domingo, 28 de septiembre de 2008

Las petroleras retrasan inversiones hasta 2009

Pese a la firma de los contratos petroleros entre el Gobierno y las transnacionales, Bolivia continuará sufriendo escasez de gas natural, de carburantes y de GLP, y se corre el riesgo de seguir incumpliendo con el envío del energético a Argentina. Las empresas petroleras demorarán sus inversiones en los megacampos, además de las áreas no tradicionales por lo menos hasta septiembre de 2009, admitió YPFB y el sector hidrocarburífero.
Más allá de las buenas intenciones de la estatal petrolera, que firmó una serie de contratos adicionales con la venezolana Pdvsa y la rusa Gazprom Latin America, estos acuerdos recién cobrarán fuerza el próximo año. La realidad señala que no existen indicios concretos de la llamada reactivación petrolera. Hasta la fecha existen apenas cuatro pozos que se perforan.
A ello se agrega que la brasileña Petrobras, que anunció ingentes inversiones en el segundo semestre de 2008 en los megacampos, ahora prevé hacerlo en septiembre de 2009 hasta 2012, según un documento al que tuvo acceso EL DEBER.
Para ello, Petrobras tiene planificado contratar un equipo de perforación con el propósito de efectuar trabajos en el bloque San Alberto (SAL). Las primeras acciones están orientadas a los pozos SAL 17, SAL 16 y Reentry SAL X-11, a desarrollarse en septiembre de 2009.
Un segundo equipo de perforación se alista en el pozo Sábalo 7 del bloque San Antonio, que iniciará su traslado también en septiembre de 2009. Un tercer equipo será para los pozos Sábalo 8 y 6 del bloque San Antonio, que iniciará operaciones en 2010.
Por su lado, la empresa rusa Gazprom puntualizó: “queremos ir lo más rápido posible"; sin embargo, el desarrollo de los hidrocarburos toma bastante tiempo.
Esta compañía también firmó un acta de entendimiento para asociarse a la francesa Total y a YPFB con la finalidad de explorar y explotar el bloque Azero (Chuquisaca), donde los primeros indicios muestran la existencia de un megareservorio de gas. No obstante, cualquier inversión será en 2009.
Por su lado, la petrolera Chaco efectúa trabajos en Percheles; YPFB Andina si bien desplazó un equipo de perforación hasta el pozo Víbora, éste aún no opera. Repsol YPF analiza la situación, pero prevé inversiones a fines de este año.
El Gobierno aseguró inversiones por más de $us 800 millones en 2008, lo cual no ocurre.
En tanto, el Ministerio de Hidrocarburos intenta rearticularse. El cambio del ex ministro Villegas ‘desarmó’ a esa cartera, mientras que el nuevo titular, Saúl Ávalos, se esfuerza por interiorizarse de la situación, y el viceministro Planificación energética, Jorge Ortiz renunció al cargo.

Mercado argentino se muere
Carlos Alberto López / Analista energético
Las perspectivas de que vaya a haber una reactivación real de la industria petrolera boliviana y de las inversiones requeridas aún no se perciben. Las inversiones que se realizan este año fluctúan entre los 200 y 250 millones de dólares, similar a las efectuadas desde 2005, lo cual sólo representan esfuerzos suficientes para mantener con suerte los actuales niveles de producción.
Es por eso que los pozos que se están perforando están destinados exclusivamente a 'compensar' la declinación en la producción de otros pozos de los mismos campos, lo que quiere decir que no habrá un incremento y que, por ahora, seguirá todo igual, es decir, persistirá la escasez de diésel, gasolina y GLP en el país y faltará el gas para exportar a Argentina. En el caso del mercado brasileño se mantendrán los volúmenes de exportación en 31 MMm3/d de gas.
En el caso de los líquidos hemos visto que hay una declinación en la producción de casi 3.000 barriles por el agotamiento de pozos entre 2005 y principios de este año, de los 50.750 barriles a 47.700. Es prácticamente un estancamiento de la industria.
Por otro lado, el mercado argentino está muerto. Tenemos noticias de que Enarsa canceló definitivamente la compra de tubería para la construcción del gasducto GNEA, además que han hecho conocer que sería en vano ejecutar semejante proyecto para exportar aire. No se justifica la construcción de un gasoducto de $us 1.800 millones cuando no se tiene la garantía de que Bolivia va a estar en posición de enviar el energético en las cantidades requeridas.

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