lunes, 22 de junio de 2015

El desarrollo del GNL cambia el rostro del mercado del gas



El gas natural licuado (GNL) representa una parte creciente del sector gasístico, contribuyendo a su globalización, pero también a hacer más flexible y más volátil un mercado hasta ahora dominado por las relaciones que dictaban los gasoductos.

El comercio de este recurso hidrocarburífero —gas natural que ha sido procesado para ser transportado en forma líquida— existe desde hace 50 años en el mundo, pero su emergencia data solamente de los años 1990, gracias a los progresos tecnológicos.

En estos últimos 15 años, los volúmenes negociados se han duplicado ampliamente, pasando de 100 millones de toneladas en 2000 a 244 millones en 2014, impulsadas en particular por la demanda asiática, que representa hoy el 60% del mercado, según información de organismos internacionales especializados. En 2020, llegarán a los 370 millones de toneladas. Así, el GNL crecerá en promedio en 4% anual, dos veces más rápido que el consumo mundial de gas.

“Según nuestras previsiones, el GNL superará al gas de aquí a 2035”, estimaba incluso Bob Dudley, director general del gigante británico BP, durante el congreso mundial del gas celebrado este mes en París.

“El GNL tiene dos grandes ventajas. Permite transportar gas a muy largas distancias (...) en lugar de construir tubos (gasoductos) de decenas de miles de kilómetros. Segunda ventaja: su flexibilidad en término de destinos. Podemos reorientar los barcos en función de las demandas en el conjunto del planeta (...) lo que es imposible para los gasoductos”, explica Laurent Vivier, director estrategia, mercado y GNL de la francesa Total.

Por ejemplo, tras el accidente en la central nuclear de Fukushima (Japón) y el paro de la actividad del conjunto del parque nuclear japonés, varios cargamentos inicialmente destinados al mercado estadounidense fueron desviados hacia Japón.

Y, al lado de los tradicionales contratos de suministro a largo plazo indexados sobre el precio del petróleo, se desarrollan las compras llamadas “spot” (al contado), más flexibles y con cotizaciones más volátiles.

Además del transporte marítimo, el transporte por carretera del gas natural licuado empieza a ser utilizado, lo que impulsa aún más su demanda y podría “cuestionar la dominación del petróleo” hacia 2030, según un estudio IHS publicado el miércoles.

El mercado del GNL —hoy algo disgregado— tiende hacia una integración y una creciente globalización. De 12 países productores de este energético pasaremos a 21 en 2020, y de 11 países importadores, a 42. Eso generará cambios en la jerarquía mundial, actualmente dominado por Catar del lado de los productores y por Japón, delante de Corea del Sur, del lado de los importadores.

COMERCIALIZACIÓN. Entre los exportadores, hay que estar atentos a Rusia, con su megaproyecto Yamal LNG en los hielos siberianos (desarrollado por Novatek, Total y CNPC); Estados Unidos (EEUU), donde el “boom” del gas de esquisto conduce a reconvertir para la exportación terminales hasta ahora destinados a la importación; y Australia, con la plataforma flotante Prelude (Shell) y los complejos de Ichthys (Total e Inpex) y Gladstone (a partir de gas de carbón, desarrollado por Santos, Petronas, Total y Kogas).

Entre los consumidores, China superará dentro de algunos años a Japón. “China tiene hoy siete terminales metaneros y otros siete en construcción, cuando no había ninguno hace diez años”, dice Jérôme Ferrier, presidente de la Unión Francesa del Gas.

Sin embargo, a medio plazo, “la baja del precio del petróleo podría tener un impacto importante en la producción de gas y en las inversiones en infraestructuras”, advierte la Agencia Internacional de Energía, en un informe divulgado este jueves.

El avance del GNL en Bolivia

El 26 de septiembre de 2014, YPFB puso en marcha la Planta de GNL con las pruebas del Sistema Virtual de gas natural licuado a tres poblaciones de las 60 que serán beneficiadas en las primeras dos fases del proyecto. El Gobierno boliviano reveló en abril que la exportación del energético también está en sus planes.

Primeras beneficiadas son de Beni

Trinidad, Guayaramerín, Riberalta, San Ignacio de Moxos, Santa Ana de Yacuma, Rurrenabaque y San Borja serán las primeras beneficiadas con el proyecto del GNL.

La iniciativa coadyuvará en el desarrollo de estas poblaciones benianas donde no llegan los gasoductos convencionales y promoverá el uso del gas natural.

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