La frustrada apuesta que hizo la administración kirchnerista a la provisión de gas boliviano para atender el crecimiento de la demanda interna promete dejar un marcado impacto en las cuentas fiscales.
“Los primeros cálculos privados que salieron a la luz indican que, por los incumplimientos de Bolivia en las entregas de gas, el Gobierno deberá afrontar hasta 2010 un costo adicional de US$ 3.000 millones por la utilización de combustibles alternativos”, refleja el Clarín en su edición de ayer.
Según los contratos de provisión de gas que suscribieron el ex presidente Néstor Kirchner y Evo Morales, a partir de este año Bolivia debía enviar a la Argentina 7,7 millones de metros cúbicos diarios (MMCD). Ese volumen debía incrementarse en 2009 hasta 16 MMCD, para llegar un año después a 27,7 MMDC, el nivel máximo de las compras pactadas hasta 2026.
Pero por los problemas internos y la falta de inversiones para incrementar la producción, la administración boliviana -que hoy está enviando un promedio inferior a los 3 MMCD-ya admitió que no podrá cumplir con las entregas comprometidas y que recién podrá hacerlo en forma plena a partir de 2014.
Tomando en cuenta que buena parte del gas del Altiplano iba a utilizarse para alimentar las nuevas centrales térmicas que están por entrar en servicio, el especialista Francisco Mezadri calculó que el “sobrecosto” por reemplazar el combustible boliviano por gasoil llegará en tres años, como mínimo, a unos US$ 3.000 millones.
“Al no poder contar con el gas importado, el nuevo parque térmico de 3.500 MW que se habilitará hasta 2010 deberá operar con gasoil, cuyo precio es dos veces y medio más caro”, destacó.
Más costos
Según estimó el consultor energético, “con el costo extra derivado del incumplimiento de Bolivia se podrían haber instalado 2 y 3 plantas de regasificación de gas licuado, 1.500 MW de granjas eólicas y 2.500 MW en plantas hidroeléctricas”.
Otro aspecto negativo que provocará la falta de gas es la elevación del precio de la energía eléctrica nueva. Con gas natural importado a US$ 6 por millón de BTU (MBTU), una central térmica eficiente puede tener un costo de producción que oscila entre los US$ 80 y 85 el MWh. En cambio, la misma usina funcionando con un gasoil equivalente que vale US$ 17 por MBTU, pasa a tener un costo de generación de US$ 170 cada MWh.
Más allá del incremento de electricidad que deberá trasladarse a los usuarios o absorberlo el Gobierno con más subsidios, Mezadri advirtió que el sistema de gerenciación seguirá funcionando al límite durante varios años.
Paliando la crisis
El 2007 Argentina terminó con una noticia promisoria: la petrolera Oil S&M encontró petróleo en una perforación de 1500 metros de profundidad bajo el desierto sanjuanino. Aunque el anuncio fue potencial, ya que resta conocer la cantidad de hidrocarburos existentes y si será rentable la explotación comercial, teniendo en cuenta que se trata del pozo más profundo del país (llega hasta los 5000 metros). Tras varias tareas de ensayo, técnicos de la empresa descubrieron flotando junto con agua salada, 60 litros de hidrocarburo.
“Los primeros cálculos privados que salieron a la luz indican que, por los incumplimientos de Bolivia en las entregas de gas, el Gobierno deberá afrontar hasta 2010 un costo adicional de US$ 3.000 millones por la utilización de combustibles alternativos”, refleja el Clarín en su edición de ayer.
Según los contratos de provisión de gas que suscribieron el ex presidente Néstor Kirchner y Evo Morales, a partir de este año Bolivia debía enviar a la Argentina 7,7 millones de metros cúbicos diarios (MMCD). Ese volumen debía incrementarse en 2009 hasta 16 MMCD, para llegar un año después a 27,7 MMDC, el nivel máximo de las compras pactadas hasta 2026.
Pero por los problemas internos y la falta de inversiones para incrementar la producción, la administración boliviana -que hoy está enviando un promedio inferior a los 3 MMCD-ya admitió que no podrá cumplir con las entregas comprometidas y que recién podrá hacerlo en forma plena a partir de 2014.
Tomando en cuenta que buena parte del gas del Altiplano iba a utilizarse para alimentar las nuevas centrales térmicas que están por entrar en servicio, el especialista Francisco Mezadri calculó que el “sobrecosto” por reemplazar el combustible boliviano por gasoil llegará en tres años, como mínimo, a unos US$ 3.000 millones.
“Al no poder contar con el gas importado, el nuevo parque térmico de 3.500 MW que se habilitará hasta 2010 deberá operar con gasoil, cuyo precio es dos veces y medio más caro”, destacó.
Más costos
Según estimó el consultor energético, “con el costo extra derivado del incumplimiento de Bolivia se podrían haber instalado 2 y 3 plantas de regasificación de gas licuado, 1.500 MW de granjas eólicas y 2.500 MW en plantas hidroeléctricas”.
Otro aspecto negativo que provocará la falta de gas es la elevación del precio de la energía eléctrica nueva. Con gas natural importado a US$ 6 por millón de BTU (MBTU), una central térmica eficiente puede tener un costo de producción que oscila entre los US$ 80 y 85 el MWh. En cambio, la misma usina funcionando con un gasoil equivalente que vale US$ 17 por MBTU, pasa a tener un costo de generación de US$ 170 cada MWh.
Más allá del incremento de electricidad que deberá trasladarse a los usuarios o absorberlo el Gobierno con más subsidios, Mezadri advirtió que el sistema de gerenciación seguirá funcionando al límite durante varios años.
Paliando la crisis
El 2007 Argentina terminó con una noticia promisoria: la petrolera Oil S&M encontró petróleo en una perforación de 1500 metros de profundidad bajo el desierto sanjuanino. Aunque el anuncio fue potencial, ya que resta conocer la cantidad de hidrocarburos existentes y si será rentable la explotación comercial, teniendo en cuenta que se trata del pozo más profundo del país (llega hasta los 5000 metros). Tras varias tareas de ensayo, técnicos de la empresa descubrieron flotando junto con agua salada, 60 litros de hidrocarburo.
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