viernes, 6 de enero de 2012

Hallazgo de gas en Israel crea locura

Hace dos años, la firma local de energía Ratio Oil Exploration tenía cinco empleados y estaba valorada en medio millón de dólares.

En la actualidad, se encuentra en el centro de una bonanza de gas en la que quieren participar inversionistas, petroleras internacionales, políticos israelitas e incluso Hezbolá, el enemigo jurado de Israel.

La capitalización de mercado de Ratio se acerca hoy a $us. 1.000 millones. El auge de la empresa se debe a su participación de 15 % en un yacimiento marino de gas llamado Leviatán, operado por Noble Energy, de Houston.

El miércoles, la locura se extendió: Noble confirmó sus previsiones anteriores de que el yacimiento contenía 16 billones (millones de millones) de pies cúbicos (450.000 millones de metros cúbicos) de gas, el mayor descubrimiento de gas en aguas profundas en diez años, con reservas suficientes para cubrir las necesidades de gas de Israel durante 100 años.

Noble y sus socios creen que el yacimiento puede transformar a Israel -un país precariamente dependiente de otros para cubrir sus necesidades energéticas- en un exportador neto de energía.

EFECTOS DEL DESCUBRIMIENTO

Esta transformación podría modificar el equilibrio geopolítico de Medio Oriente, dando a Israel una ventaja económica frente a sus enemigos.

También ha sacudido las relaciones regionales. Los legisladores de el Líbano están tratando de atraer a petroleras para explorar las aguas cercanas, mientras que ambos países -técnicamente aún en guerra- han lanzado amenazas mutuas sobre sus recursos marinos.

Además, se ha desatado un incidente diplomático entre Israel y EE.UU., debido al plan del primero de elevar los impuestos a las compañías de energía, incluyendo Noble.

El descubrimiento de Leviatán y otros campos cercanos más pequeños también han dejado al descubierto un lado más oscuro del sector financiero de Israel. Una serie de investigaciones penales lanzadas por las autoridades israelitas sobre movimientos de precios de acciones y divulgación de datos corporativos han frenado el auge bursátil de algunas de las firmas del sector.

Salvo contadas excepciones en los primeros años de su fundación, Israel ha buscado energía en vano. Las grandes petroleras internacionales se mantuvieron al margen, temerosas de enojar a sus socios árabes e iraníes.

Un grupo de firmas exploradoras israelitas siguieron insistiendo, entre ellas Ratio, fundada a comienzos de los 90. Otra firma, Delek Group Ltd., persuadió a Noble, una de las primeras compañías independientes en operar mar adentro en el Golfo de México, a comenzar a mirar en la zona del Mediterráneo frente a las costas de Israel.

Noble perforó su primer pozo israelí en 1999, y pronto hizo dos modestos descubrimientos. Firmas financieras y empresarios locales con escasa experiencia en el sector de energía comenzaron a obtener licencias de exploración marina del Gobierno.

Ratio intentó participar en los proyectos de Delek y Noble, pero fue rechazada. En su lugar, sus dos fundadores, Yigal Landau y Ligad Rotlevy, invirtieron $us. 40 millones en una audaz apuesta por los derechos de licencia de las zonas adyacentes a los yacimientos de Noble y Delek, un área que acabaría convirtiéndose en el yacimiento Leviatán.

Con prometedores datos sísmicos en mano, ambos ejecutivos convencieron a Noble y Delek que compraran participaciones en el proyecto. Terminó vendiendo 45% a Delek y 40% a Noble.

HALLAZGOS ANTERIORES

En enero de 2009, Noble hizo un descubrimiento histórico. El yacimiento Tamar contenía gas de altísima calidad, casi metano puro, y aproximadamente el triple de lo esperado, nueve billones de pies cúbicos (250.000 millones de metros cúbicos). Dos meses después, la compañía descubrió otro depósito más pequeño en el yacimiento cercano Dalit. Y a mediados de 2010, Noble soltó la bomba. Leviatán parecía ser supergigante, según los estudios sísmicos tridimensionales.

La situación hizo derrumbar las acciones de las empresas de energía. Pese a los problemas, los descubrimientos de gas de Israel han llamado la atención entre sus países vecinos. El Líbano reclama su parte de los yacimientos, lo cual ha sido rechazado por Israel. "El olor a gas en Israel ha vuelto loca a la gente", afirma el ministro Landau.

Emol.

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