, aunque los precios están regulados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos.
Exportación La exportación de gas natural, petróleo crudo, condensado, gasolina natural, Gas Licuado de Petróleo (GLP) y de productos refinados y derivados es realizada exclusivamente por YPFB.
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